Pasajeros de primera
El tren se quedó sin carbón. El maquinista jefe ordenó arrancar la madera de los vagones de carga para seguir alimentando la locomotora. No fue suficiente. Hubo que recurrir a los vagones de tercera clase. No se molestó a los pasajeros de primera, que siguieron viaje como si nada pasara.
Gran alegoría de la desigualdad imperante en el mundo de nuestro días, Plácido. En verdad te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se dice que siempre ha habido ricos y pobres. Y, por lo visto, tu tren, Plácido, no va a ser una excepción de esa división.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" y mi enhorabuena, Plácido, por haber retratado en tan pocas palabras los desequilibrios sociales existentes y cómo se solventan, cargando la solución -como viene siendo costumbre desde casi los orígenes del ser humano- en los que menos tienen.
Un cordial saludo.
Gran relato, Plácido. Uno que cada día lee que cada vez hay más desigualdades sociales y que a los millonarios le va mejor con la crisis, tu registro demuestra lo que ya sabemos. Cuando hay malos tiempos, siempre son malos para los mismos.
ResponderEliminarLástima que en tu tren no vayan los Hermanos Marx pidiendo "más madera". Ellos no hubieran tenido tantos miramientos con la primera clase.
Un saludo.
Pablo
Perdón por la intromisión, además de los Hermanos Marx, tengo otro candidato para fogonero íntegro: Buster Keaton.
EliminarAcepto también al maquinista de la general. Ayer vi una foto de Buster Keaton con los hermanos Marx. Que de ingenio junto en una sola foto.
EliminarSaludos, Vicente.
Pablo
Qué buena imagen para mostrar la injusticia social. Tu relato es todo un símbolo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un saludo.
Metáfora de nuestro sistema social, politico y económico. Muy buen micro.
ResponderEliminarProbablemente, los pasajeros de primera seas los que le venden el carbón al maquinista.
ResponderEliminarBuena reflexión, Plácido.
Un saludo
Magnífico y triste reflejo de unas desigualdades sociales que lamentablemente no parecen sino una característica innata a la humanidad. Excelente micro, Plácido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Genial tu micro, Plácido. Una perfecta alegoría de como los más favorecidos se aprovechan de su superioridad económica, sin pensar en que para mantener su bienestar están perjudicando al resto de las personas, despojándolas de lo poco que aún les queda.
ResponderEliminarTe deja un regusto amargo ante la injusticia.
Un abrazo.
Un retrato realista de la sociedad que hemos creado. Muy buen micro, Plácido. Un saludo.
ResponderEliminarAunque en los trenes ya no hay vagones de tercera, siguen existiendo pasajeros de tercera clase.
ResponderEliminarUn buen micro y que te mueve por dentro.
Saludos