Premio Pulitzer
Cascos azules abrazados a niñas semidesnudas, soldados muertos entre escombros... No encontró una fotografía ganadora hasta dar con aquella mujer negra abandonada en su choza. Vientre abultado, ojos sin vida, labios resecos. Derramó toda el agua de su cantimplora mientras ella la miraba, inalcanzable. Esa expresión merecía un premio. Clic.
Capaces de grandezas, nada como un humano para vestir con todos sus matices a la palabra miserable.
ResponderEliminarPerfectamente retratada la inmundicia de la crueldad a cambio de simple vanidad.
Un escalofriante gran relato.
Muy grande, Cadillac.
ResponderEliminarHay una película de Billy Wilder llamada 'El gran Carnaval' en la que aparece un periodistas sin escrúpulos que evita un rescate para dar un impulso a su carrera y tu gran relato me la ha recordado.
Los escrúpulos, cuando se dejan de lado, nos hace dejar de lado tambi´rn nuestra parte humana.
Un saludo.
Pablo
La expresión que me sale, con tu perdón y el de los demás lectores, es. HIJOP....
ResponderEliminarTerriblemente obsceno e inhumano tu relato. Más de uno habrá crecido así. Muy bueno tu relato.
Un buen ejemplo para una gran verdad y es la de que “el hombre es un lobo para el hombre”. Me ha dejado mal cuerpo tu micro, Cadillac, y eso es porque lo que cuentas impacta y porque lo has narrado estupendamente bien. Felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarTú también has conseguido que se produzca en nosotros la emoción que buscabas con tu historia. En tu caso, un premio bien merecido.
ResponderEliminarSaludos, Cadillac.
Alta manifestación del sadismo en este microrrelato. Una historia estremecedora, no entiendo por qué premian a las imágenes del horror. Muy bueno, dejo un me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
Considero que hay que que ser un K bron C T para hacer eso. También hay de esos en el gremio de fotógrafos.
ResponderEliminarProvocador y sádico relato.
Un abrazo.
¡Excelente!
ResponderEliminarSaludos
Has pintado dos realidades bien distintas y sin embargo ambas teñidas por el horror.
ResponderEliminarSaludos.
Ufffff. Aterrador y tan real. He vivido dentro de esa choza, hasta he oído el clic. Genial!!!
ResponderEliminarGran relato que nos hace reflexionar sobre la miseria del ser humano en todos los sentidos. Un abrazo.
ResponderEliminarTengo que pedir disculpas porque publiqué la última frase en su versión primera, y no con el cambio que poco después me había pedido el autor. Ahora ya está bien puesto. ¡Perdón!
ResponderEliminarGracias, Álex. Y perdón por las molestias.
EliminarSaludos.
A veces me avergüenzo de pertenecer a la especie humana y ésta es una de ellas porque aunque nos has traído un relato ficticio, seguro que más de una vez se han llegado a dar casos similares. Bravo, Cadillac. Tú sí que mereces un premio por este micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Gran relato, Cadillac. Una visita al lado oscuro del ser humano perfectamente realizada.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Enrique.
Hay personas sin escrúpulos que hacen cualquier cosa por destacar, brillar o ser premiados, tanto en su trabajo como en su vida del día a día.
ResponderEliminarPremio para ti, Cadillac, por este gran relato.
Un beso.
Malu.
Antonio, Pablo, Salvador, Matrioska, Margarita, Beto, Isidro, Rosy, Sandra, Carmen, Salvador, Fina, Enrique y Malu: muchísimas gracias por dedicar parte de vuestro tiempo a leer y comentar. Me hubiera gustado poder responderos personalmente, pero me ha sido imposible. Agradezco de veras vuestra disposición.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo para todos.
Impresionante el relato. Describe muy bien la miseria humana.
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