Tras la línea del horizonte
La curiosidad era enorme. Así que se calzó sus zapatitos de indagar, también llevaría las gafas de las sorpresas y un bolsito de seda donde atesoraba increíbles hallazgos.
Culminó su travesía, de puntillas sobre el horizonte, la boca abierta ante la grandiosidad. Si aquello era un sueño no quería despertar.
Culminó su travesía, de puntillas sobre el horizonte, la boca abierta ante la grandiosidad. Si aquello era un sueño no quería despertar.
¡Que grande Mª Jesús! Detrás de esa línea del horizonte existe todo lo que podamos imaginar, y más si vamos ataviados, como tu protagonista. Feliz entrada en el club de los 20 relatos.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Pablo
Así es, querido Pablo, más allá del horizonte se encuentra todo aquello que queramos ver con nuestros ojos de niños, o de ancianos, ¡qué importa la edad! El secreto está en poner en marcha la imaginación, ¡ah!, y también en tener unos buenos zapatos para la camita.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y un fuerte abrazo.
María Jesús, ¿dónde compras esos complementos tan chulos?
ResponderEliminar¡Me encanta cómo has vestido tu relato!
Un abrazo
Querida Margarita, si estás verdaderamente interesada te aconsejo que renuncies al consabido eslogan de “estrena otoño en ECI” y esas cosas, y te dirijas a su nueva sección de “complementos-fantasía”. Allí encontrarás todo el equipamiento preciso para la aventura; tú solo tendrás que poner la imaginación, pero estoy segura que de ello andas más que sobrada. A la vista queda…
EliminarGracias por tu comentario, Margarita, y un gran abrazo.
Esos zapatitos, esas gafas y ese bolsito tendrían que ser los complementos que se pusieran de moda no solo para la temporada de otoño-invierno, sino para todo el año que viene y para el resto de nuestras vidas, las presentes y las venideras.
ResponderEliminar¡Espectacular tu relato, María Jesús (a ello ya nos tienes acostumbrados)! Perfectamente estructurado y narrado, con el que nos dejas, además, expectantes por querer conocer qué es esa grandiosidad que hay más allá del horizonte. Pero no hace falta que nos lo desveles -por lo menos yo no quiero-, porque creo que tus 50 palabras tienen la virtud de espabilar nuestra imaginación, de acicatearla.
¡Que cada uno de nosotros, lectores y lectoras, descubramos eso que hay allí detrás, eso que nos hará soñar despiertos o lo que despertará nuestros sueños!
Va mi "Me gusta", real como la vida misma, y junto a ese clic, obligado por lo bella que es tu historia, mi reconocimiento y, ¡cómo no!, mi aprecio.
Un fuerte abrazo y un beso.
Me dejas, José Antonio, más que complacida con esta magnífica explicación que has hecho, así que… ¿qué más puedo añadir? Que me siento tan halagada con tu comentario que creo que se me nota el sonrojo. Te agradezco tus amabilísimas palabras y tus geniales explicaciones, y también el haberme enseñado el significado de la palabra ‘acicatear’, que nunca había oído; (he echado mano inmediatamente al diccionario para enterarme. Incitar, estimular… creo que voy a empezar a utilizarla). De una u otra manera, contigo siempre se aprende.
EliminarMe alegra un montón que te haya gustado mi cuento.
Un abrazo de tres vueltas para ti solito.
Preciosa tu narración de alguien que busca la grandiosidad más allá del horizonte, María Jesús. Imagino que la protagonista es una chica muy joven, casi una niña. Armada de una curiosidad sin límites, se viste decidida a encontrar las maravillas que le depara su propio horizonte.
ResponderEliminarEspero que no sea solo un sueño, o al menos, que si lo es se convierta en una realidad.
Me ha gustado mucho.
Un beso.
Me alegra que te haya gustado mi historia, Asun. En realidad, la protagonista es una niña que, picada por la curiosidad, decide investigar por su cuenta todo lo que se la pone por delante. En este caso, delante y lejos, muy lejos. Como todos sabemos y recordamos, para la infancia, los límites de la curiosidad no existen.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un beso de vuelta para ti.
MJ, me gustaría que pudieras ver la cara de asombro y felicidad que se me ha quedado después de leer tu relato. ¡Muchísimas gracias por escribirlo! Es lo único que se me ocurre y que, si me dejas, te espero tras la línea del horizonte para llevarte las plumas y los tinteros, y lo que usted necesite, señora escritora.
ResponderEliminarPara tí, con toda solemnidad, la mejor reverencia que he hecho jamás con mi sombrero de plumas.
Querida Patricia, no podría contar con mejor compañía para una expedición de este tipo que contigo, la reina de la fantasía y la imaginación. No obstante, la que antes llegue que espere y vaya disfrutando de las vistas.
EliminarUn saludo emocionado por tu genial comentario y un abrazo delicado, no quisiera achuchar ese delicado sombrero de plumas.
Dos palabras te diré, Mª Jesús: ¡Qué bueno!
ResponderEliminarSaludos cordiales
Pues con ellas me siento recompensada y agradecida, Notincgas.
EliminarUn abrazo cordial.
Qué gran terapia de vida sería volver a practicar con asiduidad aquellos "qués" y "por qués" de nuestra primera infancia, pero sobre todo recuperar nuestra capacidad de asombro ante lo que se nos muestra a diario, y nuestra curiosidad por todo lo que no. Como siempre, Mº Jesús, exquisitamente narrado y con una enorme carga de sensibilidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Claro que sí, Enrique, como un retorno a la infancia para seguir satisfaciendo nuestra curiosidad y seguir estimulando el afán de tocar con nuestras manos todo aquello que nos parece lejano o inalcanzable.
EliminarGracias por tus palabras, y otro abrazo grande para ti.
Poesía y mucho más. Me encanta.
ResponderEliminarBsss
Gracias, Luis, por tu comentario, tan breve y tan amplio.
EliminarUn abrazo.
Veo a través de los ojos de tu personaje, y es cierto, ¡qué maravillosa vista desde lo alto del horizonte!
ResponderEliminarMe quedaré un momento para disfrutar de tu relato.
Salu2, Mª Jesús.
Si has llegado hasta allí quédate todo lo que precises y disfruta; el horizonte es enorme y sobre él cavemos todos.
EliminarUn abrazo, José.
Aunque no sean complementos muy masculinos, voy a pedírtelos prestados, el tiempo justo de asomarme a esa línea fronteriza para ver qué hay al otro lado. Luego te devuelvo todo, palabra, y te invito a merendar para compensarte y comentar esas vistas tan increíbles que ni acierto a imaginar.
ResponderEliminarUn saludo, María Jesús
Querido Ángel, mis complementos son tuyos. Luego, sin prisas, nos contamos aquello que los ojos de la fantasía están dispuestos a imaginar.
EliminarCompensada quedo con tu amable comentario.
Un abrazo.
¡Cuanta poesía!
ResponderEliminarYo también quiero venir de excursión por la línea del horizonte!
Prepararé un bonito bolso, o mejor una buena mochila, para los tesoros que encontremos.
(La imaginación no entiende de edades ;-)
Saludos.
Carme.
Pues no lo pienses más y vente con nosotros al otro lado de lo imposible, al otro lado de la ilusión.
EliminarUn abrazo, Carme.
La curiosidad y estar receptiva a las sorpresas es suficiente equipaje. La imaginación te lleva de la mano en ese viaje sin límites ni fronteras. Me ha gustado mucho, Mª Jesús. Un abrazo.
ResponderEliminarLa curiosidad habrá matado muchos gatos, pero también ha satisfecho muchas inquietudes, y a buen seguro que ha producido magníficos descubrimientos.
EliminarGracias, Salvador, por tu comentario.
Un abrazo.
¡Ohhhhh, cómo me ha gustado tu micro, Mª Jesús! Qué delicado y exquisito es, y ese final es de matrícula. Lo mejor de todo es que las personas que tienen esa disposición para ataviarse con esos fantásticos complementos, saben que no todo acaba tras la línea del horizonte, sino que, tras ella, seguirán nuevos horizontes. Un beso y felicidades por esta pequeña gran maravilla.
ResponderEliminarLa ilusión y la fantasía, superan toda horizonte que se nos ponga por delante y todas las leyes de la perspectiva, ¡fijo!
EliminarGracias, Matrioska, por tus palabras, me alegro de que te haya gustado.
Un beso.
A estas alturas no sé qué podría decirte que no te hayan dicho ya, María Jesús, exceptuando que a mí también me ha gustado tu micro. Ojalá nunca privemos de salir en busca de aventuras a ese niño que todos llevamos dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues en esas estamos, en dar rienda suelta al pequeño que todos escondemos en nuestro interior para que nunca nos abandonen la ingenuidad infantil y la capacidad para sorprendernos.
EliminarMe alegra, Fina, que te haya gustado.
Un abrazo.
Da gusto leerte Mª Jesús, qué micro más bonito, lleno de fantasía e ilusión, esa que no deberíamos perder nunca aunque los años nos acechen...
ResponderEliminarUn "me gusta" ilusionado
Jugar con la ilusión y la fantasía que tanto nos cautivaron de niños. ¡Que nunca nos falten!
EliminarMuchas gracias, Rosy, por tu comentario tan entusiasta.
Un abrazo.
La ventaja del horizonte es que todos lo tenemos en frente. Solo falta la decisión para iniciciar el camino.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relato.
Como al alcance de la mano, pero sólo una imaginación infantil consigue rebasarlo.
EliminarGracias y un saludo.
Un microrrelato muy visual y tierno. Una propuesta original, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Celebro que te haya gustado. Muchas gracias, Beto, por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Un 50 que despierta la imaginación del lector, que nos viste con las más aventureras e ilusionadas prendas, que nos acerca a un horizonte que siempre hemos pensado lejano... Nos dejas una sensación de querer soñar.
ResponderEliminarFantástico, un beso Mª Jesús.
Querer soñar es fantástico, mientras dormimos y, a veces, despiertos. Es una manera de avivar la imaginación.
EliminarGracias, Belén, por tu comentario.
Otro beso para ti.
Querida Ma Jesús, cuenta conmigo para ir tras la linea del horizonte, yo me calzo los zapatos de indagar y las gafas de las sorpresas. Qué gusto y qué alegría me da leerte, siempre nos sorprendes con historias maravillosas.
ResponderEliminarTe mando un beso enorme.
Malu.
Querida Malu, esta vez hice un ensayo de un cuentecillo infantil, y parece que no quedó muy mal.
ResponderEliminarYo encantada de tu compañía en esta fantástica aventura entre niños curiosos e inquietos, de andanzas entre sueños y fantasía.
Me alegra, Malu, tenerte otra vez de vuelta, se te echa en falta en cuanto te ausentas unos días. ;)
Otro beso enorme para ti.