A lo mejor tenía razón
La paliza fue impresionante. A mis diez años no podía entender a mi madre, que fue quien me la dio. Los motivos, irme con un amigo y faltar del pueblo unas dos horas. Tampoco era tanto pero, al parecer, me había estado buscando, incluso en las cuatro balsas mas cercanas.
De niño no se es consciente de las consecuencias que pueden tener nuestros actos. Este niño (o niña) desde luego se merecía una buena reprimenda, pero en ningún caso una paliza. Hace muchos años, sin embargo, el ejemplo que nos cuentas era bastante habitual. Hoy, más vale, hemos cambiado y hacemos las cosas de otra manera. En fin, Ángel, que esa madre no tenía razón. Buen tema para la reflexión. Saludos.
ResponderEliminarYo creo que si nos situamos en el contexto ( pueblo y época), más fuerte le tenía que haber "dao al zagalico". Digo... menudo disgusto. Y ojo, que yo se lo que me digo.. Y el autor del microrrelato, también. Jajaja. ;) Un abrazo tío Ángel.
ResponderEliminarCon nueve años me llevé un buen coscorrón al “desaparecer” durante una hora porque me fui a dar un paseo con unas amiguitas. Entonces tampoco entendí qué había hecho mal, ahora ya lo tengo algo más claro. Buen micro, Ángel. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas veces no nos damos cuenta de lo que podemos llegar a angustiar a los demás, sobre todo si lo estamos pasando bien. Me ha gustado como has construido la histori, Ángel. Un saludo
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