Inmóvil
Desde su escondrijo, el francotirador elegía con cuidado sus víctimas. Silencioso, mimetizado con el entorno de escombros y suciedad, solo movía los ojos y dos falanges de un índice.
De pronto, se quedó paralizado por el zumbido de un avioncito, como de juguete, que volaba despacio, directo hacia su posición.
De pronto, se quedó paralizado por el zumbido de un avioncito, como de juguete, que volaba despacio, directo hacia su posición.
¡Qué casualidad! El mismo título que ha utilizado Miguel Ibáñez e igualmente bien elegido. Uno, mágico. Otro cruel y realista. Y esa inmovilidad como centro de la tensión de ambos relatos.
ResponderEliminarMuy bueno, Jero.
GRaciasPatricia! Si que es casualidad desde luego. Un beso grande y gracias por tu comentario
Eliminar.Y aunque el desenlace queda en el aire, (nunca mejor dicho) todos nos lo imaginamos: el francotirador es ahora descubierto y amenazado por el dron, quedando completamente desprotegido por más que se quiera quedar inmóvil.
ResponderEliminarEnhorabuena, Jero, me ha encantado.
La misma sensación que María Jesús. Con una reflexión sobre el título, que difícil es pasar inadvertido, inmóvil, en este mundo tecnológico y global en el que nos encontramos. Uno quisiera a veces, permanecer inmóvil... Pasar totalmente inadvertido, agazapado entre sus escombros, como en el relato de Jerónimo, casi sin respirar... pero resulta imposible: drones, cámaras, satélites, gps, adn, dni, cuenta en el banco... estamos fichadisimos. ¡vamos, que si te quieren encontrar. Te encuentran!!
EliminarNo sé si tendrá mucho que ver, pero es la reflexión que tu relato me sacó.
Un saludo Jero,
Una escena que bien figura en múltiples ambientes que nuestra mente pueda proporcionar: un disparo que se ahoga ante un artefacto infantil.
ResponderEliminarMuy bien.
Gracias Ricardo!
EliminarYa lo cantaba Rubén Blades: "Pedro Navaja, matón de esquina, quien a hierro mata, a hierro termina".
ResponderEliminarBuena historia, Jerónimo.
Saludos cordiales
Gracias un fuerte abrazo
EliminarDos máquinas adiestradas para matar sin dar la cara, que se valen del silencio y la sorpresa. Un duelo desigual con moraleja: antes o después siempre aparece alguien mejor.
ResponderEliminarYa tenía ganas de volver a leer alto tuyo, Jero.
Te mando un abrazo fuerte, lleno de afecto y admiración.
Mil gracias Ángel! por tu apoyo, tu cariño y tus comentarios. Un abrazo fuerte fuerte
EliminarSe puede mascar la tensión y el suspense. Fenómeno relato, Jerónimo.
ResponderEliminarGracias Belén! Me alegra que te haya gustado besos
EliminarMe encanta, el cazador cazado.
ResponderEliminarLo has expresado muy bien.
Suerte.
Gracias Rosy! Un abrazo
EliminarPodría bien ser una crónica de un periodista sobre alguna de las guerras actuales...
ResponderEliminarBien narrado.
Un saludo.
Carme.
Gracias Carme! Un beso
EliminarQué alegría leer un relato tuyo después de tanto tiempo :)
ResponderEliminarInquietante situación. Hombre vs máquina. Aunque detrás de la máquina haya otro humano.
Enhorabuena ☼ :)
y escribe muchos muchos más :)
A ver si me dejan! jajajajaja Un beso grande Esperanza!
EliminarNos ha dejado con la tensión en el aire, Quizás falte el "Continuará" o "To be continued" que solían indicar al final de los capítulos de series de los 60 y 70.
ResponderEliminarEspero que el francotirador no reaccione con el dron como lo hizo Enrique Iglesias.
Muy buen relato Jero.
Un abrazo.
Quién sabe Isidro! Un gran abrazo!
EliminarComo dice Isidro, nos dejas con ganas de seguir leyendo. Dejas el relato en su momento álgido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá haya que continuar...Gracias Asun Un beso
EliminarInmóvil me he quedado yo, Jerónimo, que casi se me olvida respirar.
ResponderEliminarUn saludo
Respira! O te envío un dron ambulancia :) Lo que si te envío es mi agradecimiento y un abrazo.
EliminarSean los drones bienvenidos para evitar asesinatos.
ResponderEliminarSean bienvenidas tus palabras para formar con ellas relatos como este.
me gusta la combinación de máquinas con palabras, el sobrevuelo de la muerte y de la vida en el mismo espacio aéreo
Saludos.
Gracias José María. Me encanta que te haya gustado y la interpretación que le das. Un abrazo
EliminarUn niño en la escena.... Para mi que es eso lo que le paraliza.
ResponderEliminarGracias Luisa! Por tu comentario y por tu ternura
EliminarQuiza el avioncito fuera del hijo de una de las victimas, o una de ellas. Quizá el tenerlo cerca le hizo perder la distancia emocional necesaria para matar. En cualquier caso, conseguir tal grado de tensión en tan corto espacio narrativo tiene mucho mérito
ResponderEliminarUn saludo, Jerónimo
Muchas gracias Antonio! Eso intentaba me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo
EliminarTodos nos hemos quedado inmóviles ante lo inquietante de ese momento que tan bien describes, Jerónimo. Un saludo
ResponderEliminarMil gracias Juana. Me alegra mucho. Un beso grande
EliminarMe has dejado con la duda si el avioncito era un dron y el francotirador ha sido derrotado por las nuevas tecnologías, o realmente es un juguete que representa lo trágico y emocional del entorno de las víctimas. Estos relatos que se bifurcan en varias interpretaciones me gustan mucho, Jerónimo. Un abrazo.
ResponderEliminarYo pensaba en un dron que inmoviliza al que inmóvil juega con la vida de los demás. Esa visión me encanta Salvador. Un fuerte abrazo
EliminarCambio de tornas. El francotirador pasa a experimentar la tensión paralizante que él mismo está provocando en sus víctimas, al ser ahora él el que está en el punto de mira. Me ha encantado, Jerónimo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska. Por ahí pensaba yo pero la visión de Salvador lo abre a otras perspectivas ¿un juguete de la víctima? ...quien sabe. Un gran abrazo
EliminarParalizado me he quedado yo con tu historia del francotirador impávido que se ve sorprendido cuando estaba a punto de apretar el gatillo. Nos dejas, Jerónimo, con la miel en los labios. ¿Rematará la faena o será él el rematado?
ResponderEliminarVa mi me gusta y con este coordial saludo. ¡Enhorabuena!
Un fuerte abrazo José Antonio!. Gracias por tu amable comentario
EliminarEl francotirador cazado. Contado con gran elegancia y maestría.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Jero.
Un abrazo.
Pablo
Gracias Pablo! Un fuerte abrazo!
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