El peso de la nieve
Lentamente el silencio se instaló entre sus cómodas vidas. Los días fueron pasando despacio, como cuando empieza a nevar. La suavidad de los primeros copos termina siendo una pesada capa de hielo.
Ella no se dio cuenta de su muerte hasta la mañana siguiente. Al despertar, no olía a café.
Ella no se dio cuenta de su muerte hasta la mañana siguiente. Al despertar, no olía a café.
Parejas que la rutina y el desamor hace que vivan en soledad sin buscar una solución, porque prefieren el tedio a aventurarse hacia una nueva vida. Miedo al cambio. Aguantan el silencio y abandonan la música de la felicidad.
ResponderEliminarMuy bien contado, Ricardo.
Un abrazo,
Pablo
Muy buen relato Ricardo. Enhorabuena
Eliminar¡Buen título el tuyo, Ricardo! Cuando se acumula la nieve en un tejado, el gracioso y liviano copo de nieve, deja de serlo. Buen paralelismo, también, entre la nevada y el hastío y aburrimiento de una pareja.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" porque ciertamente me ha gustado. Y con mi clic, un saludo muy cordial.
Me parece una genialidad la analogía. Va mi "Me gusta".
ResponderEliminarUn beso, Ricardo.
Que triste tu micro, de rutinas y vacíos. Qué bien contado.
ResponderEliminarSaludos
La nieve amortigua los sonidos y amplifica el silencio.
ResponderEliminarMe parece genial tu metáfora y la atmósfera pesada y dulce que consigues con tus palabras. Al igual que a ellos, me ha arrastrado a una muerte dulce.
Un saludo, Ricardo.
Muy acertada esa similitud entre la acumulación de los copos que forman una capa de hielo y el del paso de los años en los que, tus protagonistas, se han ido aclimatando a una fría rutina. Me ha gustado cómo lo has contado. Un saludo, Ricardo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a todas y todos por vuestras palabras.
ResponderEliminarSi, a veces nos dejamos llevar sin pensar que la ligera nieve deviene en pesado hielo.
Un abrazo.