El mono de la princesa
Yo no maté al mono de la princesa. Sospecharon de mí, porque ayer me mordió mientras lo alimentaba. Hoy la jaula amaneció vacía. El rey enfureció y ordenó que me ahorcaran en este árbol. Por la noche, el mono salió de su escondite y se quedó dormido sobre mi cabeza.
En el fondo el mono te tenia mucho cariño. Enhorabuena por tu relato.
ResponderEliminarPues "hay amores que matan", eso sí. Gracias por tus palabras.
EliminarQué imagen final! Yo sacrificaría al mono, por si sirve para resucitar a tu sufrido protagonista.
ResponderEliminarMis aplausos.
Ja, ja, ja. Intenté eliminar al mono del texto pero, la verdad, tuve miedo de correr la misma suerte que nuestro amigo. Gracias por compartirme unos pocos de los muchísimos aplausos que recibes a diario. Abrazo.
EliminarEs lo que tienen los juicios sumarísimos. A ver cómo se arregla el malentendido ahora. El que merece un castigo es ese rey impaciente y poco sabio, en primer lugar, y después el macaco caprichoso.
ResponderEliminarUn abrazo, Vicente
Tienes toda la razón, Ángel. Las decisiones precipitadas tienen generalmente consecuencias desastrosas. Otro abrazo de vuelta, amigo.
Eliminar¡Maldito mono de los demonios! ¡Será cab***! ¡Y encima se durmió sobre el infeliz ahorcado, seguramente con el balanceo de su cuerpo!
ResponderEliminarBuena microhistoria, Vicente. Va mi "Me gusta" (aunque no me gustan ni el mono ni el rey) y con él mis más cordiales saludos.
Muchas gracias, José Antonio. He de confesar que a mí tampoco me agradan ni el MONo, ni el MONarca de mi historia. Lo que sí me gusta, y mucho, es recibir críticas tan generosas como la tuya. Saludos.
Eliminar¡Caray, cómo se las gasta el animal! Y el mono, también. Buena historia y bien contada, Vicente. Un saludo.
ResponderEliminarSaludos, Matrioska. Muchas gracias.
EliminarMe encantan las historias contadas por muertos. Un abrazo, Vicente.
ResponderEliminarAbrazo de vuelta, Salvador. A mí también me gusta oír la voz de los muertos. ¡Gracias!
Eliminar¡Vaya con el mano!. Y cómo se las gasta el rey. Justicia divina. Ahora tendrá que llamar a un brujo para devolver la vida al finado. Nunca se debe morder de la mano que te da de comer, o eso dicen, pero el mono la mordió y además la enterró.
ResponderEliminarBuen micro, Vicente.
Un abrazo.
Pablo
Jejeje, quise decir mono, no mano. Cosas del directo
EliminarNo te preocupes, si el mono mordió a la mano o la mano "mordió" al mono daría para un buen debate. Je, je, je.
EliminarMuchas gracias, otro abrazo de regreso.
El mono era el fruto de progenitora poco casta. (por decirlo de suave manera o sin obscenidades linguísticas)
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo
Mono y monarca bien merecen las obscenidades cuya lectura gentilmente nos evita... pero que mentalmente proferimos con energía. :))
Eliminar¡Gracias!
Un buen relato surrealista, Vicente.
ResponderEliminar¿Remordimientos del mono? ¿Disfrute de su victoria? Ese mono pide una segunda parte.
Un saludo
Muchas gracias por sus impresiones y atinadas sugerencias. Creo que lo intentaré.
EliminarSaludos.
Ese mono ha elevado las monerías a nivel crueldad total.
ResponderEliminarMuy buen relato, supongo este cuento lo contaban a los pequeños macacos del Planeta de los Simios para que se duerman.
Saludos Vicente.
Gracias, Jean.
Eliminar¡Genial lo del Planeta de los Simios!
Abrazos.
Pues a mí me da en la nariz que la princesa tiene mucho que ver en toda esta historia.
ResponderEliminar¡Es fantástica, Vicente, en todas sus acepciones! Brutal la imagen final y el sonido ronco de los muertos.
Ojalá le des continuidad.
Un abrazo.
Qué bueno que te gustó el relato, Margarita. Con palabras tan amables como las tuyas, sí que dan ganas de retomar esta historia. ¡Muchas gracias!
EliminarOtro abrazo, de vuelta.
Magnífico relato en todos los sentidos, Vicente. Me parece todo un logro contar tan bien una historia así con tan pocas palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Enrique.
El auténtico logro es poder intercambiar impresiones con gente tan amable y talentosa como usted.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por su comentario.
Saludos.