Recuerdo de juventud
Ana sonríe al joven de la fotografía que tiene delante. De vez en cuando mira, indiferente, al desconocido que le ofrece la sopa de la cena, resignado con su cruel olvido.
Al dorso, escritos en cursiva, un lugar, una fecha y sus dos nombres dentro de un corazón casi borrado.
Al dorso, escritos en cursiva, un lugar, una fecha y sus dos nombres dentro de un corazón casi borrado.
Relato que transmite languidez, como la cursiva, como la nostalgia bajo el peso del tiempo transcurrido.
ResponderEliminarY al final nos enseñas la mirada hueca de Ana paseándose sobre el dorso de su ajada foto, y nos dejas un trocito de otoño.
Un hermoso relato, Asun.
Muchas gracias, Antonio B. Alivia pensar que Ana aún mantiene intactos sus sentimientos de juventud.
EliminarUn abrazo.
Vaya fotografía que nos dejas con tu micro. El Alzheimer presente contado desde el punto de vista de los sentimientos. Una preciosidad de relato. De los que no me canso de leer. Me ha encantado, Asun.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo
Gracias, Pablo. Es una situación dura, por desgracia muy extendida y de momento sin cura eficaz. Esperemos que en un futuro este micro pueda ser incluido en el género de la ciencia ficción.
EliminarUn beso.
Asun que relato más precioso, escrito con mucha dulzura y cariño.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Has sido capaz de contar la enfermedad del Alzheimer bajo el prisma del enfermo, que sigue queriendo con cariño el ayer, pero es incapaz de reconocer el presente.
Muchas gracias por escribir algo tan bello sobre una enfermedad tan cruel.
Esperando ya con ganas tu siguiente relato.
Felicidades y un abrazo, y de nuevo muchas gracias.
Gracias a tí por tu cálido comentario, Javier.
EliminarUn abrazo.
Asun, exquisito relato. Lo esperaba con interés. Precioso retrato de la realidad del Alzheimer, estar el familiar presente y que el enfermo no lo reconozca viviendo anclado en sus recuerdos. Como bien sabes, en esta escena reconozco a mi madre. Me has emocionado profundamente. Mi enhorabuena!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Pilar. Ya te dije que el tuyo me emocionó también.
EliminarUn beso.
El olvido, ese corazón que se borra poco a poco junto con el que llevamos dentro del pecho. Además del terrible Alzheimer, existen otras situaciones que consiguen enterrar los recuerdos. ¿Cuántas veces vemos con tristeza que personas para las que ayer éramos importantes, hoy apenas reconocen nuestro rostro? Una belleza de relato, Asun, sigue así.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vicente
Muchas gracias por tu reflexión, Vicente.
EliminarUn abrazo.
Ese joven, que ya no es tan joven -el otro nombre enmarcado por ese casi desaparecido corazón, en una foto de hace...-, con todo su amor, pero con resignación por el estado en que ve a Ana, es quien ahora la alimenta.
ResponderEliminarMuy emotivo, Asun, tu microrrelato. Y muy tierno también, pese a narrar una situación no deseable para nadie. Y lo digo con conocimiento de causa.
Va mi "Me gusta" y con él un cariñoso abrazo junto a mi enhorabuena por este nuevo relato, tan bueno como el anterior. Y los que te quedan por regalarnos.
Muchísimas gracias por tu comentario, Jose Antonio, y por animarme a seguir escribiendo.
EliminarUn beso.
Mucho arte, Asun, y ternura, poesía, amor... Cuánto transmite esa letra cursiva que todos hemos visto en las fotos de nuestros padres, al igual que ese corazón desvaído, prueba del paso del tiempo, y cuántas cosas dices sin nombrarlas. Relato excelente. Un tema tratado con extrema delicadeza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te haya llamado la atención el detalle de que sus nombres estuvieran escritos en cursiva. La verdad es que me imaginé la letra que utilizarían las personas de esa edad y ahora tú me confirmas que fue un acierto.
EliminarSabes cómo aprecio tus comentarios.
Un beso.
Es ley de vida y así habremos de aceptarlo, pero debe ser duro darse cuenta del final, una realidad que viene precedida por ese estado en el que sólo quedan recuerdos, sin posibilidad de vivencias nuevas ni ilusiones; peor aún es cuando hasta los recuerdos desaparecen, las personas y su halo apenas son entonces más que polvo que se disuelve en el aire, como se borran los nombres y la fecha en un corazón. Un relato sin concesiones sobre la decadencia de todo lo que nace, con la virtud de estar contado desde el punto de vista distorsionado de un enfermo.
ResponderEliminarUn saludo, Asun
Gracias por tu análisis tan reflexivo, Angel. Verdaderamente estos enfermos de Alzheimer son incapaces de fijar nuevos recuerdos, pero los sentimientos de la juventud permanecen vivos hasta el final. Conozco casos de ancianos que siguen preguntando por sus padres como si siguieran aún vivos.
EliminarUn beso.
Un tema muy duro tratado con mucha delicadeza. Me encantó el detalle del corazón casi borrado, como su memoria.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Asun.
Un beso.
Gracias, Sandra. El detalle del corazón me pareció muy visual, una metáfora de esos recuerdos que se van borrando por la enfermedad.
EliminarUn beso.
Llanto por un sentimiento roto por la triste realidad, verso de amor infinito, quebranto por una vida que el olvido b
ResponderEliminarorra como ola en la arena. Gracias Asun
Querido amigo Roberto, tu sensibilidad desborda los límites de este micro.
EliminarTu comentario es pura poesía.
Un beso.
Una historia que llega al corazón y allí se aloja contada de manera exquisita. Precioso micro, Asun.
ResponderEliminarUn abrazo.
Viniendo de tí, que sabes usar las palabras de forma tan precisa, este comentario tiene doble valor para mí.
EliminarGracias, Fina.
Un beso.
Qué bonita te ha salido esa letra en cursiva, siempre inclinada hacia el futuro. Y ese corazón casi borrado de tanto usarlo.
ResponderEliminarCon razón eres una campeona, Asun.
Un beso delicado para no romper el hechizo.
Cuanto me alegro de que te haya gustado, sabes que admiro tus micros y tu forma tan exquisita y sutil de presentarlos.
EliminarOtro beso delicado para tí, querida compañera de letras.
Una vez más nos estremece el relato triste de esta enfermedad, que con tanta ternura has sabido contarnos, Asun. ¡Y qué delicada imagen del paso del tiempo en ese corazón medio borrado!
ResponderEliminarEnhorabuena. Un saludo.
Me alegro muchísimo de haberte hecho llegar esa sensación de ternura.
ResponderEliminarUn beso, Maria Jesús, y felicidades por tus 20 micros, creo que no te las di cuando comenté tu genial "Tras la línea del horizonte".
Casi borrado, dice al final tu relato. El amor verdadero, como nos has enseñado, es más fuerte que el olvido y que cualquier enfermedad.
ResponderEliminarBesos, Asun.
Totalmente de acuerdo contigo, Notincgas. La prueba está en que el joven de la foto tan manoseada por el paso del tiempo sigue a su lado, a pesar de las décadas que han pasado y de los estragos de una enfermedad terrible.
EliminarUn beso.
Espléndido relato, Asun, que nos refleja esa cruel enfermedad para el que la sufre, pero también para el que pierde presencia en el presente y en los recuerdos. Un abrazo.
ResponderEliminarMe has hecho recordar una época de mi vida en la que veía como el Alzheimer se apoderaba de la mente de mis mayores, pero has hecho que la reviva con ternura y sacando a flote los mejores recuerdos. Gracias.
ResponderEliminar¡Cuánta ternura, Asun! Da gusto leerte porque sabes cómo acariciar el alma con las palabras. Un beso y felicidades.
ResponderEliminarTodo lo que suena a olvido, cuánta tristeza conlleva ¿verdad?
ResponderEliminarMuy bonito y bien llevado.
Un abrazo, Asun.
Penoso pero enternecedor relato lleno de pesía.
ResponderEliminarMe ha encantado, Asun.
Un abrazo.
Esto sí que es amor de verdad.
ResponderEliminarNos dejas una historia tan bonita como triste, muy emotiva y muy real, ya que se vive en muchas familias.
Asun, me parece un micro precioso, con tanto sentimiento y tan bien escrito, que no creo que pueda expresar correctamente todo lo que me ha gustado.
Un beso fuerte.
Malu.