Quid pro quo
Soltó el cutter, cogió el trozo de pene ensangrentado y aún erecto, y lo alzó como un trofeo. Sus compañeros aplaudieron con fervor aquella hazaña, hartos de tantos y tan reiterados abusos por parte del Padre Prior, que gritaba retorciéndose de dolor en el suelo de la habitación del Seminario.
Eso le pasa por lo que le pasa. Bien contada esa venganza de tantas víctimas.
ResponderEliminarNo puedo evitar que se me venga a la cabeza que al padre Prior lo llamaran 'El perro de San Roqué' y al verdugo 'Ramón Ramírez'. ¿Te sabes la popular cancioncilla?
Me gustó.
Un besote, *L*
Pablo
Un relato denuncia bien llevado. Con 50 palabras has logrado crear esa sensación de rabia desbordada.
ResponderEliminarUn beso grande "L" suerte preciosa.
*L* siento el error. *L* :)
EliminarMuy bueno.
ResponderEliminarUn beso
Arriesgada propuesta, enhorabuena. El resultado es muy bueno
ResponderEliminarNo caerá esa breva, es lo menos que se merecen algunos. Bien narrado, *L*, se visualiza perfectamente la escena. Un saludo.
ResponderEliminarNo está nada mal despojarle del arma con la que cometía los crímenes...
ResponderEliminarUn "quid pro quo", de los que a mí me gustan.
Un abrazo.
Eso es lo que se llama cortar por lo sano... y de una forma tajante.
ResponderEliminarBuen microrrelato *L*. Va mi "Me gusta" y un fuerte abrazo (pero mantén lejos el cúter, que lo afila el diablo).