Alta costura
Era un hombre con los sueños rotos, como sus zapatos. Por los agujeros de su viejo hatillo se le escaparon la alegría y las risas que antaño poblaron sus días.
En su viaje a ninguna parte ha encontrado una zurcidora ocasional, decidida a remendarle el alma con pedacitos de cielo.
En su viaje a ninguna parte ha encontrado una zurcidora ocasional, decidida a remendarle el alma con pedacitos de cielo.
Es verdad que hay personas capaces de devolvernos al camino rumbo a la felicidad, Carme, o remendarnos el alma, como tú lo mencionas. Muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si encuentramos esa persona que nos da pedacitos de cielo, ¡la hemos de cuidar! - así se querrá quedar con nosotros.
EliminarMe alegro que te guste.
Otro abrazo de vuelta.
Carme.
Encuentramos no, encontramos :-)
Eliminar¡Qué bien escogidas las palabras y expresiones, para construir un bellísimo y triste relato! Me gusta mucho, Carme. Espero que tu zurcidora no ande muy lejos, por si algún día a mi también se me rompen los sueños.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Jose por tus elogios.
EliminarEl relato es triste en su inicio, pero ahora nuestro protagonista sin buscarlo ha tropezado con alguien que se va a encargar de devolverle las alegrías.
Las/los zurcidores creo que andan por todas partes, pero se ha de mirar bien para reconocerlos y no dejarlos pasar sin intentar que se queden a nuestro lado.
Saludos cargados de "buenos remiendos" :-)
Carme.
Creo que a esa zurcidora ocasional no le va a faltar nunca trabajo, hasta yo he tomado nota de sus datos, no descarto que un día pueda llegar a necesitar sus milagrosos servicios para algún remiendo de alta costura.
ResponderEliminarUn saludo, Carme
Aunque yo pensaba en una zurcidora concreta para este protagonista (una pareja), leyendo vuestros comentarios ahora pienso que también es verdad que a veces hay personas que sin ser la pareja, te dan todo su corazón y soporte, y te ayudan mucho en algunos momentos.
EliminarGracias por mostrarme esta otra lectura de mis palabras.
Va de vuelta un saludo de altos zurcidos.
Carme.
Qué bueno que a pesar de todos esos agujeros en su vida y pertenencias el protagonista, ocasionalmente, encuentra quien pueda coserlos, siempre hay esperanza. Una historia triste pero parece que tendrá final feliz, dejo un me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Beto, esta historia tiene final feliz :-) - le van a florecer nuevos sueños y sentirá grandes alegrías.
EliminarCelebro que te guste.
Gracias!
Carme.
Has tejido una hermosa historia, Carme. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Sandra, me dejas bordado un bonito comentario.
EliminarMuchas gracias!
Besos.
Carme..
Precioso relato lleno de divinas metáforas, M. Carme.
ResponderEliminarLa historia no puede ser más tierna y estar mejor contada. Me ha encantado toda esa magia que envuelve al micro.
Un besote.
Pablo
Gracias Pablo. Me gusta que te llegue ternura y magia con el relato, yo con vuestros comentarios recibo pedacitos de alegría y de sonrisas de todos vosotros.
EliminarUn beso.
Carme.
Siempre es una suerte que en momentos de bajón puedas encontrarte con personas que te ayuden a remediarlos. Y si son modistas finas, mejor que mejor...
ResponderEliminarVa mi "Me gusta", Carme, y con el clic un saludo muy cordial.
Estoy segura de que todos podemos ser modistas de alta costura en algunas ocasiones.
EliminarGracias por el "me gusta" José Antonio.
Un abrazo.
Carme.
Preciosa metáfora de una vida sin ilusión, suerte que siempre hay alguien dispuesto a hacerle un zurcido. Espero que en este caso los remiendos consigan contener las risas y las alegrías de tu personaje.
ResponderEliminarUn saludo.
La vida a veces da muchas vueltas, en algunos casos podemos coger aguja e hilo nosotros mismos, pero en otros nos va bien algo de ayuda.
EliminarMuchas gracias por comentar!
Carme.
Dicen que siempre hay un roto para un descosido y ese parece ser el caso de tu protagonista. Por muchos sietes que te haga la vida, aunque tus harapos se caigan a trozos, no se puede nunca desestimar a una buena modista de alta costura que, con paciencia, arregle el desaguisado. Precioso y trabajado relato, Carme. Felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska por este comentario tan bien cosido!
Eliminar(si es que a veces vuestros comentarios son otro micro más!!)
Encantada de recibir tus letras.
Carme.
Bellísima historia que nos anima a creer que, por mucho que perdamos a lo largo de nuestro periplo, siempre encontraremos algo o a alguien que nos aliente a seguir adelante. Me ha encantado, M. Carme.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que realmente la esperanza es lo último que se pierde... y además, en ese caso, alguien de alrededor nos tiene que ayudar a encontrarla de nuevo.
EliminarCelebro que te guste Fina.
Un abrazo.
Carme.
Una ternura de 50. Una esperanza para aquellos corazones que quedaron rotos y descosidos. Una prosa casi versada para contar de manera especial una historia de amor con un final con aroma a cielo.
ResponderEliminarUn beso M. Carme
Belén, qué bonitas palabras me dejas!
Eliminar"Prosa casi versada" me dices siendo tú una artista de la prosa lírica... Muchas gracias!
Me encanta el aroma a cielo.
Un beso.
Carme.
Encantador relato, Carme. Me ha gustado mucho que los sueños rotos se remienden con pedacitos de cielo.
ResponderEliminarFelicidades y un saludo afectuoso.
Los pedacitos de cielo se usan en ocasiones especiales, como sueños rotos o ilusiones perdidas. Esperemos no necesitar recurrir a ellos.
EliminarMuchas gracias!
Carme.
Enormemente poético y con final reconfortante. Me gustan mucho las apuestas por la ternura, más cuando son tan bellas como la tuya.
ResponderEliminarSaludos, M. Carme.
Enrique, con un comentario así me quedo sin palabras para contestar...
EliminarEncantada de que te haya gustado y muy agradecida.
Carme.
Precioso!!! Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Carmen, celebro que te guste.
EliminarUn abrazo.
Carme.
Siempre hay un roto para un descosido. Un micro esperanzador.
ResponderEliminarMe ha gustado; mucho.
Un abrazo, Carme.
Muchas gracias Rosy .
EliminarEsperemos siempre tener quien nos haga un remiendo.
Otro abrazo de vuelta.
Carme.
Qué bonito ... encontrar una zurcidora ocasional, decidida a remendar el alma con pedacitos de cielo. Reivindico más zurcidor@s oficiales que remienden almas por el mundo.
ResponderEliminarMe ha encantado M. Carme. Te felicito y te mando un beso.
Malu.
Me gusta pensar que de tenemos "zurcidor@s" a nuestro alrededor, y a veces nos hace falta mirar con otros ojos para verlo (y valorarlo).
ResponderEliminarMuchas gracias Malu.
Carme.
- Estoy encantada con los comentarios que recibo de buenos relatistas, con estupendos relatos publicados, que se paran en mi entrada. De verdad, estoy muy agradecida.
Me ha encantado tu prosa, M. Carme. Y el juego que da el título con esa "alta costura que estás en los cielos". Y los zapatos rotos por los que se desvanecen las ganas de caminar y la princesa de un cuento. Y la bella sonrisa de la zurcidora de sueños. Y...
ResponderEliminarY un abrazo.
Me alegro de leer que te gusta, Margarita. Es cierto que hay un aire dulce en todo el micro, porque aunque los "rotos y agujeros" no sean bonitos, el final feliz les pone buena cara :-)
EliminarMuchas gracias por tu comentario!
Carme.