Infidelidad (Remake)
Aquella mañana volvió antes del trabajo al encontrarse indispuesta y sorprendió a su marido acostado con la mujer del servicio doméstico.
Herida, comenzó a llorar desconsolada mientras él, flácido, se quedó sin palabras. La asistenta, avergonzada y original, dijo:
—Amor mío, no es lo que parece. Esto tiene una explicación.
Herida, comenzó a llorar desconsolada mientras él, flácido, se quedó sin palabras. La asistenta, avergonzada y original, dijo:
—Amor mío, no es lo que parece. Esto tiene una explicación.
Y encima cachondeo !!
ResponderEliminarEl cachondeo es muy importante, Juan!! jejejej
EliminarUn saludo!
Pues sí que es original, tanto como ese remate en el que la asistenta, con sus palabras, se ve que hacía un doble juego. Muy bueno
ResponderEliminarUn saludo, Marca.
Pablo
Gracias por tus palabras, Pablo!!!
EliminarAyyy, los dobles y triples juegos!! jejeje
Un saludo!
Muy bueno y gracioso relato.
ResponderEliminarEres un as, Marca.
Un abrazo y un me gusta.
Isidro, aprendiz de as, puede ser... jejeje... Gracias!
EliminarUn saludo!!
¡Madre mia, cómo está el servivio! La asistenta asistiendo a los asistentes al dormitorio.
ResponderEliminar¿A cuánto cobrará la hora...?
Original y divertido. Enhorabuena, no es fácil sorprender con un tema tan manido.
Un salido, digo, un saludo.
Gracias, Antonio!! jajaja no se su salario!!
EliminarOtro salido! O saludo!!
Desde luego, es que ya no se puede uno fiar de nadie. Espero que, al menos, despida ipso facto al flojo. Simpático y ocurrente, La Marca. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Matrioska.
EliminarEl flácido no entendía nada... jejeje
Un saludo!!
Me parece genial esa capacidad que tienes de sorprender, Marca.
ResponderEliminarUn saludo
Margarita, es un placer leer tu comentario. Gracias!!!
EliminarUn saludo!
Jajaja, haciendo doblete...
ResponderEliminarBuen final, sorprendente.
Un abrazo
Gracias, Rosy!!
EliminarSí... jajajaja ... la cosa ya es viciooooo
Un saludo!
Tu micro puede ser tranquilamente una escena de una película de Woody Allen. Y me viene a la mente "Vicky Cristina Barcelona". Yo creo que quizás puedan ser felices los tres, o por lo menos pasarla bien un rato. :-P
ResponderEliminarAhora sí, hablando en serio, me encantó el giro que les has dado.
Muy bueno, Marca.
Saludos.
Gracias, Sandra!! (Allen?? Ooooooh ;-))
EliminarEs de lo que se trata, de pasar un buen rato!! jajaja
Un saludo!!
Una asistenta muy atenta que limpia el polvo y "lo comparte"...;-)
ResponderEliminarFantástico relato, Marca. Coincido con Sandra que parece una escena de Woody Allen.
Gracias por hacernos reír.
Saludos.
Gabriel, gracias a ti por tus palabras y por leerme!!
EliminarUn saludo!! ;)
No saber exactamente de qué se avergüenza la asistenta hace que me la imagine hablando con resquemor. Si no fuera porque está llorando, casi parece que la esposa vaya a disculparse y cerrar la puerta.
ResponderEliminarMuy divertido.
Saludos
Gracias por tu comentario, Carmen!!
EliminarLa asistenta va a "lo suyo" ... ;)
Un saludo!
No sé por qué me ha venido a la mente (aunque suene a viejuno), esa canción de Rafaella Carrà, "Qué dolor, una mujer en el armario". Aunque en este caso la mujer no estaba escondida ...
ResponderEliminarGenial este remake, muy fresco y muy divertido.
Felicidades Marca. Besos.
Malu.
Gracias por tu comentario nada viejuno, Malu! jajaja
EliminarUn saludo!!
Eres el mejor Marca, y lo sabes.
ResponderEliminarRadon
Vale, recibido!!!
EliminarJjajajaja, qué mamón!!
Un saludo, Radon!!
Imagino la escena, ese hombre al que la entrada súbita de su mujer le corta el rollo, con su flacidez entre las piernas. Y esa frase final, que deja intuir que la asistenta no tendría inconveniente en terminar la faena con la esposa.
ResponderEliminarMuy bueno, Marca.
Gracias, Asun, por tu comentario!!!
EliminarTremenda escenaaaa!!
Jajajaja
Un saludo!
Original y divertido, Marca, ¡vaya triángulo! Y, encima, nos dejas con la incertidumbre de la explicación. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador!!! Está claro que en esta historia todos tendrían que explicar algooo.... Jejeje
EliminarUn saludo!!!
Qué asistenta más apañá. :D :D :D
ResponderEliminarUn abrazo gordo, Marca.
Lola
Gracias, LOLA!!!! jejejejej
Eliminar¡Sorpresas! Pues sí, hay varias: la que se llevó la indispuesta esposa; la del flácido marido (¿lacio por el sobresalto?); y, también, sorpresa la que nos ofrece ese cuajo de la asistenta quien, tomando las riendas del asunto, es la única capaz de mantener la calma en una situación tan sorprendente.
ResponderEliminar¡¡Genial, Marca, ese giro final! ¡De sopresa total!
Va mi "Me gusta" (esto no te debe sorprender) y mi admiración por un relato que no puede dejar indiferente a ningún lector. O lectora. O asistenta doméstica incluso.
Un abrazo.