Alados
¡Qué poca puntería!, pensó el abogado tras hablar con su cliente. Homicidio involuntario era la mejor propuesta para negociar con un fiscal que le espera con la sonrisa de tener entre manos el caso de su vida. Llamó al despacho para pedir con urgencia toda la jurisprudencia existente sobre cupidos.
Ya estoy imaginando a las televisiones frotándose las manos con los índices de audiencia, qué tiemble gran hermano.
ResponderEliminarY Cupido que no se preocupe que ya tiene su vida resuelta sin necesidad de volar.
Simpática historia, Didac.
Un saludo
Jajaja XD
EliminarExiste evidencia sobre la mala puntería de Cupido, no siempre acierta en el corazón y es entonces cuando se mete en problemas. Me gusta este divertido y ocurrente relato.
ResponderEliminarSaludos.
Muy ocurrente, Didac. Y muy divertido e ingenioso. Si Cupido no apunta bien, luego pasa lo que pasa.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Pablo
Seguro que con la jurisprudencia se va a hinchar Jajaja XD
ResponderEliminarUn placer leerte. Me has sacado un gran sonrisa.
Un saludo,
"Ciego que apuntas y atinas,
ResponderEliminarCaduco dios, y rapaz,
Vendado que me has vendido,
Y niño mayor de edad,(...)".
Si ya don Luis de Góngora nos lo decía, "¿qué buena guía/podéis de un ciego sacar?". Claro está, Cupido falla más que la escopeta de una feria porque, para su desgracia y la nuestra, esa limitación visual que tiene no le da para más. Debería pedir su ingreso inmediato en la ONCE y regalar premios millonarios. A todos, incluido él, nos iría seguramente mejor.
Va mi me gusta, Dídac. Enhorabuena por tu simpática, e irónica, historia.
Saludos cordiales.