Revelaciones
Tiempo después, al disiparse el último chispazo de radioactividad, la Oscuridad se quebró y regresaron las estrellas. Las aguas se regocijaron en el seno de la tierra. Al tercer día vomitaron vida los volcanes y resucitaron los pájaros. Adán espera impaciente; ningún dios se atreve a extirparle aún la costilla.
Historia alternativa de alguna dimensión donde, se dice probablemente, existe un sólo hombre en un planeta.
ResponderEliminarComo para comenzar de nuevo la vida humana. Si no tenemos remedio... Así me explico yo que no haya divinidad alguna que sepa por dónde meter mano divina al mundo y a ese hombre, otro Adán, que me da a mí que se va a quedar más solo que la una.
ResponderEliminarBuen relato, Belén, con un final inesperado tras la descripción de un mundo posapocalíptico y posradioactivo.
Va mi me gusta y mis felicitaciones por esas revelaciones que nos has hecho llegar.
Un saludo muy cordial.
Toma ya, de un plumazo y cincuenta palabras has enlazado el antiguo testamento con la teoría del eterno retorno, y de paso le has dado una colleja a los temerarios humanos que juegan con la radiocatividad.
ResponderEliminarGran planteamiento, Belén.
Besos
El Apocalipsis visto como una catástrofe cíclica, y la resurrección de la vida, el Génesis salvador, igualmente periódico.
ResponderEliminarMuy bueno, Belén.
Un abrazo.
Una fascinante visión del retorno de la vida después del cataclismo final, aunque todo queda suspendido en la última frase, sin decidirse si la deidad osará arriesgar o plantarse.
ResponderEliminarExcelente relato, Belén, de esos que me dejan impresionada.
Un abrazo.
Pues sin las mujeres no somos nada así que, o espabila ese Dios, o Adan se quedará más solo que la una e irremediablemente, este mundo alternativo se va a ir a la mierda.
ResponderEliminarGran micro, Belén. Con un final muy bueno y mucha miga. Y, además, divertido.
Un beso.
Pablo
Es un relato magnífico, Belén. Con una crítica a nuestra capacidad de autodestrucción descrita de una manera muy inteligente y brillante. La recreación de un nuevo génesis donde el mismísimo Dios no quiere saber nada y le pasa el 'marrón' a otros dioses para que decidan dar continuidad, o no, a los seres que se cargaron el orden anterior, me parece genial, sencillamente genial.
ResponderEliminar¡Chapó!
Un saludo
Los hombres son muy capaces de terminar con todo, pero la naturaleza es sabia y sabe abrirse paso de nuevo. De los errores se aprende, por eso no es extraño que los dioses duden si permitir que esa raza hecha a su semejanza, pero potencialmente dañina, vuelva a echar al traste una obra perfecta.
ResponderEliminarOtro buen relato para el currículum de mi amiga Belén.
Un abrazo
Sacarle la costilla a este nuevo Adán seria repetir los mismos errores Parece que no se aprendió la lección, ni en un nuevo renacer se ha abolido el sexismo, primero fue el hombre. Estupendo relato.
ResponderEliminarSaludos.
Después de un primer comentario poco acertado, y eliminado por mí, solo me ratifco en lo bueno que en él te decía: magnífico, todopoderoso, etc, y en lo del abrazo también, por supuesto. Por lo demás, poco puedo añadir a las estupendas observaciones que ya te han hecho.
ResponderEliminarEnhorabuena, Belén.
Un volver a empezar, pero ya con la lección aprendida. Tal vez Eva surja por sí misma, sin depender de la costilla de Adán, evitando esa sumisión al hombre que tanta cola ha traído...En fin, un canto a la esperanza.
ResponderEliminarMuy muy interesante, Belén.
Un micro de lo más imaginativo, un mundo postapocalíptico que da una nueva oportunidad a la Humanidad de enmendar sus errores.
ResponderEliminarMagnífico, belén.
Un abrazo.
¡Cómo se puede hablar de destrucción de una manera tan bella!
ResponderEliminarMe encanta, Belén.
A pesar de todo el ruido que hay en tu relato, sólo se oye el tililar de las estrellas, el agua cantarina y el aleteo de los pájaros. Bueno, y el suspiro de Adán que anda un poco despistado.
Un beso
Qué bueno, Belén. Parece que este nuevo mundo viene con dioses que reflexionan y dudan. Tal vez por ese hecho, si la humanidad renaciera, sería un poquito mejor. ¡Hermoso!
ResponderEliminarUn beso.
Muy bueno. Lo que no alcanzo a entender es a qué insensato dios se le ocurrió volver a reproducir un nuevo Adán. Deberían dejar el planeta en barbecho durante unos cuantos eones. Me ha gustado mucho tu micro, Belén. Un beso.
ResponderEliminarEn 50 palabras nos has presentado el fin del mundo, una segunda oportunidad para un comienzo y la duda existencial de si al final será posible que una Eva llegue a la vida para poder comenzar.
ResponderEliminarEres fantástica, no siempre se logra decir todo con poco , pero tú lo has conseguido y de postre un final que me inquieta, ¿Tendremos la oportunidad de hacer esta vez las cosas bien? En manos de los dioses estamos, que pequeñita me siento ahora.
Un beso especial para mi tocaya especial.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos humanos hemos perdido todo el crédito, ningún dios se fía ya de nosotros y nos lo hemos ganado a pulso. Muy bueno, Belén. Un abrazo.
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