Inocencia de masas
Un señor desconocido para mí (pero muy famoso porque la gente lo seguía y gritaba fuerte no me acuerdo qué nombre), nos regalo una pequeña muñequita. No era tan linda. A mí me dolía la panza, tenía mucha hambre, pero me olvidaba porque solo pensaba en jugar con mi regalito.
Nicolás, ya el principio es una declaración de intenciones. Las masas y sus borregos son muy peligrosos para una sociedad que quiera evolucionar.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo.
Pablo