Insomnios
He pasado el día sin acordarme de ti. De eso me he dado cuenta cuando al irme a la cama me ha entrado una desazón, como de haber olvidado lavarme los dientes. Y esta noche, sin tu recuerdo en mi insomnio, es tu olvido el que no me deja dormir.
Buenísimo ese insomnio, María. Que historia más bien contada y que poética. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo
Me encanta cómo juegas con las palabras, María: sus contrastes, sus noches y sus días, y ese cambio de ritmo cuando te lavas los dientes, y vuelta otra vez al estribillo, esta vez con todo el coro cantando al unísono. ¡Fantástico final!
ResponderEliminarUn saludo.
¡Enhorabuena, María!
ResponderEliminarHas hecho una perfecta descripción de un insomnio generado por mal de amores. Durante el día, distraída con lo cotidiano, se puede sobrevivir. Pero las noches, llenas de recuerdos, y atormentadas por el olvido del ser amado, son otra cosa.
Tu relato me ha trasladado a vivencias de adolescencia, de las que dejan huella.
Un beso y por supuesto, un "Me gusta".
Asun
Bellísimo micro de recuerdos y olvidos que provocan un mismo efecto. Me ha gustado mucho, María. Un saludo.
ResponderEliminarUn exquisito micro fruto de ese magnífico juego de contrastes que has llevado a cabo, María. ¡Bravo!
ResponderEliminarUn saludo.
Si se acuerda, mal, pero si no, también. No sé por qué, pero he dado por hecho dos realidades en tu relato que en realidad no se dicen claramente: primero, que se trata de un amor desgraciado por no correspondido; segundo, la condición femenina de la protagonista, aunque en este caso el efecto sería el mismo, del mal del amores no se salva nadie, con independencia de sexo, edad o condición.
ResponderEliminarUn saludo
Ay esos insomnios por mal de amores, que ni contigo, ni sin ti.
ResponderEliminarQué poético y qué bien contado.
Un beso fuerte María. Me ha gustado mucho.
Malu.
Precioso micro poético María. Esa sensación de desazón al saber que durante el día no te acordaste de él y en la noche es su ausencia lo que te desvela.
ResponderEliminarun beso y felicitaciones.
Un recuerdo constante que a veces se disfraza de olvido; dolorosa paradoja contada con gran belleza y poesía.
ResponderEliminarEnhorabuena, María. Un abrazo.
Enrique.