Big data
Al llegar al hotel cena rápida en la habitación y a dormir. Se estiró en la cama con el portátil conectado a un disco duro externo para repasar unos datos. Se durmió, se acurrucó y el disco se desconectó.
A la mañana siguiente le encontraron sepultado entre sus propios datos.
A la mañana siguiente le encontraron sepultado entre sus propios datos.
Resulta materialmente inabarcable la información con la que tratamos a diario, pero también imprevisible el efecto que sobre nosotros pueda tener a la larga. Tu surrealista (sin prefijo también podría valer) historia da mucho qué pensar. Me gusta, Didac.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Enrique, un saludo!
EliminarPara abrirle la puerta a la Era del Ordenador, todo debe reducirse a números, estadísticas, datos fríos. La deshumanización del hombre, unida a esta constante sobredosis de información, antepone lo «óptimo» a lo justo, lo viable a lo moral, lo pragmático a lo artístico.
ResponderEliminarUna buena metáfora la que nos presentas en tu historia, Dídac. Felicidades.
Un cordial saludo.
Vicente
Vicente, muchas gracias. Un saludo
EliminarGran imaginación la tuya, Didac. metáfora que es muy actual. Dependemos tanto de esos datos, que se pueden volver contra nosotros si no los dejamos bien guardados. Se nos pueden convertir en Gremlins y acabar con nosotros.
ResponderEliminarMe gustó.
Un saludo.
Pablo
Muchas gracias Pablo, un saludo!
EliminarPues sí, demasiados datos, tantos que lo ponen todo perdido. Particularmente, prefiero tener discos externos para guardar toda la información que absorbo, eso sí, ahora andaré con cuidado no se derramen. :) Un micro muy visual, Dídac. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska, un saludo!
EliminarMe gusta esa imagen de tu personaje, sepultado entre los datos de su disco duro. Creo que muchos nos hemos sentido alguna vez así, nuestra mente limitada no está preparada para asimilar tanta información.
ResponderEliminarUn saludo, Dídac.
Hola Asun, muchas gracias! un saludo.
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