Madre no hay más que una
La vida es un sufrimiento desgarrador, por eso los ahogué en la bañera. ¡Los quiero tanto!
Oigo sirenas de policía. Vienen a por mí.
Me he tomado un bote de pastillas. El agua empieza a desbordar… Estoy tan cansada y deprimida que si cierro los ojos me convertiré en nada.
Oigo sirenas de policía. Vienen a por mí.
Me he tomado un bote de pastillas. El agua empieza a desbordar… Estoy tan cansada y deprimida que si cierro los ojos me convertiré en nada.
Describes con real dramatismo la frágil y enferma mente de la protagonista. Un tema puñetero porque muchas veces queda la duda de si los que rodeaban a estas personas, familia, amigos, médicos, jueces…, podían haber evitado la tragedia. Un micro muy bien narrado, Raquel. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska :-D La verdad es que la locura, la muerte... son mis temas fetiche.
EliminarUn saludo
Raquel: vaya micro duro, y más duro aún porque parece cogido de una noticia real de sucesos. Está muy bien contado desde el punto de vista de la víctima de su locura.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Gracias Pablo encantada de que te haya gustado.
EliminarMuy duro relato, Raquel, pero magníficamente narrado. Esa dualidad de ver la vida como sufrimiento y, por otro lado, amar (¿con locura?) a sus hijos, ya nos deja claro que la protagonista vive entre lo real y lo imaginario.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" por delante y con él mi reconocimiento.
Un saludo.
Viniendo de ti, es todo un cumplido gracias. :-)
ResponderEliminarLos que nos consideramos más o menos normales, cuando conocemos la noticia de alguien que ha matado a sus hijos no deja de chocarnos, no puede ser de otra forma. Entonces, inconscientemente, tratamos de ponernos en esa mente, en lo que puede haber pasado por ella para llegar a cometer la mayor de las atrocidades, necesitamos una explicación a tanta sinrazón aparente. Esa psicología enferma y peligrosa de un asesina queda bien resumida en las dos primeras líneas, más aún en un par de palabras claves que utilizas: sufrimiento y cariño, aunque éste último sea extraño.
ResponderEliminarUn saludo, Raquel
Habitual tentación de madres desesperadas que en su afán de protección y de evitar futuros dolores a sus vástagos, prefieren hacerles pasar por un solo y definitivo dolor.
ResponderEliminarLamentable, pero frecuente.
Buen relato Raquel
Un beso.
Brutal historia, Raquel, magníficamente narrada. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias!!
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