Sus arándanos ya están maduros
Se abrió la puerta. Convulsionaron sus sentidos.
Él se levantó de su mecedora con un libro en su mano y un cuarto de arándanos en la otra, ella lo observó pero no avanzó hacia él.
Volvió a sentarse a leer el libro, ella tampoco es la dueña de sus arándanos.
Él se levantó de su mecedora con un libro en su mano y un cuarto de arándanos en la otra, ella lo observó pero no avanzó hacia él.
Volvió a sentarse a leer el libro, ella tampoco es la dueña de sus arándanos.
Muy bueno el simbolismo del relato.
ResponderEliminar¿Quién será la dueña de esos "arándanos"?
Da para mucho juego de la imaginación.
Saludos.