AVE
No me importaba morir otra vez. Tumbado perpendicularmente a la vía, dispuse correctamente la cabeza a la latente espera del tren. Lo que me molestó es que no fue un tren de alta velocidad, sino un simple, triste, lento y sorpresivo tren de mercancías, que avanzaba como mi propia vida.
Miguel: muy buena la comparación de ese tren con la triste y lenta vida de tú protagonista que, al parecer, también va a tener una muerte más lenta de la que esperaba. Me ha gustado tu forma de narrar y la forma tan original en la que nos has contado un suicidio y, a la vez, esa vida lenta y triste del que mirando las aves, no pudo ser pillado por un AVE.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Una historia con un inicio inquietante: «No me importaba morir OTRA VEZ». ¿Acaso el protagonista ha sufrido muertes anteriores o, en sentido figurado, se siente muerto en vida a causa de un indefinido choque emocional? Al igual que a Pablo, me ha parecido estupendo el juego entre la velocidad de los trenes y la vida.
ResponderEliminarBuen micro, Miguel.
Saludos.
Cierto es que, una vez muerto, qué más le da a uno morir una vez más ...
ResponderEliminarY qué importante es lo que apuntas de la velocidad de la vida.
Me ha encantado esta forma que has usado para contar la tristeza y desesperación del personaje.
Un beso, Miguel.
Malu.
Buena metáfora de la vida ésta que has construido y estupendo el tono que has conseguido transmitir.
ResponderEliminarFelicidades, Miguel
A mi también me ha gustado mucho Miguel, y comparto muchas de las opciones de mis compañeros.
ResponderEliminarFelicidades por tu micro,
A lo mejor ese simple tren le está dando ventaja con su lento traqueteo.
ResponderEliminarSi me permites, voy a pensar que se levantó y decidió estudiar ornitología.
Me gusta, Miguel.
Un saludo
Irónico final para esa vida sin aliciente. Yo también quiero imaginarme que se levantó y tuvo el valor suficiente para cambiar esa vida que le producía tanto hastío. Buen micro, Miguel.
ResponderEliminarUn saludo.
Miguel, tal vez el tren le dio la oportunidad de arrepentirse. No hay mal que por bien no venga. Muy buen micro. Enhorabuena. Besos
ResponderEliminarMe parece que tu protagonista va a tener una muerte tan poco atractiva como lo ha sido su vida. Hay personas que ni proponiéndoselo, pueden elegir su propia forma de morir. Lo has narrado muy bien, Miguel. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Pablo. Yo creo que el micro tiene un final tragicómico: equivocarse de vía, después de todo. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que un buen micro tiene que enganchar desde la primera frase, y elegí ese comienzo porque también es ambiguo, otra de las características de un microrrelato. ¿Está muerto antes de elegir la vía? ¿Tiene un desencadenante repentino? ¿En qué momento elige el suicidio como punto final? Tal vez el desarrollo explique algo, pero me interesó un lado irónico, claro, y, en cierto sentido, cómico.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu comentario.
Gracias, Malu. Es verdad que a veces vivimos a distintas velocidades, hasta en un mismo día, no te digo ya en toda nuestra vida. Pero si te digo la verdad, me importaban más las palabras para construir ese micro que la "filosofía" que puede haber detrás. Al final, todo es como juntes esas palabras. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Notincgas, sí, ya digo que me preocupaba el tono y las palabras, aunque un buen micro tiene que contar una historia.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Raquel por tus palabras. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Margarita. Bueno, es una posibilidad, ya dije que lo mejor es un final abierto, susceptible a las interpretaciones. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Fina por tus palabras. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Pilar, creo que por votación popular voy a escribir otro micro en el que el protagonista se levanta en el último minuto y...
ResponderEliminarUn saludo.
Así es Matrioska, un saludo y muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarTu protagonista, si no lo remedia una decisión "in extremis", va a morir con poco "glamour", porque no cabe comparación alguna entre un alta velocidad y un mercancías ("simple, triste, lento y sorpresivo", como lo describes) que pudiera ser, incluso, que por culpa del propio cuerpo terminara descarrilando.
ResponderEliminarBuen relato, Miguel. Van mi me gusta y mis felicitciones por tu historia.
Un abrazo.