Hipocresía
En la cafetería, suena Walking in my shoes de mis queridos Depeche Mode.
En la prensa, leo asqueado, otro político imputado por robar.
En la mesa contigua, olvida una enfermera su bolígrafo de cuatro colores; disimuladamente me levanto imaginando la cara de felicidad de mi hija pequeña cuando lo tenga.
En la prensa, leo asqueado, otro político imputado por robar.
En la mesa contigua, olvida una enfermera su bolígrafo de cuatro colores; disimuladamente me levanto imaginando la cara de felicidad de mi hija pequeña cuando lo tenga.
Un hipocresía bien ambientada por ese "camina en mis zapatos"que escucha de fondo nuestro indignado ciudadano mientras critica en una noticia aquello que, a su nivel, él va a reproducir.
ResponderEliminarEstamos inmersos en una cultura en la que detectamos muy claro la paja en el ojo ajeno, pero se nos da peor encontrar la viga en el propio.
Un relato bien redactado en tres actos demoledores.
Un abrazo, Vememos.
Muchas gracias por tus palabras, has descrito perfectamente mi idea, resumiéndola de forma perfecta.
EliminarOtro abrazo para ti, Antonio.
A mí, que huyo de la hipocresía como gato escaldado porque los hipócritas me producen urticaria, me acabas de dejar muy preocupada, Vememos ;) . Excelente manera de decirnos que quien no sea hipócrita, que tire la primera piedra.
ResponderEliminarUn saludo.
Fina muchas gracias por tu comentario, y si me permites un consejo, búscate un buen dermatólogo porque esta sociedad esta llena de hipócritas ;-)
EliminarUn saludo
Excelente tu forma de avisar que todos nos miremos a nosotros mismos antes que juzgar a los demás.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo
Gracias Pablo, el problema que veo yo es que juzgamos desde el desconocimiento de la situación del juzgado, la información que tenemos muchas veces es parcial y tergiversada, y nos lanzamos como locos a criticar algo que quizá en siendo él también haríamos.
EliminarUn saludo
Todos somos muy honrados cuando no tenemos otra opción, el mérito es que se presente la oportunidad, por mínima que sea, y mantengamos esa misma integridad, ahí es cuando la vida nos pone a prueba, algo que sucede muy a menudo, tanto que quizá no nos demos ni cuenta.
ResponderEliminarUn relato para la reflexión, que invita a mirarnos a nosotros mismos, con muchas posibilidades de que quedemos ruborizados.
Un saludo
Coincido contigo Ángel, nuestros despistes de integridad son vistos por nosotros mismos como tonterías sin importancia, hechos que pasan totalmente desapercibidos y los vemos de forma natural, eso si cuando lo hace otros y sobre todo actos que no están a nuestros alcance ponemos el grito en el cielo.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu comentario.
Bien claro ha quedado en estos tres pasos para ver lo hipócrita que es el protagonista.
ResponderEliminar"La cruz en el pecho y el diablo en los hechos".
Está claro que a todos nos gusta opinar y criticar a los demás, cuando en realidad, lo que deberíamos hacer es mirarnos a nosotros mismos y juzgarnos en lugar de arremeter contra las acciones de los demás.
Un beso Vememos.
Malu.
Ese refrán no lo había oído nunca, pero ilustra perfectamente la idea del relato,
EliminarUn saludo y gracias.
Para tristeza nuestra, actos como el que describes se han vuelto parte de la vida diaria y nos hacen pensar si aquello que condenamos con tanta excitación no es, en el fondo, un reflejo de nosotros mismos.
ResponderEliminarMuy bueno, Vememos.
Saludos.
P.D. A mí, como a tu protagonista, me parece una joya el «Songs Of Faith And Devotion».
Yo lo veo así también, todos a nuestro nivel somos unos hipócritas y hacemos cosas que luego criticamos de los demás, ejemplos muchos, criticamos que enchufen a las familias de los políticos cuando lo primero que hacemos es dar el curriculum de un familiar a nuestro jefe cuando hay una vacante, aunque también espero y creo que aún queda gente muy integra, y no me meto en el saco, porque aunque el relato no es autobiografico, yo nunca he robado un boli de 4 colores, si que recuerdo un clip rosa que bueno... jajaja
EliminarGracias por tus palabras.
P.D. Esperaba que saliera algún depechero, jejeje, es más el relato intenta ser una especie de transcripción de esa canción, pero dejemoslo aquí que si me pongo a hablar de los Depeche no paro, jajaja
Todo sea por la cara de felicidad de un hijo, ¿o no? ;-)
ResponderEliminarUn saludo, Vememos
Jajaja pues si por la cara de felicidad de un hijo se hacen muchas cosas, aunque creo que desde pequeños deben de conocer a la señora frustración porque a lo largo de la vida tendrán que convivir con ella, punto negativo para los padres entre los que me incluyo.
EliminarUn saludo y gracias.
Cuanta verdad esconde tu micro, Vememos. Estamos rodeados de incongruencias e hipocresía por todos lados y a todos los niveles, cuando no somos nosotros mismos los que las cometemos. Muy buen micro, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarPues si, por desgracia en la sociedad que estamos es nuestro pan de cada día y lo peor es que tampoco tiene pinta de cambiar.
EliminarUn saludo y gracias.
Es un relato contundente. La hipocresía, la mayoría de las veces, va acompañada de la envidia. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Son primas hermanas, al final es aparentar y parecer siempre mas que el otro, muy triste.
EliminarUn saludo y gracias.
Quien esté libre de pecado, que tire... ¡el bolígrafo!
ResponderEliminarBuena historia sobre la hipocresía (que ya nos lo dices en el título), sobre lo que decimos y luego hacemos.
Va mi me gusta, Vememos, y con este un saludo cordial.
Un poco tarde pero agradezco tu comentario, la próxima vez pondré un título más enigmático, jejeje
EliminarUn saludo.