La llama
Guardaron la llama del amor de cada uno en un frasquito. Lo soltaron en el río. El frasco siempre regresa. Al pasar los años volvieron al río, esperaron pero no llegó. Se miraron sin cariño. Lo que no sabían es que su frasquito se amontonó con los de otras personas.
Me gustó mucho tu relato lleno de metáfora y fantasía.
ResponderEliminar¡Bravo!
Muchas Gracias, Ricardo! :)!
EliminarY es que el desamor cunde cuando el tiempo pasa y no eres capaz de mantener esa vela encendida.
ResponderEliminarDice Woody Allen que algunos matrimonios acaban bien y otros duran toda la vida ¿Será el caso de tus protagonistas?
Me ha gustado mucho la forma tan poética e imaginativa de contarlo.
Me alegra que formes parte de la familia cincuentera.
Un saludo.
Pablo
Gracias. Que bueno que te haya gustado, Pablo.
EliminarSí, a veces el tiempo desgasta una relación. Creo que los protagonistas vivieron una relación un poco débil y como vieron que no llegaba el frasquito con la llama de su amor, decidieron terminar ahí con su amor.
Supongo que tuvieron que cerrar a presión esos frascos si no querían que les entrase el agua y terminaron por asfixiar el fuego.
ResponderEliminarMal maridaje eligieron en cualquiera de los casos.
Un saludo y bienvenido, Paste.
Muchas gracias por darme la bienvenida :)!
EliminarSaludos!
Los años, la rutina... desgastan y quitan brillo al amor. Es muy común, de ahí el montón de frasquitos que citas. Hay muchos tópicos de cómo hay que mantener la llama encendida. Yo, que ya soy talludita, tengo una teoría: En el amor hay que partir con pasión, pero lo que hace que dure es la pasión por compartir. Me ha gustado mucho ese río que trae y lleva frasquitos iluminados de amor. Un saludo, paste.
ResponderEliminarMe encantó tu teoría, muy interesante.
EliminarMe alegro que te haya gustado mi micro, voy a seguir subiendo más :)!
Saludos, Juana.
El frasco siempre regresa... hasta que no regresa. Pero no lo sabemos hasta que lo vemos ya sin luz y amontonado con otros en la orilla.
ResponderEliminarMuy bueno, Paste. ¡Y bienvenido!
Gracias, Sandraaa!!! :)!!
EliminarMuy buen relato, Paste. Una buena metáfora.
ResponderEliminarBienvenido.
Muchas gracias, Asun! :)!
EliminarTodos lo que ha servido y dejó de hacerlo se convierte en desechable, un material, físico o figurado, que se asimila a una palabra llena de connotaciones negativas: basura. Ese pobre río acumula demasiados frascos con cenizas apagadas que difícilmente podrán reciclarse, un drama universal y humano que expones delicadamente en tu relato. Mantener viva esa llama es un gran reto que pocos logran.
ResponderEliminarBienvenido y un saludo
Gracias por tus palabras, Ángel.
EliminarEs verdad, cuesta mantener viva la llama.
Saludos.
Si es que la llama del amor ni tenerla en contacto con el agua. Al contrario, lo que hay que hacer es avivarla.
ResponderEliminarDicho esto, has dibujado una bonita imagen y muy sugerente.
Saludos cordiales, Paste.
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarSaludos, Notincgas!! :)!