El forense y una llamada cancelada
Termina de ponerse los guantes. Retira la sábana. La luz del foco palidece. El bisturí se estrella contra el suelo. Con un ímprobo esfuerzo trata de mantenerse erguido.
Mejor lo hará abrazado a ella. Mas cómo decirle que deshaga su maleta; la niña ya no irá al campamento de verano.
Mejor lo hará abrazado a ella. Mas cómo decirle que deshaga su maleta; la niña ya no irá al campamento de verano.
¡¡Tremenda!! ¡Vaya historia más impactante la que nos has dejado, Rosy! Esto no se hace un domingo por la mañana (aunque esta circunstancia no haya dependido de ti).
ResponderEliminarPerfecta la estructura narrativa. Frases cortas y un segundo párrafo en el que nos desvelas la tragedia que se encierra en tus cincuenta palabras.
Va mi "Me gusta" y mi más sincera enhorabuena por tu relato.
Saludos.
Habrá que reñir a Alex... y proponerle que los domingos, solo micros amables ;-)
EliminarGracias Jose Antonio, me animas con ese comentario.
Un abrazo.
¡Espeluznante historia, Rosy!
ResponderEliminarMe gusta el movimiento que imprimes en el primer párrafo, una secuencia perfecta que crece hasta el punto máximo de tensión y ahí nos dejas, en el segundo, intentando abrazarnos al protagonista para no caernos con él.
Me gusta.
Un abrazo.
Sí, Margarita, es espeluznante imaginarse a ese padre en el momento de tener que hablar con su mujer...
EliminarGracias por leerme.
Un beso.
Espectacular, Rosy. Nos dejas sin respiración y poco a poco vamos asimilando la angustiosa realidad. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Salvador, por tus palabras y por esa enhorabuena.
EliminarUn abrazo.
¡Qué fuerte! Una historia que impacta.
ResponderEliminarVa mi me gusta y mi abrazo.
Bueno, si pensamos que puede ser real, es muy fuerte, si.
EliminarGracias y un abrazo, Isidro.
Grande, Rosy, muy grande.
ResponderEliminarEl micro es impactante, brutal, tanto que he estado parada unos minutos antes de escribir.
Felicidades, me gusta la forma en la que está escrito y ese final que nos deja mudos.
Beso grande.
Malu.
Sageráaa.... jajaja
EliminarPero no te creas, me encanta lo que dices.
Gracias Malu, por ser siempre tan amable conmigo.
Un beso, guapa.
No debe ser fácil la profesión de forense, aunque al final, a base de oficio, a todo se acostumbrarán estos cirujanos especializados. El problema es cuando se mezcla lo profesional con lo personal, más todavía cuando hay niños por medio. Todos somos humanos y debemos seguirlo siendo.
ResponderEliminarTodo un mazazo en la línea de flotación del lector.
Un abrazo, Rosy
Estar a la altura de la profesionalidad cuando el asunto te toca tan de cerca...
EliminarÁngel, te agradezco tus palabras, por estar siempre ahí.
Un abrazo.
Formidable de principio a fin, Rosy. Qué texto más bien calibrado. Logras con creces el efecto buscado con ese ritmo perfecto y esa dosificación exacta de la información. Muy duro relato. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarCuánto exagerao por estos ladres... ;-) aunque suena muy bien lo de "calibrado, ritmo" etc.
EliminarAgradezco un montón que te hayas parado a leerme.
Gracias Enrique.
Un abrazo
"Lares", juro que puse lares... no ladres, ajaja
EliminarRosy, excelente relato en el que muestras lo bien que dosificas los tiempos del relato para acabar con un desenlace muy triste.
ResponderEliminarGran micro.
Un beso.
Pablo
Gracias, Pablo, una vez más no faltas a la cita...
EliminarUn beso muy fuerte
Intenso relato que yo calificaría de suspense, con un aterrador desenlace para un padre que en su aséptico trabajo finalmente le pone cara a la muerte.
ResponderEliminarUn manera muy eficiente de contarnos esta historia, Rosy. Triste, pero bien narrada.
Un abrazo,
Jo, Antonio, qué comentario más generoso, un millón de gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Pffff! Mi opinión coincide con la de los compañeros sobre la dureza y enorme calidad de tu relato, Rosy. He de decirte también que la tuya es de esas historias en las que es evidente que las palabras justas están además perfectamente colocadas. No es esta la condensación forzada de un relato más extenso o la prolongación de uno más corto. Ni una palabra más, ni una menos, un espléndido "cincuenta".
ResponderEliminarLa sorpresa del padre rompiendo la rutina de un oficio en el que la insensibilidad es algo muy fácil de adquirir, qué buena imagen.
Un saludo, una ovación.
Vicente
Ay, por favor, Vicente, que me subes los colores...
EliminarTus palabras son un hermoso incentivo para seguir uniendo palabras.
Te lo agradezco, de veras.
Un abrazo.
Me dejas tambaleándome ante esa espantosa escena que crece en dramatismo hasta el doloroso final.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, Rosy!
Un saludo.
No me imaginaba yo tan buenos comentarios, me tenéis alucinada.
EliminarMuchas gracias Mª Jesús.
Un abrazo.
Y yo, ¿cómo me libro de la pesadilla? ¡Que lo he leído por la noche! Te iba a hacer una reverencia con el sombrero de plumas, pero me tiemblan tanto las piernas que mejor voy a usarlo para darme aire.
ResponderEliminar¡Inmenso, Rosy!
Jajaja Patricia, ¡qué ocurrencias se te ocurren!
ResponderEliminarEspero que sueñes con fermosos querubines, el tamaño y el color de los ojos, es cosa tuya...
Gracias y un besazo.
Espeluznante e inquietante, desde que lo leí anoche llevo dándole vueltas, barajando la posibilidad de que el cadáver no sea de su hija, sino de otra persona muy cercana a la familia, cuyo fallecimiento haría imposible que la chica se fuera de campamento.
ResponderEliminarEn cualquiera de los casos, el horror se apodera del forense, y a mí me tiene desde hace 24 horas dándole vueltas en la cabeza.
Un beso, Rosy, y enhorabuena.
No le des más vueltas, me temo que sí, ese cadáver es el de su hija.
EliminarGracias, Asun, porque por tus palabras, he conseguido lo que pretendía.
Un abrazo.
Impresionante, Rosy. Al leer la última frase yo también traté de mantenerme erguida, pero, igual que tu protagonista, no pude.
ResponderEliminarUn beso.
Jo, yo me imagino la escena y tiene que ser horrible que te pase eso.
EliminarUn abrazo atiborrado de ¡gracias!
Brutal historia que me ha hecho estremecer. Magnífico micro que me hace aplaudirte, Rosy.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Fina, bienvenidos esos aplausos, pero poquitos, eh? que no estoy acostumbrada... ;-)
ResponderEliminarUn beso.
¡Vaya sacudida, Rosy! Cuesta reaccionar ante la imagen tan buena e impactante que nos presentas del inesperado drama que vive el forense. Después de coger aire, te felicito por tu micro y te envío un gran beso.
ResponderEliminarHola Matrioska, no era mi intención dejarte sin aire... ;-) aunque sí que te llegara el impacto que sufre el forense cuando descubre a su hija muerta.
EliminarUn besote de agradecimiento por tus palabras.
¡Vaya golpe final al estómago! Excelente, Rosy.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Muchas gracias Rafa y perdón por lo del golpe... ; -)
ResponderEliminarUn abrazo.
Gran relato, triste e impactante.
ResponderEliminarFelicitaciones Rosy.
Saludos.
Eres muy amable Jean, gracias por leerme.
EliminarUn abrazo.
Lo tuve que leer varias veces. No es facil, pero cuando por fin la bruma cerebral abandono mi conciencia pude ver lo brutal de tu relato. Me dejaste frio.
ResponderEliminarFelicidades.
Hola, José, ese "Felicidades" después de "Me dejaste frió" me sacó una sonrisa. Aunque no hubiera pasado nada, en caso de no gustarte. Me hace feliz, que me hayas dedicado unos palabras, es mi mejor regalo.
ResponderEliminar¡Gracias!