Azul y naranja (II)
Atardece en el Mediterráneo y con la pleamar algunas olas mojan un chaleco de color naranja en una playa. Nadie lo olvidó en la arena, lo perdió un corazón, mar adentro.
A esa misma hora, en el Centro de refugiados de Cruz Roja una manta azul se seca al sol.
A esa misma hora, en el Centro de refugiados de Cruz Roja una manta azul se seca al sol.
Muy bueno y muy actual, Carmen. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos.
Vicente
Gracias Vicente. Siempre de actualidad este drama humano. Un abrazo.
EliminarColores que se desprenden de esperanzas disueltas en la salada dureza del mar, colores que también acompañan impotentes y repintan la cruz de un rojo cada vez más intenso y espeso.
ResponderEliminarUn vibrante relato de colores y objetos, de peones vulnerables en el tablero del agua. De huidas y de cerrajeros que cierran las puertas de la orilla del cielo.
Un estupendo relato que expresa mucho más de lo que muestra.
Enhorabuena Carmen.
Un abrazo
Gracias Antonio por tan bellas palabras. Merece la lena asomar con cincuenta palabras sólo por las maravillosas respuestas a las que dan lugar los relatos.
EliminarUn abrazo!!!
Carmen me has emocionado; que 50 palabras más bien escritas, retratas una realidad de mucha actualidad con una sensibilidad enorme, además tu texto es una fotografía, uno te lee y lo ve, lo siente.
ResponderEliminarUn me gusta enorme, y gracias por escribir siempre tan bien. Besos.
Gracias siempre a tí Javier por asomarte a leer mis palabras. Un drama que vemos cada día plasmado para que nadie se olvide. Un abrazo grande amigo.
EliminarPor desgracia, socorrido tema... ¡qué penita tener que hablar esto!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Carmen.
Saludos
Ojalá termine alguna vez Rosy. Gracias por asomar a leerlo. Abrazos.
EliminarMe ha gustado muchísimo la continuación de tu relato del mes pasado. Cómo has jugado con los colores para transmitir las emociones y con cuánta sencillez expresas un drama tan duro.
ResponderEliminarY preciosa la metáfora de la esperanza, con esa mantita azul puesta a secar (si no he metido la pata).
Un abrazo, Carmen.
Gracias Patricia. Justo cuando salió mi relato del mes pasado una avalancha de noticias mostraban chalecos salvavidas en el mar. Tenía que darle esperanza a ese viaje entre madre e hijo... Un abrazote y mil besos.
EliminarEl naranja que simbolizaba la esperanza de la protagonista, se hundió en el inmenso azul, de una inerte manta azul... Sueños de futuro mojados.
ResponderEliminarBonito relato. Utilizando solo objetos y colores cuentas una historia cargada de sentimiento.
Enhorabuena
Gracias Raquel. Un tema triste que necesita que nadie olvide para poder darles un futuro. Ojalá las palabras se hagan realidad. Un abrazo lleno de esperanza.
EliminarCuentas muchas cosas con un par de objetos abandonados y unas pocas pinceladas de color y lo haces, además, aportando mucha sensibilidad. Me ha gustado mucho, Carmen. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska. Es un tema tan doloroso que sólo la sensibilidad puede lograr que tenga solución. Besotes
EliminarUna historia actual contada a través de la contraposición de dos colores: el naranja y el azul.
ResponderEliminarYo interpreto -corrígeme si me equivoco, Carmen- que el naranja (el chaleco salvavidas) correspondió a alguien que, lamentable y tristemente, no pudo salvarse (quedó mar adentro); el azul (la manta), por su parte, sí sirvió para su propósito y ayudó a que alguien pudiera secarse y, en esta ocasión sí, salvarse.
Va mi "Me gusta" y, con este, mi enhorabuena por tu relato, perfectamente narrado.
Un saludo.
Gracias José Antonio. Nada que corregir en tu magnífica aportación. Ojalá no más chalecos perdidos ni más mantas. Sólo vidas en paz. Un abrazo grande.
EliminarCarmen, que hermoso relato y que duro lo que describes. Cuanto me gustaría que todos hubiesen llegado sanos y salvos a la playa. Sabes que me encanta todo lo que escribes, por la sensibilidad con que lo haces. Un me gusta y un gran aplauso. Un beso.
ResponderEliminarGracias Pilar. También a mí me gustaría que todos llegarán sanos y salvos. Ojalá nadie tuviera que dejarse hogar nunca. Un abrazo amiga.
EliminarMuy bueno Carmen, poetizas un drama tan cercano y que vemos tan lejano. Que sirva de homenaje, posiblemente póstumo, para quién llevase ese chaleco.
ResponderEliminarGracias amigo por asomarte. Me alegra que te guste.Que sirva de homenaje y que nadie se olvide pese a la distancia. Un abrazo.
EliminarMe gusta la sensibilidad y sutileza con la que tratas la dramática situación de tus personajes. A ninguno de los dos se les ve, pero están presentes; el dramático final de uno y el inicio de un camino esperanzador para el otro.
ResponderEliminarMucha hipocresía y poca voluntad para resolver un drama sin fin.
Nunca está de más retomar este tema, siempre de actualidad.
Enhorabuena, Carmen. Saludos.
Gracias Jose. Siempre viene bien recordar que hay personas sufriendo mucho. Entre todos podemos aportar sensibilidad a quienes no la tienen. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarLa negra desesperación hace que algunas personas se arriesguen hasta el extremo de tener que pasear por el borde de una caprichosa cuchilla; algunos desafortunados todo lo pierden en el intento y visten de naranja, para otros aún queda esperanza, no importa que sea azul o verde.
ResponderEliminarConmueve ese corazón perdido mar adentro.
Un abrazo, Carmen
Gracias Ángel. Es conmovedor verles luchar por un futuro incierto y arriesgar la vida. No importa el color si hay esperanza... Un abrazote amigo.
EliminarDos suertes bien distintas para ambos colores. ¿Alguna historia que vincule a sus dueños?
ResponderEliminarBravo, Carmen, por este grito de dolor y esperanza.
Un abrazo.
Gracias Enrique. No sé si podemos hacer algo más que gritar por sus vidas truncadas, al menos gritemos para que no se olviden. Ojalá la vinculación entre las historias sea siempre la vida y la esperanza. Un abrazo.
EliminarContar dos escenas sin nombrar a un protagonista, y a la vez retratar en la reina del lector perfectamente la escena, sólo está al alcance de escritoras muy grandes, como tú. Enhorabuena por tan soberbio micro.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Muchas gracias Pablo. Me abruman tus palabras. Me alegra infinitamente que te haya gustado y que tengas ese enorme concepto de mis letras. Aprendiendo estoy, especialmente en este lugar lleno de maestros. Un abrazo grande.
EliminarQuerida Carmen, solo alguien que domina las letras como tú es capaz de contar un drama de una forma tan suave, tan bonita y con un final tan esperanzador.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta continuación que le has dado a tu relato del mes pasado.
Un beso.
Malu.
Muchas gracias Malu. Me alegra que te guste. En el anterior se quedó en el aire el destino de aquel niño de ojos oscuros. Tenía que darle esperanza a él y memoria a los demás. Un abrazo.
EliminarLa desgracia y la fortuna, las dos caras de la moneda de la desesperación. Fantásticamente contado y delicadamente coloreado, Carmen, como tú lo haces siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Jesús por tus palabras. Me alegra que te guste. Le di color a una situación más que oscura... Besitos
EliminarContraste de colores en medio de un relato transparente.
ResponderEliminarGenial.
. Me gusta.
Saludos.
Gracias José María. El color ayuda a darle forma y ya veo que se entendió bien. Me alegra que te guste. Abrazos
EliminarPreciosa y dura la continuación de tu micro anterior "Azul". Me encanta como montas la historia sin referirte a las personas que lo protagonizan, pero dejándolas entrever a través de los colores de esas prendas con distinto destino.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Asun. Me alegra haber dado en el clavo al intentar poner continuidad al relato anterior. Fue ver el chaleco naranja en la noticia y tener la necesidad de plasmar los colores, en esta oscura realidad de tantas personas. Un abrazote
EliminarExcelente Carmen, ya es el segundo relato tuyo que escapa a tu forma de escribir dándonos un final no feliz.
ResponderEliminarUn gran abrazo y muy acertada la combinación de colores.
Saludos!!!
Gracias Jean. Me alegra que te guste. Algo de esperanza si aporta la manta azul... Es difícil ser positiva con lo que vivimos día a día. Lo intentamos. Abrazos
Eliminar¡Precioso, Carmen!
ResponderEliminarPerdona, mereces mucho más, pero no quiero dejar pasar más tiempo para decirte que me ha encantado.
Un beso. Grande.
Besazos Margarita. Me vale con que asomes y dediques tiempo a poner unas letras. Gracias mil.
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