Sobre la pista
Aparece en escena. Decenas de ojos le observan expectantes. Un foco de luz blanca se centra en él. Tropieza, provocando un aluvión de carcajadas. Dichoso, se levanta para volver a tropezar con sus enormes zapatones y su colorido traje, consiguiendo, una tarde más, que la ilusión irrumpa en la pista.
¡Bravoooooo! Me levanto a aplaudir a todos los payasos del mundo y la gran narradora que ha sido capaz de hacer tan bello homenaje con tan solo cincuenta palabra.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo
Y yo me levanto a aplaudirles contigo porque, regalar felicidad con tanta generosidad, no está a la altura de muchos. Muchas gracias, Pablo y un gran beso.
EliminarY ahí estás tú, dibujándonos una sonrisa amplia como la pista central, desde un asiento sentados en medio del andamiaje de la grada, con muchas palomitas y bastantes años menos.
ResponderEliminarNo ha sido sólo un excelente relato, también un viaje en el tiempo.
Gracias Matrioska.
Mirándolo todo con los ojos abiertos como platos y con unos nervios que no nos permitían estar quietos ni un segundo pero, sobre todo, como dices, con un buen puñado de años menos. :) Muchas gracias a ti por todo, Antonio. Un beso.
Eliminar¡Qué elegancia y sensibilidad! Me ha encantado, Matrioska porque no hace falta ofrecer situaciones extremas para provocar ilusión y esperanza. Un tropezón, dos tropezones... eso es un arte.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, Luis, para los niños una nimiedad como un tropezón puede ser motivo más que suficiente de alegría e ilusión. Muchas gracias por comentar y un saludo.
EliminarEsa torpeza ensayada de los payasos siempre logra sacar carcajadas, especialmente en los niños. Un bonito homenaje.
ResponderEliminarSaludos.
La felicidad muchas veces está en las cosas más sencillas. Muchas gracias, Beto. Un saludo.
EliminarComo ya ha dicho Antonio, nos has puesto sobre la pista de un fantástico viaje al pasado.
ResponderEliminarEstoy segura de que a ti te han contratado como ilusionista del circo por la magia que has conseguido con tus cincuenta palabras.
Un saludo, Matrioska.
¡Qué cosas más bonitas dices, Margarita! Muchas gracias, eres un encanto. Un beso.
EliminarGrande y denostada profesión la del payaso, que si bien solo es menospreciada por aquellos que no merecen aprecio.
ResponderEliminarBuen relato narrado como la breve descripción de un cuadro. Suficiente y justo para hacer llegar toda la carga emotiva.
Mi me gusta y mi abrazo.
Solo quien no ha sido feliz y ha perdido toda inocencia puede menospreciar a los magos de la ilusión. Muchas gracias por tus palabras, Isidro y un abrazo.
EliminarTu protagonista consiguió que la ilusión irrumpa en la pista, y tú que la niñez irrumpa en mi corazón, recordando esa época tan hermosa en que no necesitábamos más que el tropezón de un payaso torpe y colorido para reír a carcajadas y sentirnos feliz.
ResponderEliminarHermoso relato, Matrioska.
Un beso.
Muchas gracias, Sandra, me alegra haber conseguido que viajes a la, muchas veces olvidada, etapa de la ilusión y de la inocencia. Un beso.
Eliminar"Somos felices al conseguir a un niño hacer reír" decían los Payasos de la Tele en España, en esa infancia que nos has evocado a los que te hemos leído (a no ser que sean muy jóvenes).
ResponderEliminarNunca hay tiempos buenos del todo, siempre sucede algo que los perturba, tanto a nivel personal como colectivo, y la risa es un bálsamo que hace olvidar problemas, o sobrellevarlos de otra manera cuando se deja de pensar en ellos durante un rato. Provocar una sana dicha con dos tropezones, sin meterse con nadie, debe ser considerado arte.
Un saludo, Matrioska
Y lo es, Ángel. Lo es para los que lo apreciamos como tal. Tuve la suerte de ir con el colegio a un programa de los Payasos de la Tele y todavía guardo fresco el recuerdo de ese mágico día. Hoy sigo cantando sus canciones con la misma ilusión que lo hacía antes. :) Muchas gracias y un saludo.
EliminarQué sencillo y qué bonito lo has contado. Hacer reír es muy difícil, por lo menos a mí me lo parece, y los payasos siempre lo consiguen con gestos y movimientos sencillos y que aparecen en el día a día. Un aplauso y un beso a todos los payasos del mundo y otro a ti, Matrioska, por habernos traído estos recuerdos.
ResponderEliminarMalu.
Dicen que es más fácil hacer llorar que reír y eso que para hacer reír se necesitan recursos bien sencillos. Muchas gracias, Malu, recojo tu beso y te mando otro grande de vuelta.
ResponderEliminarA veces lo que en apariencia parece fácil, como hacer reír a un niño, resulta ser lo más complicado. A veces detrás de una historia sencilla, como ésta, se encuentra una gran narradora. ¡Bravo!, Matrioska.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra verte por aquí, Fina. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
EliminarPrecioso homenaje a esa profesión tan difícil: hacer reír. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salvador. Otro abrazo para ti.
EliminarQué humor más blanco y entrañable el de los payasos, capaz de hacer reír a padres y niños, y qué bien dibujado con esa figura patosa y llamativa y, al mismo tiempo, tan llena de dignidad.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, Matrioska.
Enrique.
Enrique.
Ese humor sencillo y sin dobleces nos gana a todos, niños y no tan niños. Gracias por pararte un ratico a comentar. Un abrazo, Enrique.
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