Cuenta hasta diez y respira profundo tres veces
Solo podía pensar en una cosa mientras caminaba por la fría noche. La rabia nublaba todo lo demás, esa sola idea le rondaba todo su ser. Sabía que no era nada bueno pero no podía sacarla de su mente.
Aunque seguro que después de darle tantas vueltas no lo haría.
Aunque seguro que después de darle tantas vueltas no lo haría.
Uf, qué peligro tiene tu protagonista.
ResponderEliminarRealmente, has logrado transmitir toda su obsesión. Bien hecho.
Saludos cordiales,
Tú protagonista parece una bomba de relojería. Esperemos que siga las instrucciones del título y se desconecte a tiempo.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo.
Pablo
A veces "la cosa" te atrapa y hay que luchar de forma contumaz para que no te engulla. Bien por tu personaje.
ResponderEliminarUn saludo, Valentín
Título perfecto el tuyo para una historia que esperemos no termine en lo que presagia esa rabia, aún contenida, que está a punto de dispararse de manera obsesiva y para algo nada bueno, me temo.
ResponderEliminarDeseo, Valentín, que tu personaje sepa contar y también respirar para sosegarse.
Va mi "Me gusta" y mis saludos, amén de mi enhorabuena por narrarnos estupendamente el principio de algo que, como lector, no quisiera que se culminara. O a lo major sí.
¡Cómo puede transmitirse tanto en tan poco!!
ResponderEliminarMuy bueno,espero tu siguiente mini relato.
Un saludo.
La rabia se va diluyendo a fuerza de imaginarnos crueles venganzas, más vale eso que dejarse llevar por los prontos. La rabia es un sentimiento muy humano, lo bueno es saber cómo gestionarla y no hay método mejor que el de tu título. Muy bien narrado, Valentín. Un saludo.
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