La madre de Mario
Mario subía y bajaba por su calle desesperado. Con los ojos arrasados de lágrimas suplicaba que lo llevasen al hospital para ver a su madre. Gritaba que quería despedirse de ella antes de que muriera.
Una vecina lo observaba desde su ventana. Él aún llevaba la misma ropa del entierro.
Una vecina lo observaba desde su ventana. Él aún llevaba la misma ropa del entierro.
Qué dramática imagen la que nos presentas, Miguel, de desesperación y de angustia, del que ha perdido a un ser querido y no ha llegado aún a asimilarlo o quizás, peor aún, no llegue a comprenderlo nunca.
ResponderEliminarMuy bien contado, me gusta.
Un saludo.
Estoy con Mª Jesús. Pobre Mario, encerrado en un bucle de ¿arrepentimiento?, ¿angustia? ¿locura?
ResponderEliminarBuena historia, Miguel
Saludos cordiales
Has pintado perfectamente la escena de Mario, lo imagino como un enfermo mental que ha perdido a la única persona que aportaba un poco de cordura a su desordenado cerebro. Espero que esa vecina pueda ayudarle a serenarse.
ResponderEliminarDeja un regusto a amargor, dan ganas de bajar a la calle y abrazarlo.
Como no puedo, te mando un abrazo a tí con un "Me gusta"
Muy buen micro, crudo y con un toque de amargura.
ResponderEliminarDespués de leer tu relato, resuenan en mis oídos el llanto deseperado, los gritos agónicos y los pies embutidos en una carrera desorientada e imposible. Y el silencio espeso que nubla los ojos de la vecina.
ResponderEliminarMe gusta, Miguel.
Un saludo
¡Qué triste!
ResponderEliminarCon 50 palabras consigues llenarnos de esa desazón que transmite la escena descrita.
Un saludo.
Carme.
Perder a un ser querido es tremendamente doloroso, pero tener que vivir con la pena que supone no habernos podido despedir puede llevarnos si no a la locura, como muy bien nos has mostrado en tu micro, a ser incapaces de salir de ese pozo de angustia y desesperación. Felicidades, Miguel.
ResponderEliminarUn saludo.
Es muy dura la pérdida de un ser querido y nunca se acaba se asumir. Nos gustaría rebobinar la vida y volver a tenerla entre nosotros. Muy bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
Pablo
No aceptar la pérdida de un ser querido es un mecanismo de defensa ante el dolor. Lo has reflejado muy bien en tu micro, Miguel. Un saludo.
ResponderEliminarCon ese final tan demoledor has conseguido transmitir toda la tristeza del mundo.
ResponderEliminarEnhorabuena, buen micro.
Saludos
El corazón encogido y un nudo en la garganta después de leer este micro.
ResponderEliminarMuy bueno Miguel.
Besos.
Malu.