Balance positivo
Recién licenciado, abrí la primera oficina del banco de abrazos. Desde entonces, los atesoro en mi corazón, acorazado contra el desaliento. Cuando algún amigo —jamás les llamo clientes— los necesita, se los devuelvo incrementados con sonrisas.
Ahora que hago balance de mi vida, puedo decir que soy un hombre rico.
Ahora que hago balance de mi vida, puedo decir que soy un hombre rico.
Me parece un relato soberbio, Notincgas. Ese banco de abrazos, esa palabra haciendo juego con un banco y un corazón: acorazado, me ha traspasado el músculo cardíaco. Sí sumamos esa licenciatura, que ojalá existiera, y el trató de amigo, y no cliente, pues, ¿qué decir? Que te ha quedado redondo.
ResponderEliminarMil abrazos de corazón.
Pablo
Muchas gracias por tu amable comentario y por tus mil abrazos, Pablo.
EliminarDicen que antes de dar por bien acabado un microrrelato, es aconsejable leerlo en voz alta para detectar posibles cacofonías o "musiquillas" en forma de rimas. Bajo esta perspectiva fonética, "corazón acorazado" estaría "rozando el larguero" de lo admisible, pero no encontré mejores palabras para expresar mi idea.
Lo dicho. Muchas gracias y saludos cordiales.
¡¡Bravo, Notincgas!! por dar esta oportunidad a la ternura precisamente en estos tiempos, cuando las corazas las llevamos todos por fuera y la riqueza se busca por caminos bien distintos. Ahí van otros mil abrazos de mi parte, que ya veo que quedan a buen recaudo.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti también por tus palabras y por tus mil abrazos, Enrique. Este relato va dedicado a todos aquellos que han pasado o estén pasando estrecheces económicas, pero que tienen la fortuna de contar con buenos amigos.
EliminarSaludos cordiales
Maravilloso, Notincgas. Abro una sucursal de besos para felicitarte por este relato y todos los que nos has regalado.
ResponderEliminarAh, pues, anótame en cuenta un par de besitos, Belén.
EliminarSaludos cordiales.
Faltaría más, amigo José Antonio. Tu abrazo está rindiendo, desde ya, todo mi interés.
EliminarOtro abrazo para ti.
Pues yo, para no rivalizar ni crear competencia alguna, inauguro un banco de aplausos y te concedo, Notincgas, un préstamo a fondo perdido, que para eso eres mi primer cliente y, seguramente, uno de los mejores.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" con esos aplausos ya concedidos y un abrazo fuerte y grande para que lo deposites en mi cuenta corriente, la que te pido que me abras desde ya.
Ah, parece que mi respuesta a tu comentario se ha colado en casa de Belén.
EliminarLos mejores tesoros son los que no se ven, ni pesan, ni ocupan espacio, la riqueza invisible e impagable que recibe quien generosamente entrega lo mejor de sí mismo sin pedir comisiones, no hace falta. El espíritu de tu relato sí que es conveniente y necesario.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bonito lo has dicho, Ángel. La verdad es que llevando, mutatis mutandi, el espíritu del relato a esta página, lo más placentero de participar en ella es poder disfrutar de vuestros comentarios.
EliminarAbrazos
Me ha encantado tu relato, Notincgas. Que gran invento eso del abrazo. Que reconfortante tanto para quien lo ofrece como para quien lo recibe. Y si son las dos cosas al mismo tiempo mucho mejor. No me explico porque damos tan pocos... Me he propuesto ( y os invito a ello) darle un abrazo a alguien en breve.
ResponderEliminarUn abrazo, Notincgas. (Aparte del de Notincgas, claro)
Tienes toda la razón. En el momento del abrazo, si es sincero, se produce una suerte de intimidad entre los que lo practican muy particular y emotiva.
EliminarAbrazo, fuerte, Joaquín.
Ay, Notinc... Yo no tengo el corazón acorazado y se me ha desparramado al leerte.
ResponderEliminar¡Precioso!
¡Ah, mi dulce Patricia! Ahora mismo te envío a un brigada de parramadores.
EliminarBesos de corazón.
Que bueno sería ese banco de abrazos en la tierra de la utopía, que pudiéramos ingresar desalientos a un bajo desinterés y donde la riqueza se midiera en sonrisas ofrecidas.
ResponderEliminarTu relato tiene el eco de los viejos cuentos, en los que la fantasía es la puerta de entrada a un manojo de ventanas donde asoma el niño de nunca jamás.
Me ha gustado mucho, Notincgas. Un abrazo.
¡Jo, Antonio! Dices unas cosas tan bonitas... (y no es la primera vez que te lo digo).
EliminarPor cierto, me encanta la idea de reivindicar la utopía.
Abrazos.
Muy bueno, Notincgas. Ese banco sí que merece un rescate, en el caso de que entre en bancarrota. Pero imagino que no será necesario, debe tener las cajas fuertes a rebosar de abrazos y sonrisas, dando sustanciosos dividendos.
ResponderEliminarAhora mismo voy abrir una cuenta para ingresar abrazos y sonrisas para todos los que pasáis por aquí.
Un abrazo.
Genial, Asun. Aquí te espero con los brazos abiertos.
EliminarY por cierto, enhorabuena por tu triunfo.
Abrazo.
No sólo tuviste una buena idea, sino que, además, le echaste arrestos suficientes para ponerla en marcha en tiempo de crisis. Y ahí estás, en el puesto más alto sin que la revista Forbes se atreva a publicarlo. ¡Qué grande eres, Notincgas!
ResponderEliminarSi haces una ampliación de capital, cuenta conmigo.
Un abrazo
Los tipos y tipas de interés como tú siempre seréis bienvenidos en el banco de abrazos.
EliminarSaludos cordiales, Margarita.
¡Qué ternura, Notincgas! En un banco así, yo deposito todo mi cariño.
ResponderEliminarBesos, abrazos y sonrisas.
A ver si va a ser verdad que tendré que hacer una ampliación de capital para tanto cariño...
EliminarMuchas gracias, Sandra.
Un beso.
Negocio rentable, sin duda. En cuanto cotice en el Mercado de Sentimientos revienta todos los índices.
ResponderEliminarEnhorabuena, Carles.
Ah, pero no lo digamos muy fuerte, Rafa, no sea que algún listo de Wall Street le vea futuro al tema y se le ocurra hacer pagar una comisión por cada abrazo.
EliminarMientras tanto, aquí te doy uno de bien grande.
Jamás habría imaginado que podría cogerle aprecio a un banco, pero ha sido leer tu micro y sentir todo el cariño que en ese negocio has depositado. Enhorabuena, Notincgas, por esa riqueza tuya tanto en abrazos como en relatos.
ResponderEliminarUn abrazo, por descontado.
Oportuna expresión esta de "coger aprecio", estimada Fina.
EliminarMuchas gracias por tus elogios y cuenta con otro abrazo de mi parte.
Qué inmenso puede llegar a ser un abrazo, largo, cálido y afectuoso. Me apunto al tuyo, aunque haya que hacer una larga cola en ventanilla hasta que me llegue el turno; el beneficio obtenido bien lo merece.
ResponderEliminarPrecioso, amigo. Pues eso: un fuerte abrazo. ;)
Te diré, estimada Mª Jesús, que una vez, en uno de los momentos más dolorosos de mi vida, cuando falleció mi madre, recibí uno de estos abrazos que comentas. Fue un abrazo inesperado, intenso, casi asfixiante, podría decir, muy sentido y sin palabras ni otro sonido que el de la respiración profunda de la otra persona. Un abrazo generoso, reconfortante y lleno de consuelo. Un abrazo que veinticinco años después, aún soy capaz de recordar.
EliminarSirva este comentario como muestra de mi agradecimiento a la persona que aquel día me brindó su abrazo, aunque ya tampoco pueda escucharme.
y un beso para ti, Mª Jesús.
Me gustaria ser cliente de ese banco, aunque se que el color de las palabras se destiñe con las horas. No consigo encadenarme a las sombras de la amistad, ni sq iqueiera escribiendo relatos.
ResponderEliminarEs un texto genial
Saludos.
Arriba ese ánimo, José María. Es verdad que el paso del tiempo decolora, siguiendo tu símil, pero, también lo es que nosotros mismos podemos aplicarle una nueva capa de color, e incluso cambiarlo, si ya no nos gusta el anterior.
EliminarY si me lo permites, José María, también te diré que todo tiene un proceso.
Paciencia y fe, y recuerda que en este banco los amigos son bienvenidos.
Saludos cordiales
Notincgas qué precioso relato!
ResponderEliminarA mí me gustaría trabajar en una de estas sucursales de besos y abrazos, seguro que acabaría la jornada con una gran sonrisa.
Te envío un par de besos que quedarán a buen recaudo.
Carme.
De eso se trata, Carme. De poder volver a casa con una sonrisa. Si tienes eso, probablemente, no necesites mucho más.
EliminarGracias por tu comentario y otro par de besos para ti.
Notincgas, es una forma de hipotecar tu vida, directo a la felicidad. Un relato lleno de positividad y esperanza que nos hace ver un atisbo de salvación para esta sociedad tan materialista. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador. Eso era exactamente lo que pretendía: insuflar un poco de optimismo.
EliminarSaludos cordiales
Y yo que creo que hay cosas que nada tienen que ver con la ficción o la utopía. ¿Por qué no un banco así? Claro que, mucho tendríamos que evolucionar. De momento el balance sigue siendo negativo pero, con emprendedores como tú, Notincgas, todo es posible. Esperanzador micro, felicidades. Un beso.
ResponderEliminarEn el fondo, Matrioska, todo depende de nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un beso.
Ya que abriste una oficina, podrías animar a que se abrieran más sucursales en todo el mundo. Eso sí, no caigas en la tentación de cotizar en bolsa porque entonces se comercializan y politizan los sentimientos.
ResponderEliminarBuen relato Carles. Un abrazo.
Gracias, amigo. Creo que, efectivamente, el banco está en vías de expansión, y por si te interesa, hay una vacante para llevar la zona centro.
EliminarAbrazos
Ya era hora que a alguien se le ocurriera abrir un banco donde don dinero no fuera el mejor cliente.
ResponderEliminarEnhorabuena por ello, y por el micro, te deseo muchos amigos y muchos me gusta.
Un abrazo.
Agradecido quedo por tus buenos deseos, Rosy y otro abrazo para ti.
EliminarQue fantástica idea, una oficina de abrazos. Yo tengo muchos acumulados te los presto y gratis.
ResponderEliminarMagnifico por las letras, por el mensaje y por tener tanto valor abrazo y envuelto para regalo.
Un abrazo pues de esos grandes, grandes.
Gracias, Mª Belén. En este banco todos los abrazos son bienvenidos.
EliminarSaludos
¡Ay, Notinc, que me estaba yo perdiendo este relato tan grande!
ResponderEliminarTengo una pregunta, ¿este banquero es tan bueno porque es recién licenciado y no se ha curtido en el negocio? Es una broma ...
Yo quiero abrir varias cuentas en ese banco, por favor.
Qué bonito lo has escrito, te dejo un gustoso me gusta y un beso fuerte.
Malu.
Hum, creo que deberías dirigirte al departamento de grandes cuentas.
EliminarBeso grande, Malu. Y a por octubre.