Aburrida
Cada lunes las mujeres en la oficina contaban sus aventuras amorosas, ella era la única que nunca aportaba nada. Ese viernes quiso por fin probar suerte con un hombre que la llenase de adrenalina y le volase la cabeza, así dejaría de ser tildada de aburrida: contrató a un sicario.
Lo malo es wue el lunes no podrà compartirlo con sus compañeras. ME GUSTA
ResponderEliminarQué peligroso es tratar de impresionar a los demás sin medir riesgos.
ResponderEliminarBuen relato, Horacio.
Saludos.
Pues sí que va a dar que hablar el lunes en la oficina esa chica.
ResponderEliminarUn buen final.
Un saludo.
A grandes males ... grandes remedios. Muy drástica esta solución.
ResponderEliminarBienvenido Horacio.
Besos.
Malu.
Ella no estaría para verlo pero con eso se aseguraba ser la comidilla de la oficina por lo menos, por lo menos, hasta el martes. Buen micro, Horacio. Un saludo.
ResponderEliminar¡Qué barbaridad, esto sí que es morirse de aburrimiento! Confío en que cuando conozca al sicario, pierda la cabeza, pero de una forma mucho más placentera y menos drástica.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí, Horacio.
Un saludo
Y yo que me estaba imaginando ya una noche loca (juaaaajuaaaaajuaaaaa). Me ha gustado el engaño. Bienvenido, Horacio.
ResponderEliminarUn saludo.
Horacio, tu micro pareciera ser el origen de la frase "las calladitas son las peores".
ResponderEliminarMe ha sorprendido y también me ha sacado una sonrisa.
Un saludo.
¡Alquien que "le volase la cabeza" literalmente!
ResponderEliminarComo pasar de aburrida a temeraria en un abrir y cerrar de cargador.
(... y si le dejamos la opción de que el sicario le explique el oficio por si ella se anima a pluriemplearse? - entonces seguro que los lunes tendría historias por explicar!)
Buena historia - y bienvenido!
Carme.
Buen relato Horacio, y una bienvenida a 50 palabras.
ResponderEliminarSaludos.