Capitán de las sardinas
Era un gallina. Parecía valiente cuando le mandamos ir a robar los tomates de Zacarías, no parecía tan cobardica cuando accedió a bajarse los pantalones delante de las chicas.
Superaba las pruebas sin dificultad, excepto cuando le dije que me besara. Fue ahí cuando le vi temblar por primera vez.
Superaba las pruebas sin dificultad, excepto cuando le dije que me besara. Fue ahí cuando le vi temblar por primera vez.
Ah, el amor encierra esa paradoja que relatas y otras muchas: hace enmudecer al más parlanchín; es ciego pero salva todos los obstáculos, y aunque suele crecer de noche, está lleno de luz.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Piel.
Tú sí que has hecho un bonito relato. "El amor crece de noche pero está lleno de luz".
EliminarQue nadie apague las luces, Notincgas.
Saludos
Los más gallitos son los primeros que se vienen abajo cuando las emociones son muy fuertes, lo que demuestra que nadie es de piedra. En todo caso, estoy seguro de que no le importará repetir muchas veces esa última prueba, por mucho que le haga temblar.
ResponderEliminarUn abrazo grande
A los más gallitos se les pone la piel de gallina igual que a los demás ante un primero beso.
EliminarAbrazos, Ángel y suerte con tu micro, es buenísimo.
Quién no se siente un poco gallina ante el amor, y quién no se siente más gallina todavía cuando ese amor es uno de esos "prohibidos". Me gusta mucho cómo lo cuentas Piel. Me da que el protagonista y el jefe tienen muchas pruebas aún que pasar juntos.
ResponderEliminarMucha suerte!!
Exacto Sandra. Este amor "prohibido" es mucho más temeroso aún, con más obstáculos, pero no hay muros si hay voluntad y deseo.
EliminarMuchas gracias.
Piel: lo primero, decirte que el título que has escogido es genial. Luego, contarte que cuando llega la hora de la verdad en el amor, el corazón, que se desboca en otras ocasiones, se encoge y se eriza la piel. Y por supuesto provoca un vacío en el estómago, que quedas noqueado por tantas sensaciones. Lo curioso es, que aunque te hagan un cobarde en ese instante, la suma de sensaciones acaba siendo de lo más agradable.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un saludo.
Pablo
Sería bonito pasarnos la vida "noqueados", desbocados, enamorados...
EliminarGracias por estar siempre por ahí, Pablo.
Saludos.
Un 50 con un titulo muy acertado. Y es que en esa edad de correrías y travesuras entre los amigos la valentía es un bien preciado, pero en las cosas del amor, del primer beso, de la primera mirada...Todo es temblar, y más en este caso cuando quien te pide el beso es uno de tu padilla y además el líder del grupo.
ResponderEliminarBuen relato, contado de manera natural y con un final que te hace sonreír ante la sorpresa y no solo por el beso ;)
Me gusta mucho Piel. Un beso y suerte.
Con esa edad lo vivimos todo con mucha intensidad y el amor, más aún. Ojalá guardemos al menos un trocito de infancia que nos acompañe siempre.
EliminarBesos.
A veces la valentía se encoje cuando anda por medio el amor, para mostrar un punto de timidez o de cobardía.
ResponderEliminarMe ha encantado el título, que hace referencia a esa cantinela infantil, que yo también guardo en la memoria: “¡Cobarde, gallina, capitán de las sardinas!” ;)
Un abrazo.
Gracias, Mª Jesús. No creas que esa cantinela es conocida por todos. Se ve que no es patrimonio nacional sino sólo de algunas zonas de España.
EliminarAbrazos de vuelta.
Buena historia!
ResponderEliminarSiempre se suele encontrar algún reto que hace temblar, falta saber qué resorte tocar. Las relaciones personales y las sorpresas son un campo abonado para ello.
Saludos.
Carme.
Sigamos entonces regando el campo.
EliminarSaludos y gracias por comentar.
ResponderEliminarMira que se nos atragantaban a esas tiernas edades los asuntos amorosos. Podías hacer cualquier barrabasada para delicia de tus “compinches” pero, de ahí a dar un beso a alguien de la pandi… Muy bien narrado, Piel. Felicidades. Un saludo.
La valentía la entendíamos sólo para algunas cosas, pero no en esas edades, siempre.
EliminarGracias, Matrioska.
Besos
Genial!!! Me encantó.
ResponderEliminarClara Esther.
Una historia real vivida en el pasado, en el presente y probablemente en el futuro.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relqto.
A mí también me ha recordado a lo que decíamos en la pandilla cuando estábamos en el colegio ... “¡Cobarde, gallina, capitán de las sardinas!”
ResponderEliminarY sí, es cierto, que los hay muy valientes para según qué cosas, pero cuando se trata de algo serio como los sentimientos ... aparecen los temblores y muchas cosas más.
Me ha gustado Piel, un beso.
Malu.
Una preciosa historia infantil, Piel. Imagino que ese chico habrá recordado toda su vida la primera vez que tembló...de amor.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué buenos recuerdos, Piel! Has compuesto el vídeo perfecto para la banda sonora de una época en la que pensar en un videoclip era impensable.
ResponderEliminarUn saludo