El buen padre
Al llegar a casa, observó con angustia a su hijo, sin duda, abocado al fracaso. Era lo más grande para él y veía cómo, día tras día, se alejaba del buen camino. Aquel que debía llevarle ineludiblemente al éxito. Pero ya era tarde. Nunca cogía la pelota. Ahora leía libros.
Salvo excepciones indeseables, un padre siempre se preocupa por sus hijos y quiere para ellos lo mejor. A la vista de cómo está el mundo, desde la perspectiva de la realidad práctica, tiene su lógica que tu protagonista prefiera que su hijo se convierta en un as del balón que en un dudoso amante de las letras, que intente enfilarle hacia el estrellato y el lujo desmedido que a una vida de incertidumbre económica. Es tan triste como cierto, pero tu relato no tiene nada de triste, al contrario, está cuajado de un humor lleno de la más fina ironía.
ResponderEliminarUn abrazo, Joaquín
Estupenda crítica a esta sociedad que encumbra a los futbolistas (cosa totalmente licita por otra parte), mientras (y aquí está lo paradójico) se ningunea a los jóvenes talentos en otras áreas como la ciencia, tecnología etc etc etc
ResponderEliminarAsí que comprendo a ese padre entristecido porque su hijo tira abajo sus oportunidades de éxito estudiando una carrera. ¡Dejar el balón para coger los libros, que barbaridad!
Un saludo Joaquín
Pobre hombre, toda la vida apartando a su hijo de las letras y ahora se le mete a intelectual. Y lo peor es que ahora se ha unido a un grupo de gente de mal vivir, Cincuenta palabras se hacen llamar.
ResponderEliminarQué desgracia mas grande.
Me ha gustado mucho, Joaquín.
Jajaja XD
EliminarJe, je, je. Estupendo micro.
ResponderEliminarSólo agregaría una cosa, está muy bien que el chaval lea todos los libros que quiera pero que no se olvide de coger el balón de vez en cuando, que ejercitar el cuerpo es tan importante como alimentar la imaginación. «Mente sana en cuerpo sano».
Saludos, Joaquín.
Cono siempre, genial, Joaquín. Ese padre podría regalarle la biografía de Ronaldo o Messi. A ver si así le entra el gusanillo. O la de Rafael Nadal. La raqueta tampoco está mal pagada. Y, si no cuela, regalarle una guitarra y la biografía de Bruce Springsteen.
ResponderEliminarUn abrazo. Me ha encantado.
Pablo
¡Así es imposible! Mientras su hijo siga leyendo, jamás podrá sacar carrera provechosa de él. Un padre que se lamenta por el hecho de que su hijo haya cogido el camino de la perdición: ¡¡leer!! ¿Dónde se ha visto tamaño despropósito?
ResponderEliminarVa mi "Me gusta", Joaquín y mi enhorabuena por este nuevo ejercicio tuyo de fina ironía no exenta de realidad actual.
Un abrazo.
Ay, Joaquín, eso mismito me ocurre a mí: toda una vida de luchas y desvelos para darles lo mejor y que no les falte de nada y me lo pagan así. ¡Soy el hazmerreír de mis amigas! ¡Si es que no tienen corazón! En fin, qué te voy a decir que no sepas.
ResponderEliminarTe dejo ya que me han encargado un bloc de notas y me cierran la papelería.
Ánimo y saludos.
Genial, Joaquín, esa visión irónica de los valores de nuestro presente. La cultura está infravalorada y es precisamente por la falta de ésta. Un abrazo.
ResponderEliminarPobre chaval, será un documentado toda su vida...
ResponderEliminarMe gusta la ironía con la que tratas este tema.
Felicidades.
Excelente crítica. Me ha encantado, Grau.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta la ironía con la que tratas el tema, Joaquín. ¿Pero cómo explicarle al chaval que estudiando va a llegar como mucho a tener un contrato basura y que con el fútbol puede a llegar a ser un hombre de éxito? ... Tiempos difíciles los que estamos viviendo ...
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Con sentido humor (sobre todo con ese que tú tienes tan excepcional) las críticas suelen ser más efectivas que de ningún otro modo. Qué bien escogidas esas palabras y expresiones como"angustia", "sin duda", "abocado al fracaso", "llevarle ineludiblemente al éxito", entre otras, para mostrar la cerrazón mental de ese padre tan bien intencionado, pero tan equivocado, por más que la realidad favorezca su evidente confusión. Me ha gustado y divertido mucho.
ResponderEliminarUn abrazo, Joaquín.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen micro que subraya lo que vivir en la sociedad hace con nosotros a poco que nos dejemos llevar. De todos modos leer tampoco es el punto cumbre en la vida de nadie, depende de qué se lea. Por ello, si fuera el padre, yo no perdería la esperanza. Quizá los libros sean del tipo: "cómo entrenar en primera división".
ResponderEliminarUn saludo, Joaquín.
Lamentablemente, hoy día se han invertido las prioridades de muchos padres al dejarse llevar por el desaliento y la frustración, y los hijos fatídicamente se contagian. Pero afortunadamente aún quedan muchos jóvenes que se agarran a los libros, jueguen o no a dar patadas a una pelota.
ResponderEliminarUn reproche social muy certero, Joaquín.
Un saludo.
Genial tu micro, Joaquín. Ahí están los padres siempre queriendo "lo mejor" para uno...
ResponderEliminarUn beso.
Una verdadera lástima, pones todas tus ilusiones en el mejor futuro para tus hijos y ves, impotente, cómo ellos lo desaprovechan de la manera más tonta. No serán pocos los que piensen así. Ironía de la que cala, Joaquín. Un beso.
ResponderEliminar