Solicitud de adopción
La niña se suelta del brazo de su abuelo para agarrarle la mano a una transeúnte. Conseguida la atención de la desconocida, la pequeña sonríe con ternura y le susurra "mamá" de forma dulce. Pero tampoco esta vez hay suerte y la mujer devuelve a la huérfana a su abuelo.
Muy bueno, Don Nicolás. Mis respetos
ResponderEliminarCon el sello de calidad del maestro Jarque.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Fantástico como siempre Nicolás. Que ternura y que tristeza despierta tu 50. Un gusto leerte.
ResponderEliminarUn beso.
Precioso y suculento bocado de 50 palabras.
ResponderEliminarUn abrazo Nico.
Nicolás, un micro muy tierno y bien escrito. Precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
JARQUEEEEE, el mejor!!! ;)
ResponderEliminarEstupendo relato, Nicolás. ¿Quién escuchará el llamado del corazón de la niña?
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Precioso, Nicolás!
EliminarUn abrazo.
¡Desgarrador!
ResponderEliminarOye, Nicolás, ¿y a ti se te puede adoptar?
ResponderEliminarCopio y pego los comentarios de todos los compañeros.
Un saludo
A mí, cuando me sonríen con ternura, me tienen ganado, así que comprendo el pesar de esas mujeres que han de soltar la manita de la niña por no poder ocuparse de ella; también imagino la la frustración de la pequeña y la cara de circunstancias del abuelo.
ResponderEliminarNicolás, maestro de las letras, que me has puesto sensible.
Un abrazo
Qué alegría da leer cosas tan bien escritas, con esa sencillez y soltura que solo pueden provenir del buen oficio.
ResponderEliminarDebo decir que a mí esa niña me ha inquietado más que enternecido.
Saludos.
Imaginarme a esa pobre y dulce niña rechazada tantas veces hizo que me dieran ganas de llorar. También me imagino el sufrimiento de su abuelo que, con todo el dolor del mundo, debe desprenderse de ella.
ResponderEliminarConmovedora historia, Nicolás.
Saludos.
Niña busca, deseperadamente, a una madre, aquella que le responda con un "¿si?" cuando ella le diga "mamá".
ResponderEliminarEspléndido relato de la soledad de una menor (también podría ser un menor) que ve que quien cuida de ella (él), su abuelo (también podria ser su abuela), tiene los días (los meses, algunos pocos años más) contados.
Va mi "Me gusta", Nicolás, y un muy cordial saludo por tu relato.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminar¡Qué triste y tierna historia y qué delicada manera de contárnosla! No sabría decir qué me ha entristecido más: si imaginarme el sufrimiento del abuelo al ser testigo de esa desesperada búsqueda por parte de su nieta o esa niña rechazada una vez más. Excelente relato, Nicolás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has hecho que me entren ganas de llevarme a tu pequeña protagonista a casa. Un mundo de sentimientos en la manita de una niña. Me ha gustado mucho, Nicolás. Un saludo.
ResponderEliminarA mí me ha preocupado el caso de la niña. Me pregunto por qué busca tan insistentemente una madre, qué le pasó a la suya, por qué no acepta vivir con su abuelo, o quizá sea él el que la anima a buscar una madre que la adopte, porque él no puede (o no quiere) seguir haciéndose cargo de su cuidado.
ResponderEliminarMe ha dado mucho que pensar.
Un abrazo, Nicolás.
Mil preguntas sin respuesta nos has dejado... Enhorabuena maestro!!!
ResponderEliminarNicolás, qué historia tan triste y tan buena, con mucha, mucha miga.
ResponderEliminarFelicidades, te mando un beso.
Malu.
Me llena de tristeza la insistencia en la búsqueda por parte de la niña...
ResponderEliminarMe imagino a una criatura muy pequeña que echa de menos la figura de la madre y, por mucho que quiera a su abuelo, sigue buscando una mujer que pueda ocupar su lugar. (Quizá hasta hace ya un tiempo que se quedó sin ella.)
Nos llegan muchos sentimientos con tu relato!
Saludos.
Carme.