Celos
Nico y yo encontramos un hermoso pez dorado en la fuente del parque, pero fue él quien lo capturó.
Siempre me había vencido en las peleas, incluso en el vientre de mamá.
Esa misma noche lancé el pez a la piscina, consciente de que mi hermano aún no sabía nadar.
Siempre me había vencido en las peleas, incluso en el vientre de mamá.
Esa misma noche lancé el pez a la piscina, consciente de que mi hermano aún no sabía nadar.
Carmen me ha encantado tu relato, expresas de una forma muy sutil esos celos entre hermanos, y además estos son gemelos o mellizos. Felicidades y enhorabuena es un placer leerte hoy y siempre.
ResponderEliminarEso es mala leche, lo demás es cuento.
ResponderEliminarMuy ocurrente tu relato. Me gusta.
Un abrazo.
La eterna rivalidad o celos entre hermanos narrada con claridad y sencillez. Me ha encantado como todo lo que escribes. Carmen, enhorabuena! Un beso. Pilar
ResponderEliminarUn Caín moderno. Muy buen micro
ResponderEliminarMuy buen micro Carmen, ya sabes la admiración que siento por tí, y tu magistral forma de escribir y redondear un buen relato en las escasas 50 palabras.
ResponderEliminarUn gran abrazo!!!
Es increíble cómo los celos, esos sentimientos tan humanos, pueden sacar lo peor de nosotros y convertirnos en monstruos. La irracionalidad nos gobierna aunque creamos lo contrario.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso, Carmen.
Mario Benedetti en uno de sus magníficos cuentos dice algo así como que el infarto provocado por los celos nunca es benigno, y así es: el corazón no atiende a razones cuando lo ataca los celos. Gran relato.
ResponderEliminarUn bedote, Carmen.
Pablo.
Muy bien, Carmen, qué agradable encontrar tus estupendas letras también por aquí.
ResponderEliminarGran relato, te mando un abrazo.
Vicente.
La envidia y los celos son sentimientos que despuntan muy temprano en el ser humano. Me gusta cómo lo has contado, Carmen. Un saludo.
ResponderEliminarEs estupendo tenerte aquí. Tu micro me encanta. Los celos, la envidia son el peor mal de la humanidad. Muy bien contado. Besitos
ResponderEliminarYa veo de dónde te sale la vena demoniaca...
ResponderEliminarUn abrazo, compañera.
Magníficamente contada esta pequeña gran historia sobre un tema universal.
ResponderEliminarSaludos, Carmen.
Enrique.
Me recuerda "Las hermanas" de Stefan Zweig. Felicidades por lograr de buena forma este celo gemelo.
ResponderEliminarEspléndido relato el tuyo, Carmen. Describes perfectamente el sentimiento perverso de los celos entre hermanos (gemelos o mellizos) y rematas la faena de una manera magistral.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y mi reconocimiento literario.
Saludos.
Me encanta cómo juegas con el agua en cada una de las frases, Carmen. Y conociéndo la magia de tus letras, estoy segura de que ese pez dorado será capaz de sacarles a flote a los dos.
ResponderEliminarUn beso grande.
Eso son celos y lo demás es tontería....
ResponderEliminarMuy bueno tu relato de principio a fin.
Enhorabuena.
Un beso
Qué bien plasmas esa enfermedad, cuanto asesinato en la vida real por su culpa.
ResponderEliminarSaludos.