Finales sin final
Tengo una libreta llena de frases inconexas escritas en un intento de convertir situaciones cotidianas en meras adaptaciones ficticias que se adecuen al espectador. Quizá se muestren en todo su esplendor o puede que no salgan de ese cajón húmedo y mohoso dispuesto a vaticinarles ese lúgubre final sin final.
Espléndido relato, Clemente. Hablas de una libreta que creo que todos tenemos llena de finales sin final. Excelente título, por cierto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Gracias por tus amables palabras, Pablo. Tarde o temprano y sin previo aviso, esos finales llegarán.
Eliminarun abrazo
Un final sin final, es como una semilla que no germina. Así sucede con muchas ideas que, aunque de principio parecían ofrecer algo muy bueno, posteriormente pierden su brillo ante nuestros ojos. Lo importante es seguir intentando. Seguro que muchas de esas frases germinarán y darán preciosos frutos.
ResponderEliminarMuy bueno, Clemente.
Saludos.
Tienes toda la razón, Vicente. Lo que hemos de hacer es intentar recuperar ese brillo que nos permita hacer que la semilla germine. Con constancia y tiempo todo se consigue.
EliminarGracias y un saludo.
Me gustan tus puntos suspensivos, Clemente; así es como interpreto yo tus finales sin final, con un atisbo de esperanza de que no se enmohezca tu pluma y con el deseo de que las páginas de esa libreta se conviertan en algo cotidiano entre nosotros.
ResponderEliminar¡Bienvenido a esta gran familia!
Un beso
Gracias, Margarita. Intentaré rescatar esas ideas para convertir los puntos suspensivos en un punto final.
Eliminarun beso
¿Cuántas buenas historias se habrán ahogado en el fondo de un cajón mohoso?
ResponderEliminarOjalá que no sea el caso de tus relatos, y que todos ellos tengan un final con final (libre de hongos y bacterias).
Muy bueno, Clemente.
Saludos.
Seguro que esas buenas historias saldrán a la luz. Solo están esperando el momento adecuado para darse a conocer.
EliminarGracias por tus palabras, Sandra.
un saludo
¡Ya estás tardando, Clemente, en buscar inicios para esas frases que, de momento, parece ser que aún no dicen nada! Se merecen unos inicios adecuados y no que languidezcan en rincones donde el olvido tiene su acomodo. Así que ¡¡manos a la obra!!
ResponderEliminarPor cierto, no te he dado la bienvenida a esta casa literaria donde ya tienes una extensa familia de amigos y amigas. Y con mi cálido saludo de acogida va mi "Me gusta" para tu primer microhistoria, deseando que venga otras más.
Un abrazo.
Gracias por tu cálida bienvenida, José Antonio. Limpiaré el polvo a esa libreta de contenidos inacabados para seguir aportando algo a esta extensa familia que me ha acogido con los brazos abiertos.
Eliminarun abrazo.
Por mi experiencia, esos finales sin final son, como mínimo, un buen inicio. No es malo descartar frases o ideas. De hecho, forma parte del proceso. Lo peor, por irremediable, es no anotar esas frases o ideas en el momento en el que llegan, porque un suspiro más tarde, desaparecen.
ResponderEliminarAh y dicho esto, buen relato, Clemente.
Saludos cordiales y bienvenido.
Gracias, Notincgas. Estoy de acuerdo contigo. Lo peor que podemos hacer es no anotar todas las frases e ideas que se nos ocurran. Pueden ser irrelevantes o absurdas en ese momento, pero, con el tiempo, saldrán de ese cajón para dar forma a una bonita historia.
EliminarExisten finales sin final o sin principio, principios ocultos, frases sueltas, incluso palabras que esperan ser escritas. Ellas mismas terminan dando la pista para seguir.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relato sobre la libreta que todos tenemos.
No sé, me da a mí que esas frases, hoy inconexas, acabarán un día mostrándose en todo su esplendor. Espero que sea este el lugar donde las luzcas. Felicidades por tu micro y bienvenido, Clemente. Un saludo.
ResponderEliminar¡Qué levante la mano quien no tenga frases con final sin final!
ResponderEliminarMenos mal que luego le damos una vueltecita a esas frases y acaban con un final en condiciones.
Bienvenido Clemente. Un beso.
Malu.