El muro
Un día cualquiera, en vacaciones, corrió a la orilla para construir un gran castillo con sus padres, aunque esta vez de cemento y ladrillo. Al principio le pareció razonable, pero aquello creció hasta que pudo oír su propio eco dentro.
Hace tiempo que nadie la ve. Mañana empieza la universidad.
Hace tiempo que nadie la ve. Mañana empieza la universidad.
Que bonita forma de llegar a la universidad. Cerrada en un sueño. Que buen relato perfectamente cerrado.
ResponderEliminarY lo qwue tengo que aprender.
Saludos
¡Wow! Me gusta que hayas sido capaz de ver el relato como algo positivo. Pero llegar encerrada en un muro a la universidad no sé yo... ¡Saludos, José María!
EliminarEntiendo tu relato como una crítica a los rígidos muros de la educación clónica, a la sobreprotección, a la excesiva comodidad que acaba por ensordecernos de ensimismamiento y que pretende protegernos de aquello que más nos pudiera enriquecer.
ResponderEliminarNarraciones con mucha miga las tuyas, amigo Alex. Me gusta.
Un abrazo
Casi se me pasa. ¡Enhorabuena por tu relato nº 50!
Eliminar... y queee cuuumplas muuchos maaaaás
Es bastante abierta la interpretación, pero sí, como he dicho en redes sociales está inspirado por "The Wall", de Pink Floyd (y más concretamente de Roger Waters) que habla de la construcción de un muro personal que aísla nuestro "yo" real de los demás; por eso decía que "hace tiempo que nadie la ve" (nadie la ve como es ella de verdad, porque no se queire exponer).
Eliminar¡Y gracias por recordarme lo de los 50! Se me había olvidado por completo ;-)
Muy descriptivo ese abrupto paso de los juegos de la infancia a la responsabilidad de una vida de adulto, con sus exigencias y su rigidez.
ResponderEliminarY felices 50.
Un beso.
Muchas gracias, Asun. Un beso.
EliminarAquí estoy con el mazo. ¿Por dónde empezamos?
ResponderEliminarFelices 50, mi capitán.
Me ha venido a la cabeza el mazo de un juez, puesto que con un juicio personal es como el protagonista de The Wall (de mi adorado Pink Floyd) logra superar su muro. ¡Muchas gracias!
Eliminar¿Cómo que cumples cincuenta, Álex? Pareces más joven, ja, ja, ja.
ResponderEliminarYa en serio, felicidades por tus 50x50 y tu excelente e inigualable labor en este refugio de plumas inquietas. En cuanto a tu relato, coincido con Asun, me ha parecido maravillosa la manera en que nos muestras el paso de la infancia a la adultez de la protagonista, de la arena de playa al cemento y ladrillo. También queda claro el conflicto que surge entre los sueños particulares y las expectativas que nuestros padres tienen de nosotros.
Muy bueno, Álex.
¡Un abrazo respetuoso, joven «cincuentón»!
Gracias, gracias, gracias...
Vicente
Muchas gracias, Vicente. Tiene un poco de trampa, porque cuando empecé la página estaba yo solo, como quien dice, pero sí, ya van 50...
EliminarTiene muchas lecturas el relato, y obviamente he tenido que plasmar la metáfora de forma un poco abrupta, pero sí, los tiros van por ahí. Al principio la niña no es consciente de estar construyendo un muro, luego se acostumbra a crecer dentro de él y para cuando empieza la universidad resulta que hace tiempo que no se muestra como es ella misma. En realidad no es sólo culpa de los padres pero yo, como todavía no lo he sido, me permito cargarles el muerto en el relato.
¡Un abrazo!
Felices 50 (y ahora deberían venir miles de fuegos artificiales).
ResponderEliminarY para celebrarlo, nos traes un relato de los que te hacen pensar, relees, muestra la realidad del paso de los años, la infelicidad de la responsabilidad.
Ese muro que entre nosotros y lo que nos rodea, nos límita la libertad.
Y yo esperando un micro sobre Pink Floyd. ;-)
Un fuerte abrazo, capitán.
Pablo.
Bueno, es posible que sea el mayor icono de Pink Floyd. Daba la casualidad de que hoy iba a ver en el cine una especie de documental de la última gira de The Wall de Roger Waters (concierto al que asistí, claro), y se me ocurría que esa poderosa metáfora podría reinventarse en este formato. "All in all, it's just another brick in the wall."
EliminarEn fin, que me sale mi vena friki-musical y me perdéis el respeto. ¡Un abrazo, Pablo, y muchas gracias!
Un muro que vamos construyendo y que nos va encerrando sin que nos demos cuenta. Me recordó una canción de Sui Géneris que dice: "...con tus piernas vas a caminar, pero te empiezan a encerrar y ahí te quedás con tu rutina...".
ResponderEliminarMuy bueno, Álex.
Un beso grande y ¡felices 50!
Muchas gracias, Sandra. Bueno, por aquí arriba ya he dicho unas cuantas veces que está inspirado en el disco "The Wall" de Pink Floyd, que es toda una historia en sí mismo y tiene película y todo. Pero al final es una experiencia personal, la de proteger nuestro yo auténtico, que todos vivimos en mayor o menos medida.
Eliminar¡Un beso!
Bueno, pues lo leo y lo releo... y ahí estás cumpliendo tus 50.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!, querido Alex. Qué envidia, yo tan mayor y con tan pocos :-( , y tú todo lo contrario ;-)
Un beso enorme y muchas gracias.
¡Muchas gracias, Rosy! Hay un poco de relleno por ahí entre esos 50, para qué engañarnos. Si os dejara publicar todos los relatos que quisierais más de uno habríais pasado ya los 100 ;-)
Eliminar¡Un beso!
El paso del tiempo sobre la infancia, la protección paterna incontrolada, los muros que encierran la niñez y no dejan escapar al adolescente. ¡¡Pufff!!, este mes te has puesto profundo, Álex, será para hacer honor a tus cincuenta, seguro. ;)
ResponderEliminar¡Enhorabuena, y un abrazo!
¡Si es que ni me acordaba de que fuera el 50! Me encanta ponerme profundo y dejar que el relato cale en el lector y lo aplique a sus propias experiencias, así que me dejas la mar de contento.
Eliminar¡Un abrazo y muchas gracias!
¡Enhorabuena por tus 50, Álex!
ResponderEliminarYo había pensado en el distanciamiento que uno intenta poner entre sí y sus padres cuando se acaba la infancia, que, en el caso del/la protagonista, se le va de las manos y se da cuenta cuando va a empezar otra etapa nueva, como es la universidad.
¡Un abrazo!
"La" protagonista. Volví a leer ;)
Eliminar¡Muchas gracias, Carmen! Sí, en el relato han tenido que cargar con toda la culpa del muro los padres... ¡Un abrazo!
EliminarGuauuuuuuu 50.... Me vino a la cabeza la adolescencia y esa separación obligada por mente, edad, amigos... de nuestros padres. Genial. Que sean muchos más y que los veamos jejeej
ResponderEliminar¡Gracias, Carmen! En el relato se distancia sobre todo de los padres, pero al final aísla su "yo" auténtico en general. Sólo queda imaginarse cómo evolucionará la cosa en la universidad; quizá le sirva para darle la vuelta a todo eso, o quizá suponga más ladrillos para el muro.
EliminarQuizá todavía no sea tarde. Ese castillo de gruesos muros que ha limitado su visión y su percepción del mundo, tal vez aún se pueda derribar y subiendo a sus escombros, poder tener una plena perspectiva del paisaje.
ResponderEliminarFelicidades Álex por los casi 2.000 relatos publicados y por los 50 de tu puño y letra, siempre singulares y originales.
Un abrazo.
¡No es tarde, no! Con la madurez es muy probable que consiga derribarlo. Un abrazo y muchas gracias, Jose.
EliminarNi de arena ni de paja, nadie derribará el castillo de su hija. La autoprotección excesiva conlleva incomunicación. Genial, Alex, y enhorabuena por los cincuenta. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Sólo ella puede hacerlo! Por lo menos para encontrarse a sí misma y mostrarse de forma auténtica; cómo se relacione con sus padres ya es otro cantar, supongo... ¡Un abrazo y gracias, Salvador!
EliminarCondenados muros que aparecen por todas partes, también dentro de las familias y de las propias mentes. Nunca es fácil el oficio de los padres, los errores son inevitables, el problema es persistir en ellos, a veces a sabiendas, por comodidad o despecho.
ResponderEliminarEnhorabuena por este cincuenta de Cincuenta, por haber llegado a tu primer medio centenar de mundos y situaciones originales, por haber sabido, a la vez, lanzar el anzuelo con éxito a tantos que aquí estamos y a otros que vendrán.
Por todo, gracias, Álex
Un abrazo
Sí, habría que ver qué relatos escribo cuando sea padre; ¡seguro que en más de uno le cargo la culpa al hijo! Muchas gracias a ti, Ángel, para mí es un placer y un orgullo capitanear a tan aplicados marineros. ¡Un abrazo!
EliminarBueno, yo lo veo como esa adolescente que se encierra en sí misma y no se comunica ni con sus padres, ni con nadie más. Creo que al final se da cuenta, por aquello de que escucha su propio eco. Y el hecho de que vaya a la universidad puede ser una apertura hacia el mundo.
ResponderEliminar¡Sácanos de dudas, jefe!
Felices 50 Álex, estás entrando en la edad madura, cuidadito ...
Besos.
Malu.
Como digo, es bastante abierta la interpretación, pero sí, por ahí va. Creciendo con los padres va ocultando su "yo" auténtico y la universidad se antoja como un momento clave en el que el muro puede crecer o empezar a derribarse a través de la madurez. ¡Besos, Malu, y muchas gracias!
EliminarCon lo que me gusta PINK FLOYD, Roger Waters y su The Wall!!! jejejeje ... vi el concierto de la gira, que hoy estrenaron en cines de todo el mundo, y fue una pasada... He visto a los FLOYD y a Waters, y son geniales!!! ;)
ResponderEliminarMaravilloso relato de los muros que levantamos para aislarnos...
Un saludo!!
¡¡Sí, joder!! :D Es una maravilla, la verdad. Yo, por yogurín que te pueda parecer, he visto a Waters en 2007 en Barcelona (Dark Side Of The Moon) y en 2011 (The Wall), y hoy mismo he conducido 90 km. con un amigo para poder ver la sesión especial en el cine. Así me tienes a estas horas contestando comentarios... Brutal, por cierto.
EliminarQué alegría ver a otro fan de Pink Floyd por aquí. Tengo pendiente ver a Gilmour algún día. Si es que son los más grandes... ¡Un abrazo, Marca!
jajaja ... Yo también quiero un Gilmour Live!!
EliminarVi los FLOYD en el Estadio de Sarrià, completitos!!! jejeje (soy un viejo)
y espero ver la peli........
SALUDOS!!! ;)
Yo interpreto que tu protagonista se parapeta en ese mundo cómodo y conocido, quizá por miedo a enfrentarse a la vida en su sentido más amplio. ¿Se dará cuenta algún día de su error?
ResponderEliminarMe pregunto por qué es femenino tu protagonista. ¿Basado en hechos reales?
Muchas felicidades por todo, Álex; esta cifra, además de simbólica, es muy significativa.
Un abrazo.
Pues sí, Enrique, también tiene bastante de eso, de zona de confort, control y miedo a todo lo que pueda llegar de fuera. Ahí está la universidad como terapia de choque, habría que ver cómo lo lleva.
EliminarLo de que sea chica se debe sobre todo a que me he dado cuenta de que suelo usar protagonistas masculinos y puede dar una impresión de autobiográfico que a menudo no se corresponde con la realidad. Pero no me cuesta pensar en casos reales, no te creas. A la gente encerrada en grandes muros se le suele notar pronto, y algunos pasan demasiado tiempo de sus vidas ahí metidos, por desgracia.
¡Un abrazo y muchas gracias!
La sobreprotección de las personas llevada a su máxima expresión: construirles un muro para protegerlas ¿de qué? Tarde o temprano tendrán que salir al exterior y entonces no sabremos cómo se adaptarán a una realidad circundante de la que, hasta ese momento, han estado aisladas. Por cierto, ¿se matriculó en la Facultad de Arquitectura?
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y no solo por esta historia, por la que te felicito, amigo Álex, sino también por las cuarenta y nueve precedentes. ¡Ea, llegaste a los cincuenta (microrrelatos)! ¡Ya somos dos en la cincuentena y así dejo, además, de estar en soledad! Esperemos que poco a poco se vayan sumando más cincuentistas.
Un abrazo y enhorabuena.
¡Muchas gracias, José Antonio! Confío en ir siempre a la zaga en la lista de autores, ya fue mucho tiempo de sentirme solo ahí arriba. Un abrazo.
EliminarY qué necesario es muchas veces levantar esos castillos para conocerse, hacerse fuerte y poder afrontar la etapa adulta que a tantos nos ha atemorizado. Lo malo es cuando corres el riesgo de construir los muros tan gruesos que te dejen aislado del mundo.
ResponderEliminarLeo que has cumplido los 50, muy bien llevados, por cierto. :) Muchas felicidades por esa cifra, por el micro y por tu buen gusto musical. Un beso, Álex.
Muchas gracias, Matrioska. Es muy interesante lo que dices de que esos muros, bien llevados, pueden ser necesarios, abre una perspectiva mucho más compleja para el debate. ¡Un beso!
EliminarPeor que la construcción de ese muro que nos aisla de los demás es no llegar a saber nunca cómo destruirlo. Enhorabuena por esos 50, Álex. Yo también te tenía por algo más jovencito (je, je, je).
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, el problema es siempre que uno no sabe cuándo ni cómo lo empezó a construir, y para cuando es consciente parece difícil y aterrador echarlo abajo. ¡Un abrazo y muchas gracias, Fina!
EliminarEnhorabuena Alex por tus 50 microrrelatos.
ResponderEliminarUn abrazo,
¡Gracias, Raquel! Ha sido un placer cruzar ese umbral después de José Antonio.
EliminarFelicidades, "Gran Jefe", por todos esos muros que destruyes con tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Muchas gracias, Margarita! Un abrazo.
EliminarEnhorabuena grande por tus cincuenta, Álex.
ResponderEliminarY en cuanto al relato, aparte de su dimensión simbólica, me ha gustado mucho ese extraña alienación que sufre el protagonista. La verdad es que hace pensar y tras ese muro caben muchísimas interpretaciones.
Saludos cordiales,
¡Muchas gracias, Notinc! Un abrazo.
EliminarLos muros no suelen ser buenos...
ResponderEliminarSeguramente en la universidad encontrará a alguien con quien quiera irlo desmontando.
Felicidades por los 50!!
Por cierto, echo en falta un "recuadrito conmemorativo" con tu nombre ;-)
Un beso.
Carme.
¡Gracias, Carme! No habrá recuadro, no. Me gusta mantenerme en la sombra, así si un día necesito un favor igual opero la maquinaria de propaganda ;-)
EliminarSí, la verdad es que a veces los padres tendemos a proteger a los hijos en demasía. Muchas veces ese exceso de protección suele ser constante motivo de reproche de los hijos a los padres. Así que cuando consiguen emanciparse, en algunos casos son los hijos los que levantan el muro frente a los padres. Lo excesivo siempre tiene efectos secundarios.
ResponderEliminar¡Muchas felicidades, Álex, por tus 50 relatos! Ya ves que este último está dando mucho que hablar. Abrazos
Así es, lo de sobreproteger suele conllevar un efecto rebote. ¡Muchas gracias, Juana!
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