Aislado
Se sentó frente al hogar y agregó un leño más al fuego. Tomó una de las frazadas y se arropó con ella. Miró con resignación la pequeña madera que le quedaba. Sólo tenía unos pocos minutos de calor restantes. Afuera la nieve se acumulaba. Y no había señales de ayuda.
Acostumbrados como estamos a las facilidades de la civilizacion (abrimos el grifo para conseguir agua, encendemos la luz con un botón, obtenemos el fuego de hornos y estufas, etc.), es importante recordar que las circunstancias pueden llevarnos a un entorno más desprotegido, como es el caso de tu protagonista.
ResponderEliminarBuena historia, Fede.
Saludos.
Muchas gracias, Vicente. Quise transmitir la desesperación de quien sabe que no tiene salida.
EliminarHola, Fede
ResponderEliminarMás que un relato has pintado un cuadro con letras. Muy bien escrita y descrita esa sensación de aislamiento y soledad.
Lo que te puedo asegurar es que aquí, en cincuenta palabras, nunca te sentirás aislado. ¡Bienvenido!
Un abrazo.
Pablo.
Muchas gracias, Pablo ! De hecho tenía en la cabeza la imágen del fuego extinguiéndose en una especie de refugio de montaña cuando escribía el relato. Gracias por la bienvenida
EliminarMe gustaría saber por qué se ha quedado aislado el protagonista, si es porque no quiere que le ayuden o porque nadie quiere ayudarle.
ResponderEliminarBienvenido Fede, muy bueno tu estreno.
Un beso.
Malu.
Gracias, Malu ! Imaginé que ese hombre estaba allí en el momento en que se desató un temporal de nieve y no tuvo la oportunidad de escapar.
EliminarMuy bueno! Lo que debió de de ser esa espera, la cuenta regresiva para el personaje que creaste, en medio de esa soledad, aceptó su final o tal vez no...
ResponderEliminarSaludos! :)!
Muchas gracias, Paste. Es como esa gente que muere escalando el Everest y cuyos cuerpos no pueden ser rescatados. Algunos quedan allí por décadas.
EliminarFede has plasmado la desolación de la muerte inminente en sólo cincuenta palabras! Felicitaciones por tu relato. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Renate !!! Me alegra mucho que te haya gustado !
EliminarApenas un instante en la vida de esta persona, pero uno de los mas decisivos sin duda.
ResponderEliminarMe gusta mucho como escribres, Fede; estas cincuenta palabras se leen con verdadero placer.
Enhorabuena y saludos.
Muchas gracias, Enrique. Un gusto compartir el relato con ustedes
Eliminar¿Quizá un rescoldo de esperanza?
ResponderEliminarBienvenido, Fede.
Un saludo
Hola, Margarita. Muchas gracias por la bienvenida. Quizás algo termine salvando al personaje. Lo veo difícil pero no imposible.
EliminarFederico, a veces no hay mayor soledad que la que se siente estando rodeado de gente. Parece que tu relato coincide con la tendencia actual de no tener contacto físico sino virtual con las personas. Al final todo es soledad... Igual tu protagonista se sorprende y alguien lo echa de menos y lo rescatan. Enhorabuena! Un abrazo
ResponderEliminarNo sabemos cómo terminará esta historia, aunque por las trazas no parece que el final vaya a ser feliz. En todo caso, tu protagonista hace lo correcto: aferrarse a la vida hasta donde sea posible y, quizá también, prepararse para el tránsito por el que hemos de pasar todos, antes o después, de ahí su "resignación".
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido
Describes muy bien la escena con esa mirada de resignación del que sabe que, o bien se produce un milagro, o todo está perdido para él. Me ha gustado, Fede. Un saludo y bienvenido.
ResponderEliminarEse "Y no había señales de ayuda.", me da a mí que no presagia nada bueno. No hace falta que digas nada más, porque el lector ya puede reconocer que el final de tu personaje, aislado, está cerca.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Fede, y con este va también mi cálida bienvenida. Lo de cálida no va con segundas...
Un abrazo.