Extrañar
Ya no te extraño más —le dijo él.
Yo te extraño siempre —respondió Federico, con un nudo en la garganta.
En ese momento sintió que el dolor y la angustia le destrozaban el cuerpo como mil dagas.
A partir de ese día, Federico no dejó de huir. Y de extrañar.
Yo te extraño siempre —respondió Federico, con un nudo en la garganta.
En ese momento sintió que el dolor y la angustia le destrozaban el cuerpo como mil dagas.
A partir de ese día, Federico no dejó de huir. Y de extrañar.
Tanto le quería, que cuando el otro le abandonó decidió no amar más, siempre huyendo, siempre echando en falta a su amor.
ResponderEliminar... Pero sería bueno que, con el tiempo, cambiara de sentimientos...
Un saludo y bienvenido!
Carme.