La señorita Edith (II)
Despierta, tristemente despierta, con los parisinos rayos del sol dándole en pleno sobre su joven rostro. Abre la ventana del quinto piso y piensa si hoy sí dará el salto. De pronto, una paloma que viaja desde México le deja el siguiente mensaje: "L’amour est la mort". Ella sólo suspira.
Muy bien llevada esta continuación.
ResponderEliminar¡Bravo!
Qué poético y redondo te ha quedado. Tus protagonistas deberían conocerse... Quizá dejarían de sentirse tan solos y tristes.
ResponderEliminarEnhorabuena,
Dos almas vacías que necesitan estar juntas para llenarse, gemelas, pero distantes, en México, Hugo; en París, Edith. El mensaje lanzado por el primero sin un destino claro ya ha logrado algo: impedir un suicidio por soledad. A partir de aquí pueden pasar muchas cosas, que seguiremos gustosos en esta serie, cuyas dos primeras entregas han sido dos textos trabajados con esmero.
ResponderEliminarUn saludo
El amor es la muerte. Me encanta el romanticismo que desprende esta serie de mensajes de amor que cruzan el océano, probablemente esas palomas son las que han decidido quien es su destinataria. Conocen bien a los dos protagonistas y saben que sus destinos están unidos, aunque ellos estén tan separados físicamente.
ResponderEliminarEspero con impaciencia la próxima carta, quizá Edith envíe una respuesta con la misma paloma mensajera.
Un abrazo.
Unidos por la tristeza, a miles de kilómetros... ¿A qué demonio hay que invocar para unirlos?
ResponderEliminarEsa paloma mensajera me ha enamorado. Qué sutileza y elegancia para tejer un relato que deja con muchas ganas de leer la continuación.
ResponderEliminarme gustó mucho, Andrés.
Un abrazo.
Pablo
Andrés, tus relatos siempre nos dejan con ganas de saber cómo continúan. No seas malo y cuéntanos el final. Preciosa historia de amor que no debes permitir que acabe mal. Lucha por ello. Me encanta. Un beso.
ResponderEliminar¡Cuánta delicadeza brota de las palabras de esta historia de enamorados en la distancia! Esa joven suicida que renuncia a dar el salto... ¿Para qué, si ya ha caído rendida de amor?
ResponderEliminarVa mi me gusta, Andrés, y con este, mis sentidos recuerdos para Hugo, que seguirá allá por México.
Un abrazo.
Deseando leer la siguiente entrega, quiero pensar que habrá un vuelo y no será precisamente el de una paloma, sino el de uno de los protagonistas.
ResponderEliminarBesos Andrés.
Malu.
Genial y precioso, pero no sé como acabará la protagonista si los versos evitaran lo que parece que lleva tiempo intentando.
ResponderEliminarMe gusta mucho y a por el final con ganas.
Un abrazo.