Esas pequeñas cosas

…tres, cuatro y cinco. Te mato y me cuento veinte: del treinta al cincuenta. Tamborileo de dados. Uno, ¡encima! Sonrisas. ¡Qué mala eres! Que no tengo suerte. 

—Rosa, ¿qué dice?

—Nada, nada...

La enfermera marcha cerrando y la anciana sigue a lo suyo, allí sola en su habitación como estaba.
Escrito por Manu Ramírez

5 comentarios :

  1. En cincuenta palabras has hecho un boceto de la situación en que vemos a nuestros ancianos familiares, sin reconocernos y parándose en un momento de su vida que fueron felices, como tu Serratiano título indica, con esas pequeñas cosas. Con un parchís en este caso.
    Un saludo, Manu.
    Pablo.

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  2. Un micro triste pero a la vez tierno y emotivo. Muchos ancianos atesoran esos pequeños recuerdos en la mente que son los que les permiten seguir anclados a la vida. Me ha gustado mucho, Manu. Un saludo.

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  3. A mí me parece que Rosa tan sólo intenta evadirse de la soledad que la rodea recreando esos momentos de su pasado. Conmovedor relato y triste realidad la que se ven obligados a vivir muchos ancianos. Me ha gustado, Manu.
    Un saludo.

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  4. Terrible la soledad que viven muchos ancianos, que los lleva a conversar consigo mismos, rescatando recuerdos y reviviéndolos como única alternativa.
    Buena historia, Manu.
    Un saludo.

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  5. Alguien, con mucha más imaginación que yo, podría ver y entender que Rosa, la protagonista del relato, tiene un amigo (o amiga) imaginario(a). Pero, como ya digo, adolezco de esa fantasía creativa y solamente soy capaz de ver a una anciana en su solitaria habitación, pasando el tiempo, el que le queda.
    Va mi "Me gusta", Manu, y mi reconocimiento por tu historia, que llega al corazón del lector.
    Saludos cordiales.

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