La tuve que matar
La tuve que matar, no podía más. Al principio, amor, acercamiento, intimidad. Me toca, la miro, me huele, le dejo, disfruto.
Al rato se apoya, sigue sintiéndome suyo. Más tarde, en la cocina, duda, ahora sí, ahora no, te quiero a ti, quizá no.
Un segundo, para, ¡ZAS! Adiós mosca.
Al rato se apoya, sigue sintiéndome suyo. Más tarde, en la cocina, duda, ahora sí, ahora no, te quiero a ti, quizá no.
Un segundo, para, ¡ZAS! Adiós mosca.
Una efímera y brutal historia de amor :3
ResponderEliminarEste verano tengo muchas relaciones parecidas, pero con mosquitos; una amor nada correspondido. Muy original y divertido. Un abrazo.
ResponderEliminarDivertido y genial, muy bueno tu microrrelato. En verano está en boga llevar este tipo de relaciones...
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