Leyes naturales
Enredados en la cola de su cometa, bajó Javito, aquella tarde de primavera, polvo de estrellas, sueños voladores y miradas enamoradas a la Luna. No podía imaginar los efectos que aquello le depararía. Desde entonces, Leny, la pelirroja pecosilla, ya no le escoge de pareja para jugar a la comba.
¡Qué bonito es el amor y qué bonito lo cuentas!
ResponderEliminarSaludos, Rafa
Gracias, Margarita. A veces se pone uno tierno.
EliminarBesos.
Los complicados caminos del enamoramiento, explorados a la luz de la inocencia, con sus juegos y hermosos secretos por develar.
ResponderEliminarMuy bonito, Rafa.
Un saludo.
Cada edad tiene su aquel. Gracias Vicente.
EliminarSaludos,
La llegada mágica del amor y de la adolescencia, como manda la Madre Naturaleza, contada de una manera preciosa e íntima.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Rafa, y mi enhorabuena por dejarnos un microrrelato tan delicado.
Saludos cordiales.
Gracias, José Antonio. Celebro que te haya gustado,
EliminarUn abrazo.
Llega un momento en que los niños ya no lo son tanto, abandonan parte de esa inocencia natural para experimentar otras sensaciones; no sucede de un día para otro, pero la aparición de ese primer amor, o enamoramiento, correspondido o no, supone un antes y un después. El primer disfrutar y sufrir, quién lo podrá olvidar.
ResponderEliminarA esta visión que roza lo poético nos tienes menos acostumbrados, pero a ti no hay género que se te resista.
Un abrazo
Tienes razón, no me prodigo mucho por estos estilos pero no me falta osadía para probar.
EliminarGracias, Ángel.
Un abrazo.
Relato poético demostrando que en tu buen hacer, y escribir, se engloba cualquier tipo de género.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Solo un intento de no encasillarme. Gracias por tus generosas palabras, Pablo.
EliminarUn abrazo.
Javito está irremisiblemente perdido, si incluso los astros se confabulan para mostrarle con una luz distinta lo bonitas que pueden llegar a ser las pecas.
ResponderEliminarAbrazos, Rafa.(Y déjame añadir un suspirito. ¡Ay!)
Tu suspiro me llega al alma, Carles, A este Javito aún le queda mucho sufrimiento por delante, pero así es la vida,
EliminarAbrazo.
Un encantador relato que despide esos sucesos felices de la infancia que hay que ir abandonando irremisiblemente, a la vez que avecina el complicado mundo de la mocedad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Rafa, por tu deliciosa historia.
Un abrazo.
Esa tierna edad y sus complicaciones propias. Me ha parecido. Ojito recordarlas. Gracias, María Jesús, por comentar.
EliminarBesos.
Es de ley enamorarse, sufrir, empezar otra etapa de la vida. Cincuenta palabras de poesía para contarnos ese despertar. Un abrazo, Rafa.
ResponderEliminarEl primer enamoramiento casi siempre va acompañado del primer desencanto. eso nos prepara para los que vendrán después. gracias, Salvador.
EliminarUn abrazo.
Parece que Javito y su pelirroja abandonarán a partir de ahora sus juegos infantiles para dedicarse a otro tipo de juegos recién descubiertos, los del amor adolescente.
ResponderEliminarMuy poético, Rafa, me ha gustado.
En cada edad el amor se vive de una manera distinta, aunque siempre es amor.
EliminarGracias, Asun.
Un beso.
Ternura en un 50 que ilumina la luna. Prosa casi versada para un amor que se pretende y un desamor Selene.
ResponderEliminarFantástico Rafa.
Un abrazo.
Cuando hay niños y amor la ternura no puede faltar.
EliminarGracias Mª Belén.
Abrazos.
Rafa preciosa manera de describir el despertar a la adolescencia. Empiezan los problemas para Javito. Que se prepare... Enhorabuena, me ha encantado! Besos
ResponderEliminarEl sufrimiento temprano por amor. ¿Quién no lo ha sentido?
EliminarGracias, Pilar.
Un beso.
Parece que hay ciertas leyes naturales que no son de aplicación universal. Ni la luz ni el calor del Sol podrán, de momento, volver a encender el corazón de Javito.
ResponderEliminarPrecioso relato, Rafa.
Saludos
Sí, ese corazón no latirá igual hasta que Leny le haga al menos un guiño.
EliminarGracias, José.
Saludos.
Ay, ay, ay ... El amor y el desamor ...
ResponderEliminarTe ha quedado de lo más tierno Rafa.
Un beso.
Malu.
Gracias, Malu. A esa edad no podía ser de otra forma.
EliminarBesos.
Qué desconcertante y doloroso es el primer pellizco del amor, menos mal que no es de los que deja traumas, sino que nos acompaña de por vida convirtiéndose en uno de nuestros más entrañables recuerdos. Muy bonito contado, Rafa, felicidades. Un beso.
ResponderEliminarExperiencias inevitables y que van curtiendo para lo que la vida puede deparar. Y sí, dejan huella, tierna y entrañable.
EliminarGracias, Matrioska.
Besos.
Agridulce la experiencia de este chico en sus primeros pinitos en el amor. Pero, aun y todo, seguro que de mayor lo cuenta con la mayor de las ternuras. Como lo has hecho tú, Rafa. Un abrazo.
ResponderEliminarIgual de mayor se hace el duro y no admite esas debilidades que llegaron a derretirle.
EliminarUn abrazo, Juana.
¡Ay, que tiempos aquellos...!
ResponderEliminarTe nos has puesto tierno, Rafa, ya verás a tu nietecita que pronto se los lees... ¡Precioso!
Un abrazo
jajajaja. Sí, seguro que mi nieta Luz -dos meses ya- está influyendo en relatos como este.
EliminarGracias, Rosy.
Un beso.
Un micro lleno de nostalgia y ternura. Me ha gustado mucho, Rafa.
ResponderEliminarUn beso.
Un placer escribir algo del gusto de personas como tú.
EliminarGracias, Sandra.
Besos.
¡Qué bonito lo que baja Javito en la cometa! ... y qué decepción que con todo esa ternura de tan altos vuelos ahora ella no le haga caso. Seguro que en siguientes ocasiones intentará otro estilo.
ResponderEliminarPor cierto, a ti este estilo más "lírico/poético" te queda de fábula.
Saludos!
Carme.