La excepción
—Solo si ellos te pegan primero.
—¿Y por qué, mamá?
—Porque deben saber que tú sabes defenderte.
—Sus lágrimas mojaron el mármol.
—Pero no está bien. Mis profesores me castigarán.
—No, no te castigarán, mi vida.
Sus ojos en luto miraban la lápida de su hijo mayor de 12 años.
—¿Y por qué, mamá?
—Porque deben saber que tú sabes defenderte.
—Sus lágrimas mojaron el mármol.
—Pero no está bien. Mis profesores me castigarán.
—No, no te castigarán, mi vida.
Sus ojos en luto miraban la lápida de su hijo mayor de 12 años.
Duro. Con el corazón encogido. Muy buen contado, Eva.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo
Muchas gracias Pablo.
ResponderEliminarOs llevo siguiendo a todos desde hace un tiempo y con un poco de timidez me he atrevido a incorporarme a esta gran familia que estáis construyendo.
Saludos, Eva
Bienvenida, Eva María, a este club que ya es también tuyo. Y nada de timidez por asomarte por aquí, donde todos aprendemos de todos.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por tu primer relato que espero y deseo que no sea el último.
Va mi "Me gusta" (que ya se me olvidaba).
Muchas gracias y muy agradecida José Antonio.
ResponderEliminarSaludos, Eva
¡Bienvenida, Eva! Seguro que aquí no eres una excepción y después de tu buen relato, nos obsequiarás con más.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias.
EliminarSaludos cordiales, Eva
Un relato estremecedor. Enhorabuena y bienvenida, Eva. Un abrazo.
ResponderEliminarDuro relato y buen estreno. ¡Bienvenida, Eva!
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre hay una excepción para una regla. Muy dura en este caso y muy bueno tu estreno.
ResponderEliminarUn beso y bienvenida, Eva.
Malu.
Buen micro, Eva. Es de los que te deja pensando en todo lo que hay detrás de esas cincuenta palabras. Duro tema. Un saludo y bienvenida.
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