Peregrinación a la disecación
Cuando la extrañeza comenzó a adueñarse de aquel rostro amado e idolatrado, las alas de las mariposas ralentizaron su efusivo revoloteo. Pero no fue hasta descubrir el vacío en sus palabras que comprendieron la urgencia de la absoluta quietud. Debían quebrantar cualquier impulso que originase el peregrinaje hacia la disecación.
Muy buen cuento, con poesía fulgurante desde su título.
ResponderEliminarHay llamados a los que no debemos atender, so pena de perdernos en un camino sin retorno como las mariposas de tu historia.
Saludos, Tati.
Muchas gracias por tus palabras Vicente. Me alegra que te guste.
EliminarSaludos.
Qué alegría encontrarte aquí Tati. Me encanta la forma en que describes ese momento que llega para muchas relaciones. Me encantó. Enhorabuena!!! Besitos
ResponderEliminarGracias Carmen! Para mi también es una alegría este encuentro. Un abrazo.
EliminarTati
Muy bueno ese proceso emocional en el que las alegres mariposas nacen en nuestros estómagos para, en demasiadas ocasiones, acabar olvidadas y muertas. Aunque es mucho mejor acabar disecado, que disecado y atravesado por un alfiler. Me ha gustado mucho, Tati. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Matrioska. Saludos.
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