Diálogo imposible
No me responde... Mañana tendré mejor suerte, espero. Lógico que, tras tanto tiempo sin prestar atención a nada más que mis propios deseos, no sea capaz de observar y percibir los mensajes corporales de los demás. Evidente que, por mucho que me empeñe, quien no respira no me puede contestar.
Mucha miga en este relato, Rafael. Ese final sorprendente explica una gran historia, que has condensado en cincuenta palabras.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo.
Pablo
Como decía aquel cuento-fábula, tras el burro muerto, de nada sirve ponerle la cebada (o algo así). A veces nos somos capaces de mirar más allá de nosotros mismos y, cuando lo hacemos, ya es tarde. Nunca habría que dejar nada por decir, negar el diálogo cuando todavía es posible.
ResponderEliminarUn saludo, Rafael
Si es que lo que no se haga en vida... ya se sabe, y tú lo has ejemplificado a la perfección. Enhorabuena, Rafael.
ResponderEliminarUn saludo.
Parece que tu personaje empieza a darse cuenta de que existen los demás más allá de sus deseos así que sí, si no mañana, quizá otro día tenga mejor suerte.
ResponderEliminarUn saludo, Rafael.
Rafael, es lo que tiene tener delante a una persona muerta. Pero claro, tu protagonista vive ensimismado y no es capaz de percibir aquello que le rodea ni saber que quien tiene enfrente ya no escucha.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y un saludo muy cordial, que yo aún respiro. Y tú, también. Por ello nuestro diálogo es posible aunque sea a través de las palabras escritas.
Cuando en vida no te preocupas más que de mirar tu propio ombligo, una vez muerto tú y tu ego, pasas a ser tú el ignorado. Eso es lo que he entendido de tu micro, Rafael. Me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarCon todas estas amables opiniones vuestras, me doy cuenta de lo fértil que es este terreno literario del microrrelato para este humilde "labrador de las palabras"...Gracias, de veras.
ResponderEliminarDejas bien claro en tu relato que hay diálogos imposibles. Está claro que para que de lugar una conversación entre dos personas, ambos interlocutores tienen que querer.
ResponderEliminarUn beso Rafael, has estado muy madrugador este mes de septiembre.
Malu.