Espinas
Podías haber elegido margaritas. O tulipanes. Tampoco me importaría que me hubieras traído bombones, un perfume; hasta unas rosas. Un regalo típico. Un tópico de enamorado. Sí, cariño. Cosas así. Y no digas lo que estás pensando. La docena de cactus con la que me has despachado tiene muchas más.
Paloma, además de un buen micro, es un micro que enseña a los que intentamos escribir: cómo expresar por escrito los sentimientos, dónde poner los puntos seguidos seguidos, las comas, los puntos y comas.
ResponderEliminarEn resumidas cuentas un buen micro, técnicamente perfecto.
Un besote.
Pablo
Gracias Pablo, tus comentarios suelen ser jugosos, como fruta madura. Este no lo es menos. Así, lo único que me queda es quitarme el sombrero y degustarlo a la sombrita.
EliminarOtro pata ti.
Un 50 lleno de esperanzas en el amor, lleno de ironía. A veces es mejor no esperar obsequios y que la vida decida.
ResponderEliminarUn relato sin púas, lleno de pétalos del buen hacer.
Un preciosa Paloma.
Siempre puntual y delicado, es un placer leer tu comentario. Muchas gracias María Belén.
EliminarUn abrazo
Ay, qué bonito es el amor (leáse, con ironía, con mucha ironía)
ResponderEliminarNo me extrañaría que él hasta siguiese sin comprender por qué los cactus no son un buen regalo. Para una vez que se gasta el dinero...
Precioso sí, en esta pareja hay evident3es muestras de desgaste; dejémosles a ver si a base de regalos-aunque tengan espinas-lo arreglan. Aunque me da a mí que no, que lo van a estropear.
EliminarMuchas gracias por Pasar y Comentar, reina de los Diablos ( me encantó tu ángel caído)
Un beso.
Tu relato confirma lo difícil que es acertar en el regalo a una mujer. Lo del cactus parece una buena idea. Por lo menos original.
ResponderEliminarBesos, Paloma.
Ya sabes Rafa, como en todo, hay maestros que parece que han nacido enseñados y aprendices eternos, que por muchas pistas que reciban, nunca aciertan.
EliminarYo tengo mucha suerte, afortunadamente, y no hablo desde la voz de la experiencia, pero creo que sí, que lo de los cactus puede ser muy útil para trasmitir emociones a la prójima...
Gracias por comentar.
Besos.
Recuerdo aquel eslogan de alguna floristería: "Dígaselo con flores". Una cosa son las inevitables espinas de una rosa, aceptables porque todo no puede ser perfecto, y otra que sólo haya punzadas, aunque sean simbólicas. Si es cierto que lo cuenta es la intención a esa pareja hay que augurarle un mal futuro.
ResponderEliminarUn relato lleno de tensión y desamor, pero no menos simpatía.
Un abrazo, Paloma
Les daremos una tregua Ángel, al menos, todavía se regalan punzadas, todavía no están muertos. Aunque no andan lejos, no.
EliminarMe gusta que hayas visto esa mezcla dentro del relato,
Un abrazo agradecido.
Hay regalos que dicen más que mil palabras, y en este caso se han esforzado poco por ocultar la desgana y la intención de herir. Lo has reflejado a la perfección y, como dice Pablo, tu forma de escribir es para analizar y aprender. Un beso.
ResponderEliminarGracias Belén. Me parece que tienes la razón, un regalo puede llegar donde una palabra no.
EliminarMe alegra leerte.
Un beso
Es cierto aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Con sólo 50 palabras nos has hecho ver la imagen y el contenido que acarrea. Perfecto relato en fondo y forma. Sólo me falta mandarte un besote y mi like it.
ResponderEliminarUn regalo, tu comentario es un regalo. Y sin espinas!
EliminarThank you my friend.
El hombre tenía una espina clavada y la ha devuelto con creces, jajaja. Muy divertido, Paloma. Un abrazo.
ResponderEliminarEstos dos, en una partida de ping pong, iban a disfrutar mucho mucho. Me alegro de haberte sacado esa risa, y mucho.
EliminarUn abrazo Salvador.
Juas, juas. Cómo se las gastan. Muy buena respuesta a tal regalito.
ResponderEliminarUn beso Paloma.
Malu.
No la hagas y no la temas, decían en mi casa cuando era cría. Pues eso, que aquí alguno tiene razones para temer.
EliminarUn beso Malu, gracias.
Sólo se me ocurre decir dos cosas; a saber:
ResponderEliminar1ª) Donde las dan, las toman.
2ª) Magnífico relato, tanto en el contenido como en el continente.
¡Bravo, Paloma!
Un abrazo.
Gracias Fina, dos abrazos para ti, por comentar y por hacerlo así de bien.
EliminarNo es fácil convertir una bronca en relato pasándolo por el tamiz de la ironía, gracias al buen empleo de las frases cortas. Enhorabuena.
ResponderEliminarY es que el amor también es eso: espinas.
Me alegro de que te haya gustado Antonio B. muchas gracias por compartir conmigo tus sensaciones.
EliminarSaludos agradecidos.
Parece que en esa relación hay más tirantez, espinas y puyas, que amor y ganas de complacer. Simpático y oportuno ese mordaz correctivo de ella. Un saludo, Paloma.
ResponderEliminarEl poso de los años, que a veces abona y otras pudre...
EliminarGracias por comentar Matrioska, saludos.
Me tienes totalmente conquistada con tus historias, Paloma, y con tu forma de narrarlas con esas frases cortas que resuenan tan alto.
ResponderEliminarAsí que no me importa, pásame esa docena de cactus que ya les busco yo un rincón.
Un cordial saludo.
Gracias Margarita, leer tu comentario me ha dibujado dos sonrisas, una en la cara y otra en mi autoestima.
EliminarCordialidad a raudales para ti.
Una vez al año, el cáctus florece. Si tienen suficiente paciencia y mañana para esquivar las espinas, ¿quién sabe? A lo mejor llegan a ver la flor.
ResponderEliminarSaludos Paloma.
Eso es, Notincgas, eso es. Yo les deseo suerte, y que vean la flor, que merece la pena.
EliminarSaludos para ti también.
A mi también me gustan los cactus. No me parecen mal como regalo, aunque en estos casos lonque cuenta es la intención, y ahí...
ResponderEliminarMuy buen relato, Paloma, y muy simpático. Magníficamente escrito, además, como es natural...
Enhorabuena y un abrazo.
Enrique.
A mí también me gustan Enrique, es más, ahora mismo alguno de los que tengo luce sus flores. Pero pincharse con ellos es de lo más doloroso!
EliminarGracias por comentar. Un abrazo.
El trasfondo de la historia es el desamor en ambos personajes. Por lo general los cactus tienen flores hermosas, incluso más que las rosas, el problema con algunos de ellos es que sus flores sólo duran una noche y se cierran al amanecer; creo que esto es lo que pasa con esta pareja, su amor fue bonito pero ya murió. Buen microrrelato, se presta a debate.
ResponderEliminarSaludos.
Eso me gusta Beto, lo del debate. Gracias por un comentario tan aprovechable.
EliminarSaludos.
Paloma: enhorabuena por tu magnífica continuación, y éxito, en el relato: 'La providencia' que podremos leer este fin de semana en la revista cultural de 'El País'. ¡Me alegro, campeona!
ResponderEliminarPablo
Muchas gracias Pablo, me hace mucha ilusión. Me alegro de que te haya gustado esa continuación que propuse; era un poco arriesgada pero... el texto de inicio muy difícil de hilvanar.
EliminarY tan Yo lo intenté y no me salió nada decente así que opté por no enviar nada. Bueno, lo que sí envié fue mi voto a tu excelente texto. Este fin de semana hay que comprar el País. Una gran autora sale en sus páginas.
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