Con premeditación y alevosía
Estaba en ese punto en el que tenía miles de preguntas pero ninguna respuesta, a esa distancia en la que un minuto más significa para toda la vida.
Olvidándose de todo y de todos, dio un paso al frente:
—Señor juez —dijo con voz seria—, este matrimonio no puede celebrarse.
Olvidándose de todo y de todos, dio un paso al frente:
—Señor juez —dijo con voz seria—, este matrimonio no puede celebrarse.
Ah, ¿que lo hizo a propósito?, lo digo por el título. Pues entonces fue más bien una venganza, ¿no?. Lo que no sabemos todavía es quién fue el protagonista, el novio, la novia o quizás algún invitado, de semejante ataque de sinceridad. Me encanta, Malu, la escena. Yo, para mayor intriga, hubiera añadido una palabrita más, (con permiso de Álex): 'Continuará'. Ja, ja, ja.
ResponderEliminarEnhorabuena, por esta maquinación que nos has regalado hoy, como cierre del mes.
¡Un beso fuerte, Malu, y mucha suerte! ;)
Querida Mª Jesús, ya creo que lo hizo a propósito ... ja, ja, ja ... Y la palabrita "Continuará", pues sí, continuará, hay escrita una continuación que esta sin enviar a Álex, pero todo se andará y sobre todo, se enviará.
EliminarUn beso enorme y mil gracias por estar siempre ahí comentando y animando, eres un sol.
Malu.
Pues sí, Malu. Me ha gustado ese suspense que das para que al final el protagonista, en el momento justo, corte ese matrimonio. Como dice María Jesús, por el título parece ser que ya lo tenía pensado.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Pablo
Querido Pablo, qué nos gusta un suspense, ¿verdad? Lo que no sabéis es si se celebra o no esa boda ... Lo dejo ahí para una continuación ...
EliminarUn beso grande Pablo, te agradezco enormemente que estés siempre al pie del cañón y animando a todos los que por aquí nos prodigamos.
Malu.
Relatazo para cerrar el mes, de esos que se te quedan en la memoria para siempre.
ResponderEliminarLevantemos los brazos, amigos cincuentistas, para celebrar con una ola gigantesca este magnífico relato de Malu.
Besicos.
Mi querida Patricia, aunque exageras, me encanta (jijiji), te confirmo que ha llegado a Madrid esa ola con toda tu energía. Yo te lo agradezco con la misma fuerza que la recibo.
EliminarTe mando un beso enorme.
Malu.
Teniendo en cuenta ese primer párrafo, estupendo por cierto, yo apostaría por que se trata de uno de los cuasi contrayentes. Y el caso es que lo he imaginado inquieto, sudoroso e incluso aterrorizado, hasta que he leído finalmente el título. Me parece un relato muy bueno, muy bien contado y con una gran dosis de suspense, algo, esto último, que cobra una nueva dimensión al echar cuentas del encabezado.
ResponderEliminarEnhorabuena, Malu, y un fuerte abrazo.
Querido Enrique, me siento halagada con tu comentario. Estoy convencida de que los contrayentes, si no estaban sudorosos, después de este paso al frente del protagonista, comenzaron a sudar sin parar.
EliminarTe diré que quien dice lo de Señor Juez, no es ninguno de los novios y ... hasta aquí puedo leer.
Un beso y mil gracias como siempre por pasarte por mis letras.
Malu.
¡Cómo me gustan este tipo de micros! Yo voy a apostar por la novia. Con el permiso del personal masculino, las mujeres solemos darle muchas más vueltas a las cosas, de ahí la premeditación. Ahora bien, si además hay alevosía, me inclino más a pensar en el novio (con permiso otra vez y que nadie se me ofenda). Vamos, que estoy totalmente perdida. Lo que parece claro es que se trata de una venganza en toda regla. ¡Malu, sácanos de dudas! Un beso.
ResponderEliminarQuerida Matrioska, ya he desvelado aquí arriba que no es ni la novia, ni el novio.
EliminarPero me encanta tu análisis por lo acertado que es en cuanto a que las mujeres le damos más vueltas a las cosas y que los hombre lo hacen con alevosía.
Lo que está claro, clarísimo, es que quien lo dice no quiere que se celebre esa boda.
Te mando un beso muy fuerte, me encantan tus relatos y tus comentarios. Mil gracias por comentar, por animar y por escribir en 50 palabras.
Malu.
Hasta que me he dado cuenta que se trataba de una ceremonia matrimonial, pensaba que se trataba de los instantes previos a un suicidio. Al final solo me ha quedado reirme por esa curiosa asociacion "matrimonio- suicidio"... Muy bueno, Malu. Un abrazo.
ResponderEliminarJa, ja, ja, Joaquín, a mí también me has hecho reír al asociar matrimonio y suicidio. Bueno, se trataba un poco de eso, de engañaros un poquito hasta desvelar en la última frase que se trataba de una boda.
EliminarUn beso grande y muchas gracias por comentar con tan buen humor.
Malu.
Creo que tu micro tiene dos corazones: El de la venganza que estructura la historia y el de la repercusión de nuestras decisiones, que la sustenta.
ResponderEliminarYo me quedo con el segundo, en el que un instante determina toda una vida. Creo que ahí reside la fuerza de tu estupendo relato, Malu.
Un abrazo
Querido Antonio, qué te voy a decir ... Pues que tienes toda la razón del mundo. El primer corazón, bueno, pues venganza o más bien "desesperanza" si se me admite la palabreja. Y el segundo, que es el "quid de la cuestión", la repercusión de nuestras decisiones.
EliminarYo también me quedo con el segundo. Y es que hay instantes que tienen tanta importancia, que hay que pensarlos muy bien para no equivocarse, de lo contrario, nos costarán muy caros.
Te agradezco muchísimo tu más que acertado comentario y te mando un beso fuerte.
Malu.
Malú, que bien has expresado lo importante que es tomar decisiones a tiempo y de no hacerlo cuales pueden ser las consecuencias. Valiente el/la protagonista que tiene el valor de poner fin a algo tan decisivo. Recuerda a "novia a la fuga", todo un clásico del miedo al compromiso. Muy bueno. Un beso.
ResponderEliminarTienes razón Pilar, valiente quien tiene el valor de poner fin a algo tan decisivo y que se da por hecho. Y por supuesto que sí, muy importante tomar decisiones a tiempo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, me ha encantado leer que te gusta.
Un beso fuerte.
Malu.
Estoy segura que muchos serían los pasos al frente que se darían en las muchas bodas que se celebran... pero hay que ser tan valiente como tu prota.
ResponderEliminarMuy bien expresado, querida Malu. Este mes has estado algo rezagada...
Un ¡me gusta!, con ¡mucho gusto!
Besotes
Ya lo creo, que muchos serían los pasos al frente si hubiera valientes como el que aquí se retrata.
EliminarMi querida Rosy, este mes he entrado por los pelos y eso que me tomé vacaciones cincuenteras en julio. Pero fíjate si voy retrasada que ni siquiera he terminado de contestar a todos los buenos amigos que pasasteis por mi relato de junio (no tengo perdón, encima que era para celebrar mi relato número 25 ... así que en estos días me pondré manos a la obra y contestaré sí o sí aunque sea tan a destiempo ...).
Un beso bien fuerte y muchas, muchas gracias por estar aquí de amiga cincuentera.
Malu.
Bien por tu protagonista, Malú. Como dicen en mi tierra, "más vale una vez colorao que ciento amarillo". La novia de mi micro de este mes llegó más lejos, el arrepentimiento surgió justo a la salida de la iglesia, el divorcio le va a costar una buena dosis de papeleo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un beso.
Eso sí hay que reconocerle a este protagonista, valor no le falta. En mi tierra se dice algo muy parecido, "más vale una vez colorao que ciento morao".
EliminarCuando leí tu relato pensé, mira, Asun lleva el mismo tema que yo. Me encantó tu micro y te felicito porque lo he visto en la final, lo merecía.
Un beso bien fuerte, mil gracias por tus palabras.
Malu.
Más vale tarde que nunca...
ResponderEliminarMuy buen relato Malú.
Te felicito.
Un beso.
Y qué cierto es, más vale tarde que nunca Gabriel.
EliminarMe alegra que te haya parecido bueno.
Mil gracias. Un beso fuerte.
Malu.
Muy buen relato Malú, hecho con premeditación y alevosia, genial. Me ha encantado.
ResponderEliminarHay que tomar las decisiones en el momento oportuno, ni antes ni después.
Enhorabuena, un beso.
Así es Javier, las decisiones en su momento.
EliminarMe alegra leer que te ha encantado y recibo tu enhorabuena. De vuelta te mando un beso y te doy muchas gracias por tus amables palabras.
Malu.
Un relato que nos explica la importancia de hacerle caso a nuestro yo interior y ver con ojos serenos nuestra realidad. El título me desconcierta un poco, en el sentido de que parece una acción pensada y programada. Muy bueno, Malu. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido Salvador, me encanta lo que dices de hacerle caso a nuestro yo interior y sobre todo, lo de ver con ojos serenos nuestra realidad. Yo creo que es muy evidente lo que dices, pero no sé por qué creo que se nos da a todos un poquito mal llevarlo a la práctica.
EliminarLo del título, bueno, te diré que siendo un invitado a la boda, ya lo venía pensando desde hace un tiempecito ... como mínimo desde que recibió la invitación.
Un beso grande y gracias por pasarte siempre por mis 50 palabras. Encantada de leerte en tus relatos y en los comentarios que nos dejas a todos.
Malu.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarYo me inclino a pensar que es el novio, que no acaba de verlo claro.
Pero al releerlo, me viene a la cabeza la típica escena de una película donde un tercero, que es a quien en el fondo quiere la chica, interrumpe la boda pues quiere ser él quien se case con ella (...esto de no tener "ninguna respuesta", y de quedarse con la duda de si ella le quiere para toda la vida...).
También creo que no nos vas a sacar de dudas, verdad Malu?
Esa es la gracia de este micro!
Un beso.
Carme.
Bingooooooooooo, tu respuesta es correcta Carme, has acertado de pleno. Es un invitado enamorado de la novia.
EliminarEnviaré un próximo relato a Álex y veremos qué pasa después de ese matrimonio, con esto ya estoy adelantando que la boda se celebra.
Un beso muy grande. El premio por acertar es mi gratitud y mi aplauso que espero te llegue.
Malu.
Malu, en el caso de que tú seas la novia, yo tengo la respuesta, porque sólo hay una posible: sí quiero.
ResponderEliminarY tú, ¿quieres casarte conmigo?
Aquí sigo, con Patricia, haciendo la ola.
Un beso
Ja, ja, ja. Mi querida Margarita de mis amores, pues claro que SÍ, con mayúsculas y todo, yo SÍ QUIERO casarme contigo y que me hagas esa tortilla a fuego lento, pero con cebolla, por favor.
EliminarMe llega la ola con toda la fuerza que me la enviáis. Y yo te mando un besazo enorme y millones de gracias por regalarnos tus letras todos los meses y tus dulces y sabrosos comentarios a diario.
Malu.
Y por cierto, dale caña a los del cátering que cuando acabe el fotógrafo con el reportaje en los jardines vamos a comer al salón de bodas, ¿qué nos has preparado?
EliminarFelicidades por estar en la final, ese superior del convento que da tan bien la vuelta a la tortilla lo merecía.
Muy bueno tu relato, Malu
ResponderEliminarCoincido con Carme y sospecho que un tercero, asistente a la ceremonia (por eso da un paso al frente, los contrayentes no necesitarían hacerlo para sobresalir del resto de la concurrencia), es quien interrumpe la celebración. De cualquier manera, poco importa quién pronuncia la frase demoledora («Señor juez...»), esta historia es de esas que mueven los mecanismos de nuestro interior porque todos hemos afrontado momentos tan decisivos como el que tan espléndidamente nos has narrado.
Te envío un saludo afectuoso.
Querido Vicente, tú llevas el premio extra, claro que sí, los contrayentes no tienen que dar paso al frente porque no lo necesitan.
EliminarY premio extra también porque efectivamente, todos nos hemos afrontado a momentos decisivos. Me encanta lo que dices de historias que mueven los mecanismos de nuestro interior. Tu comentario enriquece mi pobre micro.
Te agradezco enormemente tus palabras y te mando un beso enorme.
Malu.
Puede respirar tranquilo tu protagonista, Malu. El juez no le impondrá ninguna pena, pues, sin duda, se ha cargado la boda bajo la eximente de estado de necesidad y.
ResponderEliminarBesos
Querido Notinc ... lo de cargarse la boda está por verse ... jijiji ... (Léase con tono malicioso).
EliminarPero reconozco que vas bien encaminado con lo de "eximente de estado de necesidad".
Muchas gracias por pasar por esta boda, te mando un beso fuerte.
Malu.
Me ha gustado mucho tu relato, Malu. Qué valiente que hay que ser para interrumpir una boda, aunque haya sido premeditado, porque uno puede imaginarse interrumpiendo, pero para llevarlo realmente a cabo a hay que tener con qué.
ResponderEliminarLeí más arriba que hay una segunda parte. La espero ansiosa.
Un beso.
Así es Sandra, mucho valor se necesita para realizarlo por mucho que lo tengas pensado.
EliminarMuchas gracias por pasarte por aquí. Lo que hay escrito no es que sea una segunda parte tal cual, pero bien podría ser una continuación o consecuencia de esta historia.
Un beso fuerte.
Malu.
Ahora que sé que no se trata de ninguno de los contrayentes y que hay una continuación, estoy impaciente por saber qué pasará. Esto sí que es dejarnos expectantes, Malu. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Fina, ya te lo hemos puesto fácil, ja, ja, ja ... Bueno, es lo que he comentado por ahí arriba, lo que hay escrito y que ahora mismo envío es una consecuencia que bien puede darse por continuación de esta historia. Me temo que se están generando muchas expectativas y luego igual os decepciono ...
EliminarMil gracias por pasar siempre por aquí. Un beso enorme.
Malu.
Seguro que ese minuto tuvo más de 60 segundos. Un minuto largoooo y decisivo. Estupendo relato Malu. :)
ResponderEliminar60 segundos y pico de sudoración, boca seca y temblor de piernas. Muy decisivo, sí, Raquel.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, me encanta que te parezca estupendo.
Un beso fuerte.
Malu.
Como sé que te gusta, antes de comentar nada, vaya mi "Me gusta" por delante.
ResponderEliminarPues fíjate tú, querida Malu, que cuando lo leí ya intuía que en la ceremonia (por lo civil) había un tercero en discordia. O en concordia, según se mire y según sea el resultado, que está aún por ver. Ese aviso al señor Juez es clave para comprender que hay alguien que no quiere -y sus motivos tendrá- para que la boda no termine de celebrarse. Lo de la voz seria me hace pensar -esto es fundamental en cualquier microrrelato- en que ese impedimento es un él. Aunque también podría ser una ella con voz impostada para impresionar a la concurrencia y que tanto novia como novio quedasen pasmados.
El título, también un elemento clave en estas brevísimas historias, da otra pista: la idea preconcebida de parar esa boda, bien por hacerle un favor a la novia, bien al novio. O, incluso, por hacerse un favor a sí mismo (si es él) o a sí misma (si es ella).
En fin, que me da a mí que nadie va a decir aquello de "¡¡Vivan los novios!!". Al menos de momento. ¿Habrá continuación?
Celebro tu microrrelato, un espléndido remate para un mes, agosto, que tan importante ha sido para mí. Y espero que también lo haya sido para todos los amigos y amigas que he forjado en este tiempo en este rincón cincuentista.
Un besazo.
Querido José Antonio, pero ¿cómo se me ha podido pasar a mí darle una contestación a tan bonito comentario?
ResponderEliminarTe digo que aunque te conteste con 20 días de retraso, me encantan las palabras que me has dejado. Como comenté por ahí arriba, sí, hay continuación y como está próxima la publicación te diré ... que sí hubo boda ... ahí lo dejo.
Celebro yo también que el mes de agosto haya sido tan importante para ti y te mando un beso gigante acompañado de mi gratitud por ser tan generoso siempre conmigo.
Malu.