Instante inolvidable
La vi acercarse desde lejos, deslizándose con rapidez por la corriente. Un par de metros antes de alcanzarme, frenó en seco y se adentró en un remolino. La pequeña rama que le seguía tropezó en una piedra y deshizo momentáneamente el remolino, liberando aquella hoja que había captado mi atención.
La aventura de las pequeñas cosas, esas que suelen pasar desapercibidas cuando dejamos de ser niños.
ResponderEliminar¡La de veces que, de pequeño, contemplaba los dramas que el río escondía!; todo un escenario de aventuras cuyos actores eran tanto diminutos seres como objetos inanimados.
Un relato que parece sencillo por bien escrito. Me ha gustado mucho.
Las hojas caídas sirven para mucho más que escribir en ellas, y tú lo has demostrado, Ángel.
ResponderEliminarUn saludo
Coincido con Antonio, a veces la belleza se esconde en los más insignificantes detalles. Una historia sencilla y hermosa, un haiku de cincuentapalabras, que remueve nuestra capacidad de asombro.
ResponderEliminarMuy bueno, Ángel.
Saludos.
Vicente
Me identifico plenamente con el narrador. Confieso que yo también me sorprendo asombrándome por fenómenos como el de una hoja atrapada por un remolino, o una hormiga cargando sobre su cabeza una miga de pan.
ResponderEliminarY además, bien contado, Ángel.
Saludos cordiales.
En las cosas cotidianas que vemos todos los días se encuentran la más bellas historias. Muchas veces buscamos grandes temas para nuestros relatos olvidándonos de la belleza de lo que tenemos al lado. Te felicito por el relato, Ángel. Me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarEstamos rodeados de pequeñas maravillas y grandes detalles, pero las condenadas prisas no nos dejan verlos ni, mucho menos, recrearnos en ellos. En este sentido, tu relato es una llamada oportuna a la necesidad de saber detenerse alguna vez y contemplar
ResponderEliminarUn saludo, tocayo
Me gusta mucho este micro, es la demostración de que cualquier instante, aparentemente insignificante, puede encerrar una gran belleza y crear sensaciones. Felicidades, Ángel. Un saludo.
ResponderEliminarLa belleza de las cosas sencillas, Ángel.
ResponderEliminarSencillo y suave relato, me ha parecido precioso.
Un beso.
Malu.
El día está lleno de pequeños momentos que nos pueden llevar a la contemplación, pero normalmente vamos demasiado acelerados para reparar en ellos.
ResponderEliminarSi estamos en la naturaleza ya es obligación hacerlo.
Un saludo,
Carme.