El cascanueces
Cascaba nueces con las manos y las lanzaba hacia arriba, esperando que cayesen dentro de su boca abierta. No lo conseguía, le dolían las manos, pero continuaba. Porque qué otra cosa podía hacer si ella lo había abandonado, llevándose todo. Qué mejor que partir nueces y añorar sólo el cascanueces.
Interesante forma de canalizar la rabia y el dolor. Ojalá muchos hombres adoptaran tu punto de vista, Mundobil. Hoy no hubiera hecho falta salir a la calle para gritar ¡Basta!.
ResponderEliminarProbablemente no habrá sido ésta la idea sobre la que has construido tu relato, pero es lo que me ha sugerido a mí.
Un abrazo.
Está claro que tu personaje sufre un gran vacío, que se encuentra en ese momento psicológico en el que percibe que la cosa va en serio, que su relación terminó, que ella no va a volver y que tendrá que volver a replantearse su vida, poco a poco, comenzando por pequeños detalles, como comprarse otro cascanueces. Una vez aliviado el dolor de sus manos, quizá comience a sanarse también el de su ánimo.
ResponderEliminarUn saludo
A veces distraerse en cualquier cosa, por nimia que ésta sea, nos ayuda a superar el dolor y a sentir que el curso de la vida, en efecto, continúa. De nada serviría aislarse y dejarse caer en la depresión, dándole vueltas a un asunto que ya está definido.
ResponderEliminarLa elección del cascanueces es además simbólica, representa la cólera contenida, una mordida fuerte que remedia la impotencia de los dedos.
Estupendo relato, Mundobil.
Te saludo cordialmente.
Vicente
El título es muy bueno y la terapia que intenta tu protagonista, la de provocarse dolor corporal podrá olvidar el del corazón, no sé su será efectiva, pero sí que es efectiva la historia para un buen micro como el tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bien conseguida la imagen de ese hombre cascando nueces con las manos para olvidar la relación que ha perdido. Mi interpretación es que no solo ha terminado esa relación amorosa, sino que ha perdido también todo lo que poseía. De momento solo se centra en la pérdida del cascanueces, para no echar de menos todo lo demás.
ResponderEliminarUn abrazo.