El marcapáginas
Entre ellas, siento el aroma de tus palabras, atrápame con tus letras. "Hazme sitio, abrígame entre tus hojas", parecía decirle mientras ella leía, asomado por las aristas del libro cada página adelante. Cobijándose en vocablos como: leer, viajar, vivir, soñar. Alistado entre portada y contraportada. Él también llegaría al final.
El separador que muchas veces es una servilleta o hasta una tarjeta de presentación. En mi caso muchas veces busco otro, dado que dejo uno en un texto que posteriormente subrayaré. La travesía de la lectura: un viaje donde el marcapáginas es un gran recurso.
ResponderEliminarSí, Ricardo los marcapáginas son muy variopintos, un billete de tren, una servilleta, un trozo de periódico. Gracias por tú lectura y comentario.
EliminarBesicos
Ese final... Como mandan los cánones. Chiquito pero matón.
ResponderEliminarEres uno de mis mejores críticos y me gusta que lo seas...Besicos amigo
EliminarMe ha encantado. Yo soy un obseso de los marcapáginas y en mis libros favoritos, y los que tengo intención de leer próximamente, ya los tengo colocados en su punto de partida para que me acompañen hasta la meta.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso.
Pablo
Gracias Pablo por tus palabras. Yo hasta tengo una colección de marcapáginas pero a veces uso cualquier cosa, también te llevan hasta el final de la lectura.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Besicos
Siempre hay un marcapáginas, desde los más historiados a los más sencillos, que nos suelen acompañar durante la travesía de la lectura que tenemos entre manos. Y con nosotros llega, también, al final.
ResponderEliminarVa mi me gusta y con él mi enhorabuena. Pero si me lo permites, Carmen, como una sugerencia muy personal, yo habría empleado en la frase final el tiempo verbal futuro simple (llegará) en lugar del condicional simple (llegaría), por el que tú has optado. Así la frase, me parece a mí, hubiera quedado más precisa y rotunda: "Él también llegará al final". Insisto en que es una opinión, que espero que no te haya molestado en absoluto.
Un saludo muy cordial.
Gracias, José Antonio por tu sugerencia, es posible que tengas razón en tu observación, yo lo vi así, cómo la concidión del lector, si termina el libro el marcapáginas también. Hay veces que el marcapáginas se queda entre las hojas y no llega al final, por olvido o porque el libro no ha merecido la pena.
ResponderEliminarEn absoluto me molesta tu opinión...
Besicos
Qué bien que te has acordado de nuestro amigo el marcapáginas, Carmen. Ese compañero de letras que yo siempre he visto como una promesa de volver a las páginas de un libro. Al igual que en los comentarios anteriores, yo también quiero expresar mi fascinación por los separadores. Incluso me gusta fabricar los míos. Ahora que la lectura en formato digital, nos guste o no, es la opción preferida de muchas personas, ¿qué será del marcapáginas? La respuesta, creo yo, es que seguirá viviendo en las entrañas de los libros de aquellos lectores tan soñadores como nosotros.
ResponderEliminarSaludos.
Vicente
Yo, seguiré usando marcapáginas, Vicente. Soy de libro en mano, de papel con tapas y solapas y hojas que huelen a recién hecho o a viejo, me da igual. Lo único que leo en soporte digital y escribo son mis entradas en el blog y la de los amigos. Gracias por tu amamble comentario
EliminarBesicos
Qué buena idea dedicar un relato de homenaje a los marcapáginas, esos amigos que tan útiles resultan y tanto nos han acompañado. En mi caso, me ocurre un poco como con los calcetines, parece que desaparecen de donde deberían estar, yo creo que, cuando no les veo, ellos solitos se meten en el último rincón del libro más insospechado, por puro capricho ellos son así.
ResponderEliminarIgual que ha apuntado Vicente, respeto los sistemas electrónicos, pero el papel es el papel.
Un relato muy agradable, con hermosas expresiones que sin duda contribuyen a estimular el gusto por la lectura.
Un abrazo, Carmen
Eres Ángel, un ángel escribiendo, eso de que se pierden entre las páginas, es verdad, a mi también me ocurre...Yo, sigo con papel, como decía más arriba y las pantallas para otras cosicas. Muchas gracias por tus palabras
EliminarBesicos
Esos marcapáginas que en tan buenos ratos nos acompañan. Cuando terminamos la lectura lo acomodamos con suavidad, suspiramos y lo dejamos dormitando entre las letras hasta que decidimos continuar con su lectura y le damos un tierno despertar y una sonrisa de reencontrarnos otra vez con él.
ResponderEliminarFantástico 50, una maravilla que le hayas dedicado tu estupendo micro.
un beso guapísima.
Gracias Mª Belén, ese dormirtar y despertar, me parece una figura perfecta...
EliminarMe alegro que te haya gustado, como ves me estoy animando, poco a poco y, sigo enviando.
Besicos, amiga
Un bello micro homenaje a esos compañeros inseparables de lectura que, una vez llegas con ellos al final, estás deseando otra vez arroparlos entre las primeras páginas de un nuevo principio. Me ha parecido especialmente original y bonito. Un saludo, Carmen.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Matrioska, agradecida por tu lectura...
EliminarBesicos.
Me gusta encontrarte también por aquí Cabopá, y en tu línea... Muy bueno ese homenaje.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias amiga Paloma, ahora tengo más tiempo y no tengo prisa, he vuelto a abrir mi ventana, cuando quieras te puedes asomar...
EliminarBesicos,
Prometo firmemente no volver a tirar un marcapáginas, por simple o feo que sea.
ResponderEliminarBuen relato.
Gracias Crispín, los marcapáginas también tienen su historia. ¡No los tires!
EliminarBesicos
Con tus palabras imaginamos el viaje del marcapáginas por el libro como una preciosa aventura.
ResponderEliminarYo también soy del libro en papel, y de creación de marcapáginas personales.
Saludos!
Carme.
Pues así es, así lo veo yo M.Carme Marí, tocaya...
EliminarBesicos
Ellos no son fieles a ninguna, les encanta saltar de una a otra y saben que cuando han llegado a la última página, han tatuado un nuevo conocimiento en alguna mente. Están listos para empezar de nuevo, en otro libro. ¡Maravillosos marca páginas! Maravilloso micro.
ResponderEliminarSaludos.
Muchísimas gracias por el comentario, por esa infidelidad y por su tatuaje, me encanta la imagén
EliminarBesicos, Beto Monte Ros
Este precioso relato, homenaje a los marcapáginas, solo lo puede escribir alguien que está muy cerca de ellos. Lo tratas con una delicadeza, con tanto cariño, como si de un romance se tratara.
ResponderEliminarMe ha gustado Carmen, un beso.
Malu.
Muchas gracias Malu, sí, los tengo cerca...
EliminarBesicos