Superstición
El mundo científico se hallaba consternado. Para la Iglesia fue un duro golpe sólo comparable al asestado por Darwin. Una nueva teoría lograba explicar el fin del mundo y el inminente exterminio del Homo Sapiens: la Humanidad estaba maldita desde que Armstrong dio su gran paso con el pie izquierdo.
Me gusta el aire híbrido entre ciencia y creencia popular de tus cincuenta palabras. Divertido y original, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Vicente
Pues entonces la famosa frase de Armstrong debiera haber sido:"Un pequeño paso para el hombre y una metedura de pata para la humanidad" jeje
ResponderEliminarUn micro original, Fina. Me ha gustado.
Un abrazo.
Muy bien, me ha gustado, incluso me hizo sonreir.
ResponderEliminarSaludos
¡Qué bueno! Ya decía yo que la culpa de todo no la tenían los gobiernos, sino ese "tontorrón" por no pisar como dios manda, ¡con el pie derecho...!, jajaja
ResponderEliminarUn micro muy agudo, me ha encantado.
Un abrazo.
¡Qué fácil lo haces, Fina! Acabo de entender todas las fórmulas matemáticas y un montón de porqués. Y ahora que tengo claro que el fin del mundo es ineludible ¡y cercano!, voy a disfrutar tanto como lo he hecho con tu historia.
ResponderEliminar¡Fantástica!
Un abrazo
Original, simpático y agudo relato. Una teoría que no se compromete con nadie, ni ciencia ni religión. El título ya lo aclara todo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Fina, por la gran originalidad.
Un abrazo
Tú has dado con la clave, ahora hay que buscar una solución, por ejemplo, otro viaje a la Luna, asegurándose esta vez de que pisan con el pie correcto, quizá así se erradique este mundo torcido y ese supuesto futuro tan negro.
ResponderEliminarMuy imaginativo.
Un abrazo, Fina
Oh, maldito Armstrong, por su culpa todos moriremos.
ResponderEliminarMuy ingenioso tu relato, Fina.
Un beso y ¡mucha ruda!
Que original e ingenioso, Fina. La iglesia es capaz de decir que aquello fue un montaje para salir del paso. O incluso que ese Armstrong no era un astronauta, sino un músico de Jazz.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo
Se veía venir. Todo por culpa de la mala pata de Neil Armstrong. Si hasta su madre lo decía, que su hijo no andaba bien desde que diera los primeros pasos.
ResponderEliminarBuena dosis de creatividad y originalidad, centrada en que cuando vayamos a descubrir algo señero, lo mejor es hacerlo siempre con el pie derecho, como Dios manda. Y, por supuesto, buscar a descubridores (sean astronautas o no) que sepan pisar con cierto garbo.
Va mi "Me gusta", amiga Fina, por la explicación que nos has dado del caos al que se dirige (si no estamos ya en él) este mundo.
Un beso y mi enhorabuena por tu imaginación (y eso que no creo que estés en la Luna). ;)
Está visto que lo nuestro son los pecados originales allá donde lleguemos; hacemos las cosas sin pensar y luego expiamos nuestra culpa por los siglos de los siglos, si no nos extinguimos antes, claro.
ResponderEliminarMe ha gustado, Fina; divertido y refrescante.
Un abrazo.
¡Cómo me alegro de que os haya gustado, chicos! Tras la historia tan rebuscada del mes pasado, necesitaba resarcirme. Gracias por vuestros comentarios, Vicente, Antonio, José, Rosy, Margarita, Mª Jesús, Ángel, Sandra, Pablo, José Antonio y Enrique. Que mi relato os haya parecido original es el mejor cumplido que me podríais hacer porque para mí la originalidad, tanto en cómo somos como en lo que hacemos, es sumamente importante. Si además habéis encontrado divertida esta historia, sólo me queda exclamar ¡¡¡misión cumplida!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja ¿Es posible que hayamos estado en la inopia hasta ahora? Y fijo que después de posar el pie izquierdo, el insensato pasaría por debajo de la escalerilla. Si es que… Muy, muy divertido tu micro. Felicidades, Fina. Un beso.
ResponderEliminarTal y como están las cosas, es lo más probable, Matrioska, y a saber qué más locuras cometería el imprudente llevado por la emoción del momento… Mejor no pararse a pensar (je, je, je). ¡Qué bien que te haya gustado esta historia!
EliminarUn abrazo.
Fina, nadie había caído en ese detalle, ¡a quién se le ocurre!, jajaja. Original y divertido. Un abrazo.
ResponderEliminarEs que con las prisas no nos fijamos en los detalles y luego pasa lo que pasa, que ahí está la clave de todo (¡juas!). Gracias por hacerme saber que te ha gustado, Salvador.
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena por tu micro, Fina. Me ha encantado por la originalidad y por haber tenido la ocurrencia de relacionar ese dato histórico con la profecía apocalíptica, con una alta dosis de humor y un toque supersticioso.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso.
Pues, ¿qué quieres que te diga, Asun? Que a mí me ha encantado tu comentario. Gracias. Vais a dar pie a que siga mandándole chorradas al pobre Álex (lo de pobre es por tener que leerlas, quiera o no quiera él).
EliminarUn abrazo.
¡Estos humanos! La cuestión es no asumir responsabilidades y echarle las culpas a los demás.
ResponderEliminarPero una cosa te diré, FNR, los hombres van y vienen, pero la tierra permanece.
Y otra cosa, Buena historia.
Saludos cordiales
Eso siempre. Lo de echar la culpa a los demás, digo. No parece sino que sea una de esas características adquiridas en el proceso evolutivo ;)
EliminarGracias por tu comentario, Notincgas.
Un abrazo.
Jajaj... y seguro que se le derramaría sal por culpa de la falta de gravedad...
ResponderEliminarMuy ocurrente.
Saludos!
Carme.
¡Fijo!, je,je,je. Gracias, Carme.
EliminarUn abrazo.
Ay Dios mío Fina, no me digas esto, que yo soy muy supersticiosa ... ja, ja, ja ... Te diré que siempre me levanto con el pie derecho ... ja, ja, ja ...
ResponderEliminarMuy ocurrente, toques el palo que toques te queda perfecto.
Te mando un beso fuerte.
Malu.
¡Vaya par! Aquí, entre tú y yo, te confieso, Malu, que durante mi época de estudiante jamás hacía campana, salvo un día que no salía de casa. ¿Adivinas cuál? Y ahora porque no hay más remedio, que si no… Es que ya estoy pensando en el que se está acercando ;)
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por ese beso. Recibe el mío junto a un abrazo.