Desorden
Lo había intentado muchas veces: en la cocina, en la ducha, que hay que ver cómo la dejó... Pero no, ella siempre llamando la atención. Tenía que ser en el salón.
Mírala, ahí está, inerte, y lo ha dejado todo perdido. Si al menos hubiese recogido las cuchillas de afeitar.
Mírala, ahí está, inerte, y lo ha dejado todo perdido. Si al menos hubiese recogido las cuchillas de afeitar.
Estupendo, amigo Javier. Más allá de lo triste que tienen los suicidios, poseen una enorme carga dramática. Me vienen a la memoria las primeras líneas de «Corazón tan blanco» de Javier Marías:
ResponderEliminar«No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos después de que la niña hubiera abandonado la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron cómo mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él».
Fascinante tema.
Un fuerte abrazo.
Vicente
Muchas gracias Vicente por tu comentario. Si el suicidio es un tema muy serio, aunque mi personaje esta más preocupado por otras cosas que por la víctima, poco le importaba su existencia.
EliminarUn abrazo enorme.
Una vida que termina de forma brusca, que deja a los vivos varias perlas envenenadas en herencia: una sorpresa que irrumpe en sus rutinas; el remordimiento de pensar si no se podría haber hecho algo para evitar el fatal desenlace; el recordatorio de la propia muerte, además del desorden asociado a la presencia del propio cuerpo inerte, desangrado, del que alguien deberá ocuparse haciendo de tripas corazón.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
Hola Ángel, muchas gracias por tu comentario.
EliminarSi una muerte repentina impacta, pero si además es por suicidio aún acarrea más consecuencias, sobre todo pensar si se podría haber evitado.
Y como tu dices el encontrarte un cadáver de repente sobrecoge mucho, yo no fue por suicidio, pero si por muerte repentina lo he vivido en mis propias carnes y es muy difícil de olvidar.
Un fuerte abrazo.
Qué malo eres, Javier. El tono divertido que has dado al relato aumenta la tristeza y la pena por lo que se intuye en esta historia. Pero es lo que hace un buen cuentista.
ResponderEliminarTe hago, pues, una de mis reverencias de plumas y le dedico a tu protagonista esta canción para que encuentre la serenidad y la paz que merece: https://www.youtube.com/watch?v=2amFEh9Xig0
Y un beso.
Muchísimas gracias por tu comentario Patricia.
EliminarAunque el tema del suicido es un tema muy serio, lo enfoque bajo el humor negro que me encanta, y sobre todo la reacción del personaje que da a entender que la víctima no le importa nada, que incluso habiéndolo intentado antes no puso remedio, bueno sí, en arreglar todo de nuevo y dejarlo en orden.
Creo que la canción de Moon River le sentara muy bien a mi personaje.
Un beso enorme y muchas gracias.
Me encanta Javier el tono levemente irónico y divertido, que le has dado a tu relato, me ha gusto mucho, abrazos y besos.
ResponderEliminarHola María, muchas gracias por tu comentario.
EliminarMe gusta mucho el humor negro, y era otra forma de enfocar un suicidio.
Un beso enorme.
Javier, magnífico relato. Con un toque de humor negro nos presentas un relato en el que en casa de la suicida, dan más importancia al órden y a la limpieza que a la pérdida de la vida de la protagonista. En la vida real existen personas que tienen obsesión por ello, olvidando que en la vida hay cosas más importantes, como por ejemplo la vida misma. Te doy mi aplauso y mi me gusta. Enhorabuena. Besos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario Pilar, has acertado de pleno, en esa casa no les importa nada la víctima, y pese a las veces que había intentado quitarse la vida no pusieron remedio, solo les importaba los desordenes que causaba cada vez. y pienso como tú, en la vida hay que saber priorizar lo que es importante y disfrutar, ya que sino cuando te quieres dar cuenta es tarde.
EliminarMuchas gracias por tu aplauso y me alegro que te haya gustado.
Besos muchos.
Javier, ese tono socarrón hace muy original el micro sobre un suicidio. Lo has contado desde un punto de vista único. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Hola Pablo, muchas gracias por tu comentario.
EliminarMe gusta mucho el humor negro, y aunque el suicidio es algo muy serio quise darle otro enfoque,
Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Ese maniático del orden y la limpieza no ha sido capaz de hacer algo para evitar la tragedia. A veces, nos obsesionamos con lo supérfluo, dejando abandonado lo verdaderamente importante. Un saludo.
ResponderEliminarHola Juana, gracias por tu comentario.
EliminarHas acertado de pleno, el loco por el orden ha sido incapaz de evitar algo que se venia venir, y como tú dices hay que saber ver lo importante de la vida.
Un beso.
Una egoista, un obsesivo y un drama narrado con humor negro e ironía. Felicitaciones por este excelente microrrelato. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Renate por tu comentario, has resumido exactamente lo que es mi micro, humor negro con un gran drama detrás.
EliminarUn beso.
Me ha dejado sin palabras.En tan pocas frases una gran historia.Enhorabuena Javier
ResponderEliminarIsabel, que alegría verte por aquí, muchas gracias por tu comentario.
EliminarSí, una historia muy dura contada con humor negro que me encanta.
Me alegro que te haya gustado.
Un beso.
¡Qué humor negro, Javier! ¡Me encanta! Un drama contado con mucha gracia.
ResponderEliminarMe recuerda a Mr. Jones, una canción de Sui Generis. En una parte dice:
"Llamó a su esposa y le dijo: "Mamá está muerta en el ropero",
Por supuesto, si yo la asesiné.
Ella puso mal la mesa,
le hundí un hacha en la cabeza
y la sangre el tapizado me manchó.
¡Ay, qué pena nena!..."
Vale la pena escucharla. Te dejo el link, a lo mejor te guste: https://www.youtube.com/watch?v=oPErKXJagT4
Un beso.
Hola Sandra, gracias por tu comentario.
EliminarNo conocía la canción, pero la he escuchado y parece escrita para mi relato, gracias por ponerla.
Y tienes razón, cuento un drama con humor negro que me encanta, pero sin olvidar la seriedad de un suicidio.
Me alegro que te haya gustado.
Un beso.
Javier, sin palabras. Me ha gustado mucho, te felicito. Abrazos en la distancia.
ResponderEliminarHola Geyna, gracias por tu comentario y me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso desde la distancia.
Muchos compañeros han incidido en el tono irónico del relato, pero a mi me ha parecido de lo más triste. Es un tragedia en toda regla. El narrador reacciona como si no hubiera asumido la verdadera realidad de lo sucedido, y esta falta de aceptación añade un elemento dramático más a la historia.
ResponderEliminarEso es lo que me ha transmitido, Javier, y por ello te felicito.
Saludos cordiales
Hola Notincgas, gracias por tu comentario.
EliminarEl humor negro me gusta y lo he utilizado para hablar de un suicidio, pero sin olvidar la seriedad del mismo.
Y tienes toda la razón, a mi personaje la víctima no le importa nada, ni tampoco ha puesto los medios para evitar algo que se venia venir. Anda más preocupado por lo superfluo de la vida que por lo que realmente importa. Tal vez pasado el tiempo reaccione y se de cuenta de lo ocurrido, pero como en los intentos anteriores le preocupa más el desorden causado que la persona, y en este caso muerta ya.
Un abrazo enorme y muchas gracias por tu felicitación.
Comienzas tu historia, Javier, como si nos contaras algo intrascendente y la terminas dándonos un puñetazo en el centro del estómago.
ResponderEliminarUn relato sobre el suicidio contado de otra forma, con una sorna desacostumbrada y desde el punto de vista de quien parece no haberse dado cuenta de lo sucedido. O de quien nunca se lo ha creído. De ahí la dureza de sus palabras: llamar la atención, cómo lo deja todo, sin recoger las cuchillas de afeitar...
Va mi me gusta y con este un cordialísimo saludo junto a mi enhorabuena.
Hola José Antonio, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHas acertado de pleno, me gusta el humor negro y lo he utilizado para hablar de algo tan serio como un suicidio. Y como tu dices quería llamar la atención sobre mi personaje, al cual la muerte de su compañera no le importa nada y anda solo preocupado por el orden como siempre.
Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Con el "siempre llamando la atención" nos dejas expectantes, a ver de qué se tratará. Hasta las 3 útlimas palabras estamos dudando.. Un suicidio! "Mírala, ahí está, inerte"... Muy bueno! Me saca la sonrisa porque me deja una sensación de irrealidad: cuesta creer que alguien reaccionara así ante un suicidio.
ResponderEliminarSaludos!
Carme.
Muchas gracias por tu comentario MªCarme.
EliminarTrato con humor negro algo muy serio como un suicidio, y el protagonista hasta tan obsesionado con el orden que lo demás no le importa.
Un beso.
No sé por qué me da que la suicida estaba tan harta de reproches del narrador que se quedó tan a gusto poniendo tierra de por medio y dejándole un pringoso recuerdo en el salón. Puede parecer una actitud surrealista la del hombre, pero la verdad es que hay gente pa tó. Un micro insólito y muy bien llevado, Javier. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Matrioska, muchas gracias por tu comentario. Sí, tal vez la suicida ya estaba harta de reproches y decide marcharse por la puerta grande del desorden.
EliminarY el hombre un obsesionado con el orden que le impide ver lo que realmente importa.
Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo enorme.
Me pregunto con quién estará hablando tu protagonista. No quiero ni pensar en que se lo esté contando a su madre, "si es que ya te lo decía yo", que valdría tanto para la una como para el otro. Y ese toque de las cuchillas, con lo que les molesta a los hombres que les toquen sus cuchillas.
ResponderEliminar¡Soberbio, Javier! Creces a pasos agigantados.
Un beso
Gracias Margarita por tu comentario y tus palabras, me alegro que te haya gustado.
EliminarSí, tal vez se lo está contando a su madre, ya que mi protagonista lo único que le importa es el orden.
Un beso enorme.
Aparte de una demostración de mal gusto, el suicidio puede ser también una falta de consideración hacia los que te rodean, dicho sea esto, claro está, por continuar con ese humor negro tuyo con el que has dado forma a un estupendo relato. Naturalmente, el fondo de la historia es muy triste, algo que obvias sabiamente limitándote a transmitir la visión insensible y egoísta de la otra persona. Me ha gustado mucho, Javier.
ResponderEliminarSaludos.
Enrique gracias por tu comentario y me alegra que te haya gustado mi microrelato.
EliminarEl humor negro me gusta, pero como tu dices el suicidio es un tema muy serio, pero hoy solo quería resaltar el egoísmo de mi protagonista.
Un saludo.
Enorme Javier !!! Ese toque de humor negro que nos lleva a odiar al protagonista y no por ellos deja de verse importante y serio el drama del suicidio. Muy bien contado. Enhorabuena amigo!!!
ResponderEliminarHola Carmen, muchas gracias por tu comentario y me alegra que te haya gustado. Yo también odio, a mi protagonista al cual solo le importa el orden y el mismo, ya que pudo evitar lo que ha ocurrido.
EliminarUn beso enorme.
desde fuera el suicidio no llega a entenderse. Entrar en la piel del protagonista implica suicidarse dos veces, el protagonista por un lado y el lector por otro. Es demasiado dramático como para tomárselo con tinte frívolo. Dicen que solo se suicidan los cobardes, pero yo creo que hay que ser muy valiente para hacerlo. Tanto como para hacer un relato tam bueno como este.
ResponderEliminarsaludos
Gracias por tu comentario José Maria, tal como dices el tema del suicidio es muy serio, y en mi microrelato quiero resaltar la insensibilidad de mi protagonista al que solo, le importa el orden de las cosas y no las personas
EliminarUn saludo.
Llevo varios días sin pasarme por 50 y llego tarde a los comentarios.
ResponderEliminarPero quería decirte que me ha gustado mucho, Javier. Quiero pensar que la suicida lo ha dejado todo perdido adrede, el sofá, los cojines y la alfombra llenos de sangre, hasta las salpicaduras en las cortinas. Su venganza póstuma a ese personaje tan obseso con la limpieza y el orden con el que convivía.
Un abrazo.
Gracias Asun por tu comentario y me alegra que te haya gustado.
EliminarPues tal vez mi muerta como tu dices, haya decido de esta manera vengarse, ya que como no le hacía caso el obsesionado por la limpieza, decide dejarle el salón hecho un asco.
Un beso.
Excelente relato, Javier, narrado con el desenfado de quien cuenta una travesura infantil y cotidiana. Lo terrible es que se trata de un suicidio, hecho que no descubrimos hasta las últimas palabras. Es ese contraste entre lo narrado y el modo de la narración lo que hace de tu relato un micro redondo.
ResponderEliminarEnhorabuena, Javier. Te abrazo con mucho cariño y admiración.
Hola Carmen, gracias por tu comentario y me alegro que te haya gustado. Sí el suicidio es un tema, a muy serio, y utilizo el humos negro para llamar la atención sobre el obseso del orden, y que poco o nada le importan las personas.
EliminarUn beso enorme.
Muy buen relato Javier, lo había leído antes, pero desde el celular y no lo pude comentar. Lo tenia pendiente.
ResponderEliminarFelicitaciones!!!
Muchas gracias Jean, me alegra que te haya gustado el relato.
EliminarUn abrazo.
Un marido pulcro y ordenado y una mujer que va a fastidiarle hasta después de muerta.
ResponderEliminarMuy bueno, querido Javier.
Un beso fuerte.
Malu.
Hola Malu, muchas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado, sí la mujer le ha dejado el desorden hasta después de muerta para que no la olvide. porque en lo que se refiere como persona hacía tiempo que la ignoraba.
ResponderEliminarUn beso fuerte.